DOMINGO 27 DE AGOSTO DE 2000
* Análisis de Childbirth by Choice Trust
Disminuiría 25% la mortalidad materna al legalizar el aborto
* Mueren 200 mil mujeres al año en el mundo por legrados clandestinos
Angeles Cruz * Las leyes que restringen o prohíben el aborto no reducen esta práctica y por el contrario, se eleva la tasa de morbi-mortalidad materna. Cuando el aborto es legal y accesible, la salud de la mujer mejora y las muertes asociadas a esta causa disminuyen por lo menos en 25 por ciento, aseguran estudios realizados por la organización canadiense Childbirth by Choice Trust.
De acuerdo con esta agrupación, más de la tercera parte de los 50 millones de abortos realizados al año en el mundo es ilegal y ocurre principalmente en los países en desarrollo. Algunas investigaciones estiman que entre 70 mil y 200 mil mujeres mueren en el mismo lapso a consecuencia de una mala atención médica en un aborto clandestino.
El análisis de Childbirth by Choice Trust da cuenta de la situación que prevalece en los diversos continentes del planeta. Así, destaca Albania, en la Europa del Este, donde se permite la interrupción del embarazo y en apenas dos años después del cambio legal, se redujo la mortalidad materna y el número de abortos inducidos, al pasar de casi cinco mil a 145 casos en un hospital de maternidad en la ciudad de Tirana.
En cambio, aunque en Italia el aborto está despenalizado desde 1978, las mujeres enfrentan dificultades para aplicar este derecho cuando aducen razones de salud, sociales o económicas dentro de los primeros 90 días de la gestación. De acuerdo con la ley, deben obtener un certificado médico y esperar un mínimo de siete días durante los cuales reciben consejería.
El problema es que 70 por ciento de los galenos recurren a la objeción de conciencia para no extender el certificado, los servicios de salud están desorganizados y mal equipados, por lo que las mujeres tienen que esperar hasta un mes antes de poder abortar o de plano recurren al aborto ilegal.
La investigación de la institución privada canadiense señala que el aborto ha existido desde siempre y así lo han demostrado investigaciones diversas. Incluso los filósofos antiguos como Sócrates, Platón y Aristóteles son recordados por su posición de sugerir la interrupción de los embarazos. De la misma manera, es reconocida la postura de la Iglesia católica en este tema, siempre de rechazo absoluto y en favor de la vida desde el momento de la concepción.
Efectos de la despenalización
Aunque el Childbirth by Choice Trust no aporta cifras del descenso o aumento de las enfermedades y muertes de mujeres en todos los países analizados, sí señala los efectos más significativos que han ocurrido a partir de los cambios a las leyes para penalizar o despenalizar el aborto.
Es el caso de Francia, donde a principios de los años 70 se estimaba en medio millón el número de mujeres que interrumpían sus embarazos de manera clandestina, dada la prohibición legal que existía entonces. En 1975 se realizó la reforma legal para permitir el aborto hasta la décima semana de gestación bajo la condición de que la mujer reciba consejería y luego espere una semana antes de realizar el legrado.
Después de la semana 10, dos médicos deben certificar que la salud de la madre o del feto están en peligro para autorizar la interrupción del embarazo. En estos casos, señala la investigación, las mujeres de Francia prefieren viajar a Inglaterra para tener un aborto seguro. En septiembre de 1988 salió a la venta la ''píldora abortiva'' conocida como RU 486 y desde entonces es el método utilizado en 30 por ciento de los casos para interrumpir el embarazo.
En Rumania, el aborto está despenalizado desde diciembre de 1989. A la fecha, la mortalidad materna se ha reducido en un alto porcentaje, aunque el legrado se extendió hasta convertirse en el único método de planificación familiar. A este país le ha costado trabajo hacer entender a la mujer que es más seguro y saludable el uso de anticonceptivos.
Por otra parte, la institución de Canadá destaca que en América Latina y el Caribe tiene lugar la más alta incidencia de abortos inducidos, entre 2.7 y 7.4 millones cada año. Debido a que casi todos los países (con excepción de Barbados, Belice y Cuba) tienen leyes restrictivas en esta materia, la mayoría de los abortos se realizan en la clandestinidad y en condiciones de inseguridad para la salud de la mujer.
La investigación apunta que en el continente cerca de 800 mil mujeres ingresan a hospitales cada año por complicaciones de abortos mal practicados. Estos servicios son muy costosos para las instituciones de salud. La Iglesia católica ha tenido un papel importante para detener la liberalización de las leyes.
Cuba es el único país de la región que desde los años 60 permite la realización de abortos a petición de la mujer después de la décima semana de embarazo. En la isla no existe ningún movimiento por el derecho a la vida y es la única nación donde la Iglesia católica ha perdido su posición de poder.
Mención aparte tienen Estados Unidos y Canadá. En el primero las leyes han sido modificadas en diversas ocasiones y actualmente el aborto está despenalizado. Las posiciones de los sectores en contra del legrado motivaron la aparición de organizaciones que a la fecha todavía realizan acciones de vandalismo, asaltos, bombas e incluso asesinatos de las personas que están o trabajan en las clínicas de aborto.
En 1969 Canadá legalizó el aborto y algunas de las operaciones se llevan a cabo en clínicas especializadas. Se crearon comités éticos que deciden la interrupción del embarazo cuando éste representa riesgo para la vida o la salud de la madre. También existen grupos antiaborto que con frecuencia realizan ataques dirigidos a los médicos y las clínicas.