DOMINGO 27 DE AGOSTO DE 2000

* Más penas a violadores


Defender las garantías individuales de los nonatos, pide la Iglesia

Alma E. Muñoz * La Iglesia católica defiende la ley que ''tutele las garantías individuales'' de los nonatos, aun cuando éstos sean producto de una violación, como aprobó la Cámara de Diputados de Guanajuato, indicó el obispo de la entidad, José Guadalupe Martín Rábago.

Permitir el aborto significaría una "agresión y una injuria contra la mujer que fue violada por hacerla cómplice de un delincuente, que es su atacante, al convertirla en criminal por el asesinato de su propio hijo", dijo por su parte el obispo de Tuxtla Gutiérrez, Felipe Aguirre Franco.

En vísperas de que el gobernador guanajuatense, Ramón Martín Huerta, decida el futuro del nuevo Código Penal de la entidad, Martín Rábago, vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, sostuvo que alentar el aborto después de una violación, significaría "añadir a la tragedia ya vivida, el daño psicológico y moral de la culpabilidad por la muerte de un ser inocente que además es el propio hijo".

Con el propósito de aportar "algunos elementos de juicio" sobre las disposiciones jurídicas aprobadas en la Cámara de Diputados de Guanajuato, el prelado manifestó, en un análisis sobre el tema, que "expulsar a un ser humano del vientre materno, para destinarlo a una muerte segura, es un atentado gravísimo contra la vida humana".

Y reiteró que "cualquier justificación contraria a esa defensa es una escapatoria para eludir la responsabilidad que se desprende del mandamiento no matarás".

Para el religioso es "indudable que la violación constituye una ofensa muy grave contra la dignidad humana y las mujeres que sufren este drama merecen toda consideración, respeto y apoyo pero no para alentar el aborto en esa situación".

Una mujer, según el obispo, no puede "disponer libremente" del producto que lleva en su vientre. "Es un ser humano con todos los derechos que le corresponden como persona única e irrepetible". Por ello, la ley debe tutelar sus "garantías individuales y convertirse en defensa eficaz de un ser indefenso".

Aguirre Franco niega intolerancia

El vicepresidente de la CEM propuso como "la manera más eficaz para combatir" los ataques sexuales, "aumentar las penas contra los violadores, ejerciendo una justicia expedita que impida la impunidad, lamentablemente tan extendida en nuestra patria".

Lo anterior "no se inspira exclusivamente en concepciones religiosas, sino que se desprende de una sana reflexión sobre la dignidad de la persona humana y sus derechos, bases de toda convivencia civilizada y de una vida pacífica y ordenada en sociedad".

Felipe Aguirre Franco puso "en tela de juicio" que se castigue penalmente a las mujeres violadas que se practiquen un aborto.

"De hecho quien aborta de una manera inducida y quienes colaboran en el hecho están penados por la Iglesia católica con la excomunión, aunque existe la posibilidad, si el penitente se arrepiente, de obtener el sacramento de la reconciliación, cumpliendo su penitencia que nunca será la cárcel. Ese sería el castigo, pero no más".

Con esto "no queremos disminuir la gravedad del aborto, que se trata verdaderamente de un homicidio, sino que queremos subrayar la posibilidad de que, aun en estos casos, se alcance la misericordia de Dios, teniendo la explicación, no la justificación, de que se abortó en caso de violación".

Este religioso rechazó que su negativa a permitir un legrado sea "intolerancia". Para los cristianos, "el único dueño de la vida es Dios" y no justificamos el aborto porque estaríamos a favor de la eutanasia, el asesinato de ancianos, de inválidas, de discapacitados.