SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000

* Afro-X y Dexter promueven desde la prisión su álbum Proverbios 13


509-E, un mensaje de libertad a ritmo de rap

Reuters, Sao Paulo, 25 de agosto * Los raperos Afro-X y Dexter portan cadenas de oro y zapatos tenis de marca, pero los pantalones sueltos que cuelgan a su cintura son la vestimenta requerida en la mayor prisión de América Latina.

El nombre del dúo brasileño de rap, 509-E, es también el número inscrito en su celda en Carandiru, el complejo penitenciario de Sao Paulo conocido por la masacre de 111 presos en 1992 durante un motín.

Los estrechos corredores y las celdas abarrotadas por más de 7 mil criminales más, muchos de ellos los más violentos de Brasil, han sido fuente de inspiración para los dos asaltantes armados convertidos en raperos.

En lugar de hundirse en la desesperación o planear nuevas fechorías, Afro-X y Dexter grabaron este año su primer álbum.

Compusieron 12 temas para el disco Proverbios 13, firmaron con un sello e incluso grabaron videos para MTV, con temas que atacan la injusticia del sistema legal y hablan de lo que es crecer en la marginalidad en un país donde más de la cuarta parte de sus 165 millones de habitantes vive en la pobreza.

''Nací pobre, negro y sin suerte... Pero sólo ahora reconozco el valor de la libertad, un minuto aquí es una eternidad'', canta Afro-X en un tema titulado Sólo los fuertes.

El rap, su paliativo

Afro-X y Dexter saben de qué están cantando. Ambos nacieron en una de las favelas o barrios pobres de las afueras de Sao Paulo, donde el nivel de homicidios es el doble del promedio nacional, peor incluso que en Cali, Colombia.

''Yo inicié la escuela técnica, pero en poco tiempo ya tenía un arma en el cinturó'', cuenta Afro-X en su celda. ''Todos los que viven en la periferia son ligados automáticamente al crimen debido al hambre y la pobreza''.

Afro-X cumple una sentencia de 14 años, mientras Dexter pasará 10 años tras las rejas. Pero el rap puede ser una salida para ellos.

La música le dio a Afro-X, de 27 años, y a Dexter, de 26, un sentido de respeto propio y reconocimiento por primera vez en sus vidas. Sin mencionar que también les dio un aparato de música y la ropa que visten. ''Todos suponen que no hay nadie valioso tras las rejas, pero hay gente talentosa, gente buena aquí, y el rap nos está permitiendo descubrir eso en nosotros mismos'', comentó Dexter.

''El rap es una música que educa. Cantamos sobre las celdas sobrepobladas y hermanos que se pudren en la cárcel, incluso después de que cumplieron la sentencia, porque el sistema no les da seguimiento'', se quejó.

El sello disquero Atracao se apresuró a lanzar miles de discos compactos luego de **afro-x que el lanzamiento de prueba de Proverbios 13 se vendió rápidamente en Sao Paulo.

No es de extrañar que Dexter es sólo uno de varios presos que entraron a la música, especialmente el rap, como válvula de escape para su ira y salida de la vida del crimen.

Sus letras directas y ritmos explosivos contrastan fuertemente con la tradicional samba brasileña, que usa letras agridulces para contar la historia de las favelas.

El rap parece tocar a los presos y las masas marginales que buscan una nueva forma de describir su dura realidad, y en Carandiru abunda la materia prima.

Casi la mitad de los presos de Brasil son negros o de piel oscura, y 95 por ciento son pobres, según el grupo de derechos humanos Human Rights Watch. Dos tercios han cursado menos de octavo año de enseñanza básica.

Las prisiones brasileñas están sobrepobladas y la tortura está institucionalizada. Carandiru fue construida originalmente para acoger a la mitad de su población actual.

Pero el hecho de que los funcionarios de la prisión están alentando a los internos a desarrollar sus talentos es una señal de que los tiempos están cambiando.

''Nuestra preocupación es darle a los internos un camino para dejar la prisión para siempre, y la música es una buena salida'', dijo Sofía Bisilliat, voluntaria a cargo de los programas de capacitación en Carandiru.

El fútbol, la pintura y el boxeo también son populares, y para ayudar a aliviar las tensiones y calmar a los presos, los funcionarios penales organizaron una boda masiva para 120 parejas en junio, y ampliaron las posibilidades de visitas conyugales.

En el caso de Afro-X y Dexter, un juez les concedió permiso para salir cuatro noches para grabar el disco, y desde entonces los han dejado salir para actuar en vivo. Ahora quieren darle a otros internos la misma oportunidad.