SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000
* El músico critica los medios electrónicos cuando suplen las carencias del ejecutante
Fusionar armonías ancestrales y nuevas, propone Eblén Macari
* Afirma que su decimosegundo disco, La noche en Comitán, ''tiene un sonido muy cálido''
Juan José Olivares * Eblén Macari es un creador que trasgrede las barreras de la originalidad por medio de su guitarra de ocho cuerdas y del empleo de elementos electrónicos, percusiones y alientos, que le permiten interesantes propuestas dentro de la denominada música fusión.
Luego de una vasta investigación sonora, cuyos resultados se hallan en 11 discos anteriores, Macari y su trío presentan su reciente obra, La noche en Comitán, el cual fue grabado de un recital que ofrecieron el 4 de agosto de 1999, dentro del festival de esa ciudad chiapaneca y en el que Eblén se hizo acompañar por Francisco Bringas (quien tocó la tabla hindú, la darbuka y las percusiones) y Jesús Cuevas (con la gaita, el daduk armenio y el ken tailandés), a fin de transformarse en los narradores y buscadores sonoros de las tradiciones milenarias de diversas latitudes del orbe.
Macari comenta: ''La noche en Comitán fue mágica; tocamos ante un público cálido, receptor. Para mi sorpresa, el concierto fue grabado. De saberlo anticipadamente, habría perdido la esencia, alguna retroalimentación en el sonido".
Este cartógrafo eufónico dice en una charla con este diario que el material se grabó como la mayoría de los recitales (ya sea en casete o disco duro), sólo que en este caso tuvo el ingrediente de la térmica atmósfera enclavada en una tradicional tierra tribal (la de Chiapas). ''De las nueve piezas que salen en el álbum, cuatro ya las había grabado en otros discos, pero ahora son nuevas versiones con la tabla de la India y la incorporación de los alientos. Lo mejor del disco es que es en directo, con un sonido muy cálido''.
Macari explica los nados musicales de su fusión: ''La verdad es que está de moda la world music (música global), pero para que resulte hay que meterse en la profundidad y el origen de esas músicas. Por ejemplo, en el caso de la tabla hindú Francisco Bringas está bien informado de lo que se trata, pero para poderla conjuntar con mis creaciones tuve que estudiar algo de la música de la India. Aunque más que investigación, debemos saber tocar los instrumentos, si no queda como pastiche (muy chafa). En este disco encuentras desde solos con tablas hasta una ragga hindú, que yo le llamé electricragga, para que surja así el fenómeno de la fusión''.
ųƑCómo descubriste que la fusión era la forma idónea para explotar tu arte?
ųEste es mi segundo disco con percusiones. El pasado, Ambar, es con darbuka árabe. No obstante que sentía que mi trabajo con la guitarra era depurado, percibí la falta de ritmo, de vida; podía ser muy intelectual, pero le faltaba algo, y la percusión le dio impulso, sabor. Por eso ahora trabajo con tres percusionistas.
También el uso de procesos electrónicos son parte del balance en las interpretaciones de Eblén, aunque no lo primordial.
''El uso de lo electrónico es moderado; lo mejor es que la guitarra tenga una sonoridad bien definida y personal; aunque sí he trabajado con diferentes pastillas, procesadores y cajas para que la guitarra suene diferente, por eso toco la guitarra de ocho cuerdas, así como diferentes ecualizadores, amplificadores... Me gusta el resultado, pero no me clavo con la electrónica, porque si lo hiciera sonaría como algo muy new age o muy ambiental, y lo mío es la fundición. Me gusta que la electrónica sirva para que la guitarra suene mejor, no al revés: que no toques nada y la electrónica te ayude, que haya un balance necesario porque el abuso te hace llegar a lugares comunes en los que la esencia se pierde''.
Y reitera: ''Mi búsqueda es el equilibrio entre lo antiguo y lo contemporáneo''.
Según Macari, quien cuenta con títulos como Tientos y Altiplano, entre otras delicias en las que se ha acompañado por su hermana Jeanette Macari (con la que ha hecho piezas renacentistas) y con Olga Martínez (pieza de clavecín y guitarra), su esposa, la fusión debe tener éxito porque la respuesta del público ha sido muy favorable. ''América es un lugar importante para hacer esta música, porque tenemos la tradición de mezclar sonoridades diferentes. Los festivales son muy buenos foros, como el Festival de Comitán; aunque haya limitaciones por parte de la gran industria, afortunadamente hay gente que quiere escuchar esto y gente que la distribuye, como Opción Sónica".
Eblén Macari ųquien tocará el próximo 21 de septiembre en el Museo de la Ciudad de México junto a su hermana y el 27 en el CNAų en La noche en Comitán, la licuación de armonías espectrales que nos llevan a lugares extraños, cruzando vistas hechas con ruidos nuevos y ancestrales.