SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000

* Pugna interna de grupo priísta: la primera versión


Chiapas: contradicciones sobre hechos violentos en Peña Limonar

* Podría ser un pretexto para justificar mayor presencia militar

Hermann Bellinghausen, enviado, San Cristóbal de las Casas, Chis., 25 de agosto * Bajo la aparente tranquilidad y tersura con que transcurren los primeros días después de la derrota del PRI en Chiapas, un enrarecido ambiente de inquietud recorre las zonas indígenas de la entidad. No sólo por el ajuste de cuentas entre miembros de la cúpula priísta, que se echan unos a otros la culpa por el fracaso, sino por el desconcierto que existe en las comunidades campesinas afines al tricolor.

Una irritación mal disimulada de las esferas gubernamentales y sus voceros contra los medios de comunicación nacionales, que llega a adquirir tonos amenazanantes, podría enrarecer aún más las cosas. Lo ocurrido hace dos días en la comunidad Peña Limonar ayuda a ilustrar la situación. Cabe señalar que la Organización para la Defensa de los Derechos Indígenas y Campesinos (OPDDIC), agrupación priísta involucrada en el episodio, ha sido asociada por campesinos de la región con el grupo paramilitar denominado Movimiento Indígena Revolucionario Antizapatista (MIRA), que opera en Ocosingo y Altamirano.

Otras señales del desconcierto son los conflictos entre los ayuntamientos y las bases priístas en lugares como Chicomuselo y Ocosingo. El edil del primero, José Luis Morales Meza, se dice que lleva una semana en estado de ebriedad, y los cetemistas amenazan con ocupar el palacio municipal para exigirle que los considere en las obras que se llevan a cabo con el dinero especial para Chiapas que todavía no se acaba. En tanto, el alcalde de Ocosingo, Adolfo Gutiérrez Cruz, fue retenido ayer varias horas en Cuxuljá por centenares de campesinos, exigiéndole que cumpla con el compromiso de diversas obras.

El borrego y el lobo

Perplejidad, confusión, suspicacias, son las secuelas del extraño enfrentamiento entre campesinos de Peña Limonar. Lo sucedido estos días en dicho punto de la selva Lacandona parece trascender los límites de un simple malentendido informativo. Los medios locales, aunque también dieron por buena la información del presunto enfrentamiento, le concedieron menor dimensión que los nacionales, tanto electrónicos como escritos. Las fuentes eran las mismas, y por lo menos una, oficial. Ahora resulta que se trató de un borrego que juega al lobo, al lobo, en un momento delicado de la entidad, y se le empieza a usar como pretexto para restar credibilidad a la prensa nacional e internacional.

Todo empezó con un fax enviado por el presidente municipal de Ocosingo, Adolfo Gutiérrez Cruz, la noche del martes 22, tanto a la Procuraduría General de Justicia del Estado como a los medios de comunicación. En él informaba de un enfrentamiento entre miembros de la OPDDIC, de filiación priísta, aunque también decía que los agresores eran simpatizantes del EZLN. Todavía ayer, el comisariado de la Comunidad Lacandona, Manuel Ruiz García, aseguró a la prensa que los atacantes "nos tirotearon, estaban bien armados".

Según el propio procurador chiapaneco, cinco minutos después de recibir el fax fueron enviados a Peña Limonar 100 efectivos de Seguridad Pública. Iban con ellos el coordinador interinstitucional de la secretaría de Gobierno en Ocosingo, Rodolfo Anleu; el delegado regional del gobierno, Juan Villafuerte; mandos "de primer nivel" de la PGJE, agentes del Ministerio Público, peritos, personal de la Secretaría de Atención a los Pueblos Indígenas y representantes del ayuntamiento.

A la vez, por vía telefónica (pues hay un teléfono cerca del lugar de los hechos), miembros de la OPDDIC comunicaban que había 37 heridos y al parecer 4 muertos. Estas dos informaciones llegaron a los medios locales y nacionales la misma noche, y Televisa dio la versión, "no confirmada", a última hora en su noticiario nocturno. Simultáneamente, los enviados de todos los medios se desplazaron al lugar de los hechos, que se encuentra a cinco horas de Ocosingo.

Ayer por la mañana, mientras los lectores de los principales diarios nacionales se desayunaban con la noticia de un "posible" enfrentamiento entre priístas y zapatistas, con hasta "cuatro muertos y cerca de 40 heridos", el procurador estatal, Eduardo Montoya Liévano, negaba por la radio dicha información, de la cual se manifestó sorprendido. Al mediodía, de gira por San Cristóbal de las Casas, el gobernador interino Roberto Albores Guillén repetía el desmentido, y destacaba que el caso se debía a un conflicto agrario, sin relación con el reciente proceso electoral.

El procurador desmintió también que haya habido disparos, mientras el comisariado decía que sí los hubo, y el agente municipal de Peña Limonar, Gaspar Jiménez Cruz, identificaba a los atacantes como un grupo armado que viste uniformes negro y azul. El enredo no acaba ahí. Mientras los de la OPDDIC insisten en que se trata de ex zapatistas, el procurador declaró que no existen evidencias de que sean o hayan sido zapatistas.

Lo que sí dijo el titular de la PGJE es que desde el mes pasado los habitantes de Peña Limonar habían detenido a un miembro del grupo ahora agresor, pues presuntamente "se dedicaba al cultivo de mariguana y amapola". Una de las versiones es que esa detención generó el enfrentamiento entre los dos grupos. Otra, que no contradice a la anterior, es que se trata de una disputa de tierras entre los agresores (que la PGJE asegura viven en la vecina comunidad de Cuauhtémoc, anexa a Peña Limonar) y campesinos de la OPDDIC, los cuales afirman que se trata de una banda de asaltantes denominada Los Maleantes.

Según los de la OPDDIC, Los Maleantes quemaron la vivienda del representante de esa organización, Flavio Díaz Soto. Cuando llegaron las autoridades y los periodistas, la casa ardía aún.

El alcalde de Ocosingo, que tiene su parte en la historia, ayer se encontraba en un aprieto distinto, a la misma hora en que tanto el procurador como los priístas de Peña Limonar hablaban con la prensa. Campesinos del PRI y el PRD de ocho comunidades lo retuvieron todo el día en el crucero de Cuxuljá acusándolo de desvío de recursos y le demandaron que cumpla sus compromisos. En vísperas de las elecciones del domingo pasado, estos mismos campesinos habían bloqueado el crucero de Cuxuljá para hacerse oír.

Cuando el río suena

Ahora resulta que, pasadas las elecciones estatales, el petate del muerto son los conflictos agrarios, que aunque oficialmente ya no existen, en los hechos resulta que sí. Y no datan de ayer, sino de años atrás.

El Centro de Derechos Humanos Fray Lorenzo de la Nada, de Ocosingo, dijo a la agencia To2 que el enfrentamiento de Peña Limonar encerraba el riesgo de que el conflicto "se extienda a la franja de Taniperla, hasta Palenque, hacia la Reserva de la Biosfera Montes Azules". Según esta misma fuente, "el incidente que pudo haber llevado a los hechos violentos se debe a que 10 familias en dicho poblado de filiación priísta recibieron del gobierno celdas solares, algunas de las cuales fueron robadas, culpando de ello a bases de apoyo zapatistas de San Miguel y Santa Rosa".

Peña Limonar es una comunidad oficialista en la región donde las comunidades rebeldes sostienen el municipio autónomo Ricardo Flores Magón, "desmantelado" violentamente en Taniperla, en 1998, y desde entonces escenario de numerosos incidentes, amenazas y agresiones que se atribuyen al MIRA. Esta organización, cuya existencia ha sido negada reiteradamente por las autoridades y la OPDDIC, ha sido vinculada desde hace más de dos años al ex diputado y actual delegado gubernamental Juan Villafuerte.

Dicho funcionario, presente ayer durante las diligencias en Peña Limonar, se mostró irónico con los periodistas que se fueron con el borrego, salido precisamente de ahí. Si se consideran las versiones de la propia OPDDIC, el enfrentamiento fue protagonizado por civiles armados que acostumbran vestir uniformes azul y negro; aunque nerviosamente los señalan como "ex zapatistas", el procurador Montoya Liévano lo niega con firmeza.

Esa misma región de las cañadas, próxima a las instalaciones militares de El Ocotalito y Monte Líbano, ya se encontraba en tensión antes de los comicios, según la COAO y otras organizaciones independientes. Además, de acuerdo con observadores de la organización Salud y Desarrollo Comunitario, de Palenque, las comunidades de Santo Domingo, Cintalapa y Peña Limonar mostraban un clima de tensión desde antes de las elecciones. La Alianza por Chiapas había denunciado presiones y amenazas por parte de los paramilitares en Nueva Palestina y Santo Domingo. Por lo menos en Cintalapa, el 20 de agosto se registraron incidentes debido a intentos de inducción del voto y otras presiones sobre los indígenas.

También cabe recordar el ataque paramilitar contra Tierra y Libertad-Nuevo Paraíso, en Yajalón, por parte de un grupo armado y uniformado de azul y negro, que no se ocultó a la prensa, hizo declaraciones, se dejó fotografiar, y luego desapareció, ante la llegada del Ejército federal y la PGR.

Entre que si son peras o son manzanas, el confuso episodio ha servido para incrementar la presencia policiaca en ese extremo de la selva, próximo a una de las partes de Montes Azules donde con mayor constancia se han denunciado amenazas y hostigamientos contra comunidades tanto zapatistas como de la ARIC Independiente. Otro problema vivo en la región es el de la comunidad San Manuel, donde decenas de familias zapatistas mantienen un plantón, después de un incidente con priístas de Nuevo Pavorreal, poco antes de las elecciones, también relacionado con un problema de tierras. Los zapatistas de San Manuel, rondados continuamente por Seguridad Pública, dicen temer un desalojo violento.

El ambiente no está pues para borregos. El lobo acecha, y como ya se vio en Yajalón, tira dentelladas de verdad. Peña Limonar, aun minimizado, bien podría delatar la existencia de paramilitares dispuestos a justificar una mayor presencia de soldados y policías, ahora que parecieran abrirse condiciones de distensión en la zona de conflicto.