SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000
* David Brading: entró en decadencia en los ochenta con la globalización
El nacionalismo mexicano está en crisis; sus temas e ideas, gastados
* En el siglo XVIII se profetizó un conflicto entre el Anticristo y la Virgen de Guadalupe, afirma
Arturo Jiménez * Nacido con ímpetu a partir de la Revolución, el nacionalismo mexicano hoy se encuentra en crisis y sus temas e ideas se gastaron, considera el historiador inglés David Brading, autor de un libro sobre el tema y quien prepara otro acerca de la doctrina e ideas del guadalupanismo.
Para Brading, también autor de Mineros y comerciantes en el México borbónico, el nacionalismo mexicano empieza realmente en el siglo XX. Antes, agrega, hay todo un ciclo de "patriotismo criollo", después otro de republicanismo y "patriotismo liberal", desde la Reforma hasta la Revolución Mexicana.
Ya en la Revolución, expresa, con la movilización del campesinado y las capas populares, asociada además a la intervención de sectores intelectuales, se puede decir que comienza el "momento nacionalista".
Brading se encuentra en México para participar en el coloquio internacional "Por El laberinto de la soledad, a 50 años de su publicación", pero de manera constante visita este país. En febrero pasado intervino en un ciclo organizado por el Tecnológico de Monterrey.
A fines de 1998, Brading participó en el ciclo de conferencias Cinco Miradas Británicas a la Historia de México, al lado de sus compatriotas sir John Elliott, Alan Knigth y Hugh Thomas. En esa ocasión, La Jornada realizó la siguiente entrevista con el historiador.
--ƑCuál es el estado actual del nacionalismo mexicano?
--No estoy interiorizado con lo que pasa hoy en México, pero con la globalización de la economía es obvio que cualquier nacionalismo entra en crisis. También, en el proceso hacia la democracia, ésta evoca valores que no son precisamente nacionalistas. El nacionalismo mexicano empieza con la Revolución y después tiene un florecimiento que perdura hasta los años setenta. Ya en los ochenta entra en decadencia, tal vez porque sus temas e ideas se gastaron.
Entre la tradición y la modernidad
--Sus estudios se centran en la etapa de finales de la Nueva España y principios del México independiente. ƑSe puede obtener alguna conclusión o enseñanza de ese periodo histórico para el presente?
--La insurgencia generó valores que tal vez todavía tienen presencia, pero hay que pensar que fue el principio de un proceso muy largo de la historia mexicana, muchas veces trágico. La insurgencia planteó la idea de la nación mexicana como fuente de la soberanía, pero eso viene de afuera, de la Revolución Francesa, aunque enseguida es adaptado a la situación mexicana. Además, se dijo que México recuperaría su voz y su voluntad después de 300 años de tiranía, o sea, también hay una identificación con el pasado prehispánico.
"Por otra parte, la insurgencia resulta muy tradicional en el sentido de que es profundamente guadalupanista. Pero invoca ese símbolo para fines políticos. Es curioso pensar que en la época de la Revolución Francesa, del florecimiento de las ideas revolucionarias de libertad, igualdad y fraternidad, en la Nueva España el símbolo de la Independencia fuera la Virgen de Guadalupe.
"Pero hay otra expresión de la insurgencia más moderna: también responde a los cambios sociales en la Nueva España. Los novohispanos del siglo XVIII no querían una sociedad integrada, la cual estaba dividida en distintos estratos étnicos: españoles, mestizos, mulatos, indios, las castas.
"Y la insurgencia hace un repudio de esa sociedad. Como dijo Morelos: que ya no se nombre a los habitantes de la Nueva España como castas, sino que todos sean llamados americanos. En la voz del líder máximo de la insurgencia existe ya la doctrina de la igualdad civil absoluta".
El centro del universo
--Pese al profundo sentimiento guadalupano del pueblo de México, parece ser que este culto no tuvo mucha presencia en la época de la Revolución.
--La Revolución fue para muchos, especialmente para las fuerzas del norte, un movimiento anticlerical. No se podía esperar que estos revolucionarios constitucionalistas fueran a dar importancia a la Virgen de Guadalupe.
"Por otra parte, y lo sabemos muy bien por medio de la fotografía, cuando las huestes zapatistas entraron con sus caballos a la ciudad de México llevaban banderas guadalupanas o medallones en sus sombreros. La parte más campesina de la Revolución sí fue guadalupana. Pero el contenido religioso mezclado con demandas sociales y políticas no es algo nuevo, se dio por ejemplo en la guerra de castas de Yucatán y en el movimiento cristero.
--Usted se encontró en el sermón de un sacerdote del siglo XVIII la idea de México como centro del mundo.
--Fue un sermón predicado por el padre Francisco Javier Carranza en Querétaro, el 12 de octubre de 1748. Hizo la profecía, sacando el texto del libro del Apocalipsis, de que en los últimos días del mundo surgiría un conflicto entre el Anticristo y la Virgen, precisamente la de Guadalupe, ayudada por el Arcángel San Miguel.
"Entonces el Anticristo se apoderaría del viejo mundo, incluso de Roma, y el Papa trasladaría su Santa Sede al Tepeyac. El rey católico de España también huiría a México, que se convertiría en la sede de la monarquía universal".
--ƑEsa idea fue una excepción o una constante?
--Fue una excepción en su tiempo, pero cuando llegan los ecos de la Revolución Francesa, cuando allá los revolucionarios están cerrando conventos y atacando a la Iglesia, muchos sacerdotes y predicadores comenzaron a hacer referencia a este sermón del padre Carranza, diciendo que tal vez esa profecía no fue tan loca.
"El erudito José Mariano Beristáin de Souza, realista, dijo en un libro que, mirando las opresiones del 'monstruo Napoleón', el Papa y el rey de España encontrarían asilo en la Nueva España. En 1810 todas las esperanzas fueron echadas por tierra".