SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000

* Continúa la controversia entre el gobierno de Lagos y las fuerzas armadas


Monumento a Pinochet desata polémica en Chile

Enrique Gutiérrez Aicardi, corresponsal, y agencias, Santiago, 25 de agosto * En momentos en que aún persisten los roces entre el gobierno chileno de Ricardo Lagos y los militares tras la reaparición pública esta semana del ex dictador Augusto Pinochet, otra polémica se desató hoy ante el próximo levantamiento de un monumento en homenaje al también senador vitalicio en la provincia de Aisén.

La iniciativa de la alcaldía de Puerto Cisnes, a unos mil 600 kilómetros al sur de la capital del país, de rendir homenaje al desaforado legislador de por vida, provocó de inmediato fuertes críticas por parte de los congresistas oficialistas al considerar la decisión como "ilegal".

"Este monumento es ilegal pues no cumple con la normativa del Consejo de Monumentos Nacionales que obliga a que los honores públicos a los servidores públicos sean materia de ley", afirmó el diputado Leopoldo Sánchez, de la coalición gobernante Concertación por la Democracia e integrante del Partido por la Democracia.

El legislador basó su argumento sobre la ilegalidad en la ley 17.288 sobre monumentos nacionales, e indicó que debiera ser aprobado por el Congreso Nacional --controlado por la alianza gobernante--, frente al rechazo del opositor Partido Renovación Nacional, que acusó a Sánchez de buscar "paralizar al país durante el Día de la Unidad Nacional".

La inauguración del monumento está prevista para el 4 de septiembre, día que será feriado por segundo año consecutivo para celebrar el Día de la Unidad Nacional, cuya fecha remplaza al 11 de septiembre, que durante años se convirtió en motivo de división entre los chilenos por los cruentos sucesos del golpe militar contra el gobierno constitucional de Salvador Allende.

El significado del monumento a Pinochet no sólo sería una respuesta ante el proceso en puerta contra el ex dictador por las víctimas de la dictadura, sino que también parece responder al monumento dedicado a Salvador Allende que hace dos meses el gobierno levantó frente al palacio presidencial de La Moneda, con el cual la derecha nunca ha estado de acuerdo.

Mientras, la controversia entre el gobierno y los militares continuó con el envío de una segunda misiva crítica del Ministerio de Defensa al comandante en jefe del ejército chileno, general Ricardo Izurieta, en torno al affaire de la reaparición pública de Pinochet, el miércoles pasado, y en la que se le reitera que ese acto sí fue político.

Aunque el presidente Ricardo Lagos quiso minimizar al asunto al negar que esté preocupado o molesto, admitió que "cuando hay situaciones que no son adecuadas mi obligación es decirle al país que esto no es adecuado", sobre la reprobación del gobierno por el envío militar de un representante oficial al acto de Pinochet del pasado miércoles, en la fundación que lleva el nombre del ex dictador.

"Yo no tengo que hacer gallitos con nadie", apuntó el mandatario, en referencia a medir fuerzas para demostrar que su gobierno mantiene la subordinación de los mandos militares, y aseveró que Izurieta "es obediente", y que si no fuera así él tendría que hacer otro tipo de cosas.

Aunque dijo comprender el sentir de los militares ante los problemas legales --concretamente el desafuero de Pinochet--, el mandatario chileno acotó que los tribunales de su país ya se pronunciaron y que las instituciones funcionan y la república está en plena tranquilidad.