SABADO 26 DE AGOSTO DE 2000

* Clausura del foro Tuxtla IV, en Guatemala


Nada afecta la democracia del país, asegura Ernesto Zedillo

* Reafirma que tiene prioridad la relación con Centroamérica

Rosa Elvira Vargas, enviada, Guatemala, 25 de agosto * Los recientes acontecimientos políticos en México "no afectan la vida democrática del país", aseguró aquí el presidente Ernesto Zedillo. Para casos como los asesinatos en Chimalhuacán, el escándalo del Renave o el fallo que le fue adverso de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y sobre los cuales se le inquirió, "en realidad el criterio general es muy simple: siempre que haya algún hecho que se aparte del estado de Derecho se tiene que aplicar la ley", apuntó.

En la clausura del foro Tuxtla IV, que congregó a los mandatarios de Centroamérica y de México, Zedillo mencionó: "no creo que valga la pena discutir (en ese escenario) las cuestiones específicas de cada acontecimiento". Por ello, sólo insistió en que en la medida en que se cumple el principio de la aplicación de la ley, se reafirma la vigencia del Estado democrático.

"Así que no veo ninguna causa de preocupación en cuanto a la solidez de la democracia mexicana...".

Ernesto Zedillo participó en la última cumbre de este tipo durante su gestión. Este mecanismo de cooperación surgió a iniciativa de México en 1991 con el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, y toma su nombre de la primera sede: Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

En la de hoy, el anfitrión Alfonso Portillo Cabrera informó que él y sus colegas decidieron, aunque " no sabemos en qué lugar vamos a colocarla", elaborar una placa de reconocimiento al Presidente mexicano por "su solidaridad, fraternidad y liderazgo en la integración no sólo de Centroamérica, sino de América Latina".

Como es cada vez más frecuente en estas cumbres, Tuxtla IV comenzó y concluyó hoy mismo. Inauguración, discusiones privadas, fotografía oficial, ceremonia de clausura, conferencia de prensa y almuerzo, todo en el mismo día. Participante en el encuentro, el mandatario de Nicaragua, Arnoldo Alemán Lacayo, ratificó que no asistirá a la cumbre convocada por el presidente electo de México, Vicente Fox, en Costa Rica, para los días 11 y 12 de septiembre.

Indicó en breve entrevista que el problema de su inasistencia no es el panista ni Costa Rica, sino un apego a la "institucionalidad que nos hemos dado", en la región a través del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) y según el cual una reunión de ese tipo tendría que haberse realizado en el país sede del organismo, El Salvador, o en el que ocupa la secretaría pro tempore, justamente Guatemala.

El mandatario Portillo también confirmó que no acudirá aunque, más diplomático, dijo que estaría dispuesto a viajar a Costa Rica, "si cambiamos las fechas".

La brevedad del encuentro no impidió, sin embargo, dedicar gran parte del mismo a un tema que interesa y preocupa mucho a los centroamericanos: la constante elevación en los precios del petróleo.

Por ello y con el aval de México, este día los presidentes decidieron enviar una carta al mandatario venezolano, Hugo Chávez, quien en breve será anfitrión de una reunión cumbre de la OPEP, para transmitir a las naciones productoras su preocupación sobre el actual comportamiento de los precios.

En este punto Ernesto Zedillo expuso en la conferencia de prensa que si bien México no pertenece a la OPEP, en los últimos dos años ha coordinado sus políticas de exportación con ese organismo, tanto cuando se vivió una época ų1998 hasta principios de 1999ų de bajos precios, como ahora en que aquellos se han elevado desmesuradamente. Para el país, lo que hoy ocurre, dijo, "no es deseable para nadie, incluso para países exportadores de petróleo", pues en el caso de México, si bien es exportador neto de crudo, también importa productos petrolíferos, explicó.

Ante ello, el mandatario planteó que el acuerdo de Tuxtla IV se orienta a proponer modificaciones a los mecanismos con los que opera actualmente el Pacto de San José y mediante el cual México y Venezuela proporcionan petróleo a los países centroamericanos. "Sin embargo, reconocemos que el problema de fondo no puede ser resuelto por un mecanismo como el Pacto de San José", porque se trata de una situación mundial de oferta y demanda que está dando como resultado precios sumamente elevados.

En tal sentido, la solicitud a Chávez será para que interceda y se propicie un aumento en la oferta del energético. El punto neurálgico en este problema, apuntó Zedillo, es que existe un desbalance entre la oferta y la demanda de crudo a nivel mundial. Los inventarios de petróleo están en un índice históricamente bajo, "peligrosamente bajo", que tiene que corregirse "si queremos ver un alivio" en el mercado mundial. México, ofreció, "estaría dispuesto a hacer la parte que le corresponde en ese acuerdo si se produjera".

Tras la revisión de la agenda que preocupa a las naciones del área, la reunión cumplió un segundo objetivo: destacar ųen palabras de Portillo Cabreraų la autoridad moral que México ha tenido siempre ante Centroamérica, y de paso despedir al mandatario mexicano. "Pocos mandatarios en América Latina, dijo, pueden reunir dos experiencias como las reúne el presidente Zedillo... el haber sido el hombre que ordenó, reactivó y estabilizó la economía, y al mismo tiempo ser el que profundizó la democracia en México y que es un gran ejemplo".

Lo definió también como un "líder sencillo, humilde, que nos deja gran enseñanza de amor, de solidaridad y de profesionalismo".

Por su parte, el Ejecutivo federal había apuntado que el gobierno que preside siempre dio alta prioridad a una relación estrecha con Centroamérica, por lo que en estos años se construyó una sólida cooperación sustentada en las prioridades de la región. "México ha contribuido a la construcción de esta nueva etapa... con la conciencia de que su dimensión geográfica y poblacional le confiere una responsabilidad especial".

Otros temas de interés común se abordaron: los abatidos precios actuales del café y del plátano; asuntos del Corredor Maya, de la siempre pospuesta construcción de un gasoducto desde México hasta Guatemala y eventualmente El Salvador, y el fenómeno migratorio, del que Zedillo destacó que "recientemente hemos ampliado las facilidades migratorias para empresarios centroamericanos".

Como siempre, sin embargo, el discurso presidencial mantuvo aquella, su permanente divisa: la defensa a ultranza del libre comercio, que "alienta el crecimiento de las economías nacionales y fortalece los vínculos entre los pueblos". El potencial que tiene Centroamérica para ese intercambio, dijo, es enorme y en los próximos años se traducirá en más empleos, mejores ingresos y más bienestar.

Fue pues, una visita rápida a esta ciudad siempre en un estado de política efervescente. Reunión donde, como en junio en Cartagena, Zedillo se despidió de otro de los foros internacionales a los cuales asistió casi sin falta. Le quedan otros dos para decir adiós: la Cumbre Iberoamericana de Panamá (cuya presidenta Mireya Moscoso, por cierto, no vino a Tuxtla IV), y el foro de Apec, que por ahí de noviembre tendrá lugar en Brunei.