VIERNES 25 DE AGOSTO DE 2000
Ť Concluye hoy el coloquio en la FFyL con una mesa redonda
Conmemoran la UNAM y Bellas Artes al pensador
Yanireth Israde y Mónica Mateos Ť Puntuales, los seguidores de Federico Nietzsche colmaron otra vez el Palacio de Bellas Artes el martes y el miércoles para escuchar dos sesiones más del ciclo de conferencias Nietzsche: Eros y occidente, impartido por el investigador austriaco Herbert Frey.
En la segunda sesión se habló de detalles biográficos de la infancia y juventud del filósofo alemán. En la tercera conferencia, si bien resultaba previsible el número de asistentes (unos mil 600), no se pudo ocupar el teatro principal --como ocurrió lunes y martes-- porque estaba programada una presentación del Ballet Folklórico de México.
Sentados en el piso y las escaleras del vestíbulo del palacio, los interesados escucharon a través de monitores de televisión las palabras de Frey --quien se ubicó en la sala Manuel M. Pon-ce--, que en esa ocasión habló acerca de la antigüedad griega, la cual representó para Nietzsche "una imagen opuesta a la modernidad y a la tradición judeocristiana".
Al "audaz Nietzsche le parecía banal ver a los griegos simplemente como almas hermosas y creadoras de obras de arte llenas de armonía. Los clásicos alemanes se habían hecho una imagen de los griegos a su propia manera y habían idealizado su naturaleza. En oposición a semejante manipulación, Nietzsche no quería pensar en la comodidad de la antigua Grecia sin su salvajismo, ni en la cultura sin su vigorosa naturaleza, ni en la belleza de su mundo sin todo lo feo que formaba parte de ello".
El autor de Más allá del bien y del mal "pensaba que en el trasfondo del arte griego se hallaba un mundo caracterizado por el horror y el deseo implacable de destrucción. Empero, la superación de un mundo originalmente lleno de horror la lograron los griegos mediante el mito. De este modo, la creación del mundo de los dioses olímpicos fue obra del mito, que resolvía así el caos de la existencia. Dioses para poder vivir y no para enajenarse de la vida".
Pensamiento intempestivo
El coloquio Cien años sin Nietzsche que se realiza en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México también ha contado con fieles participantes.
Después de hablar del nihilismo, la metafísica, el arte, la mujer y la muerte de Dios en las ideas de Nietzsche, el jueves se abordó su "pensamiento intempestivo".
El catedrático Josu Landa dijo respecto al concepto de "educación para la genialidad" del filósofo que quien admita la idea de que Nietzsche tiene el genio "deberá enfrentar problemas como éste: el genio nietzschiano sólo opera como posibilidad humana abierta, pues todo ser humano es un genio en potencia. Segundo, ni la educación pública, ni la educación privada de ningún tipo se comprometen con una forma exigente de cultura ni pretenden producir genios en ningún sentido del término, de ahí la propuesta de Nietzsche: sólo el filósofo educador puede formar genios. Además, bastará con pasearse por su biografía, demasiado humana, para comprobar el sinnúmero de dificultades que encierra esta propuesta nietzscheana".
Gerardo Rivas explicó el concepto de cultura para Nietzsche: "es un fenómeno eterno mediante una ilusión extendida sobre las cosas, la ávida voluntad encuentra siempre el medio de retener a sus criaturas en la vida y de forzarlas a seguir viviendo. A éste le encadena el placer socrático de conocer y la ilusión de poder curar con él la herida eterna del existir. A aquél lo enreda el seductor velo de belleza del arte, al de más allá el consuelo metafísico de que bajo el torbellino de los fenómenos continúa fluyendo indestructible la vida eterna. De estos estímulos se compone todo lo que llamamos cultura".
El coloquio concluye hoy en el aula magna de la FFyL con la mesa redonda Nietzsche y la filosofía dionisiaca, que se efectuará de 10:30 a 12 horas y en la que participarán Rebeca Maldonado, Ana María Martínez, Greta Rivara y Paulina Rivero. Al mediodía Juliana González impartirá la conferencia Nietzsche y el héroe en el alma.