VIERNES 25 DE AGOSTO DE 2000
Ť Participa el especialista en mesa redonda sobre seguridad alimentaria
Responsabilidad social del Estado o neoliberalismo, el dilema: Boltvinik
Ť "Las famosas cuotas de la UNAM, un caso de mercantilización de bienes" considerados gratuitos, dijo
Roberto Garduño Ť El dilema de la sociedad mexicana es moverse hacia un modelo de política social universalista, de responsabilidad social del Estado, donde todo el mundo tiene garantizado un nivel de vida básico, o seguir el rumbo hacia el modelo neoliberal, señaló el investigador Julio Boltvinik.
La ponencia que envió el economista a la mesa redonda Propuestas para Alcanzar el Objetivo de Seguridad Alimentaria Sustentable en México, refiere que los mexicanos tienen que optar entre los dos grandes modelos: el de la socialdemocracia o el neoliberal, para dar cauce a las necesidades de la sociedad:
"Esto no quiere decir que debamos, dogmáticamente, definirnos por uno solo de ellos. Sin embargo, los programas como Progresa, la reforma del Seguro Social, la eliminación de los subsidios generales o el intento de imponer cuotas en la UNAM, son ejemplos del movimiento de la política social mexicana hacia una política neoliberal, y ésta es la que precisamente debemos resistir. En México habrá que anteponer nuestra tradición del modelo revolucionario, de la Revolución Mexicana, que era el que más se acercaba al modelo socialdemócrata".
Durante la mesa redonda, organizada por el Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, el Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente del Instituto Politécnico Nacional, el Departamento de Educación Nutricional del Instituto Nacional de Nutrición y el Grupo Proseguridad Alimentaria Sustentable de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional, se dio lectura al texto elaborado por el doctor Boltvinik, quien definió tres tipos de pobreza en el país: educativa, de vivienda y servicios y de salud y seguridad social.
En el terreno educativo resaltó que "una de las grandes virtudes de la política social nacional es que a la enseñanza todavía no la consideran una más de las mercancías, la educación en nuestro país es básicamente gratuita (aunque se den casos donde repentinamente se les cobren cuotas a los padres de familia), y el acceso de los niños a la escuela no depende de las fluctuaciones en el bolsillo de sus padres, es lo que en la literatura de política social del mundo se llama desmercantilización".
No obstante, el investigador de El Colegio de México argumentó que el neoliberalismo provoca que se mercantilicen los bienes considerados desmercantilizados: "el caso más clásico y actual son las famosas cuotas de la UNAM, con los 20 centavos de inscripción, la educación superior en la universidad era una no mercancía, era un bien gratuito; al querer imponer sus cuotas, la están convirtiendo en mercancía, este proceso además se está dando en otros campos", añadió.
Al recordar que en los ochenta, además de la crisis general en la economía y la pauperización de la población, el Estado entró en crisis fiscal y también se recortó el gasto público social, Julio Boltvinik argumentó que los cálculos de la pobreza en salud, vivienda y educación no checaban con la baja del gasto público porque estaban mal deflactados (dividir entre un factor infla- cionario las series que están en precios corrientes para ponerlas en precios constantes de un año, y saber en términos reales si creció o no).
"El gasto público social compra básicamente servicios, contrata profesores, enfermeras, médicos; paga sueldos y salarios y, efectivamente, compra algunos bienes particulares: medicamentos, insumos hospitalarios, gises, pizarrones".
En aquella época, refirió, en términos cuantitativos, sin considerar la calidad, el producto educativo siguió creciendo. Lo que se desmanteló totalmente fue el aparato de fomento al desarrollo agropecuario, que experimentó una caída brutal e hizo a un lado toda la inversión pública en infraestructura básica como carreteras, presas y todo lo que tiene que ver con la construcción de esos servicios.
"Por esa forma de reaccionar del gobierno la satisfacción de necesidades básicas, que no depende del bolsillo de la gente, sino del gasto público social, siguió disminuyendo en los años ochenta. La explicación de lo que pasó entre 1990 y 1995 con la salud y la seguridad social se dio en los siguientes términos: la apertura económica en los años de (Carlos) Salinas significó un cierre masivo de empresas medianas que estaban en el sector formal de la economía; esto se tradujo en despidos masivos, bajando igualmente el número de asegurados en el Seguro Social. Este fenómeno es registrado como un empobrecimiento (de salud y seguridad social) general de la población".
Una vez que en el periodo de los ochenta cayeron sectores como el agropecuario y el gasto social, pero la educación y la salud no, en aquella época y en la actual lo coincidente es la política para disminuir considerablemente los salarios, consideró.
El doctor Boltvinik coloca a los mexicanos en un dilema: moverse entre la política socialdemócrata y la neoliberal.
"La esencia del modelo socialdemócrata es que ningún bien o servicio básico depende del juego de las fuerzas del mercado, es un modelo básicamente desmercantilizado, el ingreso de las personas se garantiza por el Estado y no depende de las circunstancias del mercado de trabajo.
"El modelo neoliberal, que es el que prevalece en los países desarrollados, parte de la premisa de que la pobreza es culpa de los propios individuos, a diferencia del modelo socialdemócrata, que la considera responsabilidad del funcionamiento del aparato social en su conjunto, y por eso se les garantiza un ingreso".