VIERNES 25 DE AGOSTO DE 2000

Ť Ocupaban la propiedad unos 50 miembros de la organización Unidos


Desalojan granaderos un predio en Tlalpan

Ť Los invasores opusieron resistencia, pese a que se les advirtió que es una zona de riesgo

Laura Gómez Flores Ť Personal de la subdelegación Jurídica y de Gobierno de la delegación Tlalpan, con apoyo de elementos del cuerpo de granaderos, desalojó a 50 personas que de manera ilegal se instalaron en un predio particular ubicado en la colonia Santa Ursula Xitla, desde junio pasado.

Los miembros de la organización Unidos, de filiación priísta, fueron avisados el miércoles por la noche sobre la acción a realizarse a las 7 horas de ayer, luego de obtenerse la resolución administrativa UDCI-3499/00, que permitía a las autoridades intervenir en el problema.

Con piedras y palabras altisonantes, la gente trató de evitar que cerca de 50 granaderos destruyeran sus casas improvisadas de cartón, lámina y plástico asentadas en los taludes. Sin embargo, ello no fue suficiente para detener la labor de los uniformados, quienes ocuparon por más de dos horas el lugar.

El predio invadido por 50 personas afiliadas a la organización Unidos, que preside Rosa María Eguía, conocida en la demarcación como una de las principales invasoras, es propiedad de Rebeca Zermeño Gómez, quien, por segunda ocasión, interpuso ante la agencia 23 del Ministerio Público una denuncia por el delito de despojo.

El pasado 18 de agosto, personal de la Subdirección de Protección Civil y Servicios de Emergencia de Tlalpan acudió al lugar tras de caer una barda de cuatro metros de altura sobre una de las casas improvisadas, lesionando a dos menores de edad. Luego de atender a los heridos, conminaron a los ocupantes a desalojar el lugar.

No obstante que el predio fue catalogado como zona de alto riesgo y susceptible de deslaves, los ocupantes se negaron a salir, con el argumento de que era su único patrimonio.

Ante ello, se solicitó a la subdelegación Jurídica y de Gobierno iniciar los trámites necesarios para el desalojo, dado que por ser propiedad particular, las autoridades delegacionales no estaban autorizadas para intervenir.

Una vez otorgada la orden se avisó a los miembros de Unidos para que salieran del lugar, y ante su negativa se recurrió al apoyo de elementos del cuerpo de granaderos, quienes también se encargaron de iniciar los trabajos para evitar deslaves e inundaciones en la parte baja del predio.

Las autoridades ofrecieron a los miembros de dicha organización instalarse de manera provisional en un albergue, a lo cual se negaron. Por la tarde, un pequeño grupo se encontraba al acecho con la pretensión de volver a ocupar el predio.