VIERNES 25 DE AGOSTO DE 1999
Ť José Steinsleger Ť
Torturador importado
LA IMPUNIDAD DE LOS TORTURADORES se alimenta del tiempo pasado y del olvido, de la amnesia deliberada y de la esperanza del perdón divino. Pero si en las sesiones de tortura el torturado consigue ver al torturador, hay algo que no olvidará jamás: los ojos de éste.
Cuando los torturados vieron sus ojos, quien parecía ser el ex teniente de navío Miguel Angel Cavallo, alias Sérpico, Marcelo, Ricardo o Ricardo Miguel Cavallo, ex director del Registro Nacional de Vehículos en México (Renave), dijeron: ''šEs él!''.
En la Armada argentina, Cavallo fue miembro activo de los llamados ''grupos de tareas'' durante la dictadura militar (1976-83). En su caso, el GT/332, que actuaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), el más lúgubre de los 66 campos de concentración que funcionaron en Argentina.
Se calcula que sólo allí y mientras la selección de Menotti ganaba la Copa Mundial de futbol en la cancha de River, contigua a la Esma, cerca de 5 mil personas fueron asesinadas y arrojadas al mar desde aviones del Ejército tras padecer inconfesables suplicios y sufrimientos.
En la Esma, auténtico Auschwitz argentino, Miguel Angel Cavallo fue responsable de la Pecera, núcleo de oficinas en las que permanecían una parte del día algunos prisioneros, que eran obligados a trabajar con archivos de prensa y una biblioteca que les permitía realizar trabajos ''de inteligencia''.
El legajo número 6505, de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, que estuvo presidida por el escritor Ernesto Sábato, señala que una de las víctimas de Cavallo fue la señora Thelma Jara de Cabezas, secretaria de la Comisión de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas.
Cuando a mediados de 1979 arribó al país la Comisión Intermericana de Derechos Humanos de la OEA, el GT/332 llevó a Thelma y otros detenidos-desaparecidos a una isla ubicada en el delta del río de la Plata, propiedad de la Iglesia católica argentina. La Marina trataba así de contrarrestar la campaña que se había iniciado en el exterior, exigiéndole al gobierno su aparición con vida.
Luego de haberla sometido a varias sesiones de tortura, Cavallo y su banda le hicieron redactar cartas dirigidas al papa Paulo VI, al general Videla, a los cardenales Primatesta y Aramburu, y también a sus familiares, todas remitidas desde Uruguay, en las que la declarante anunciaba la falsedad de su desaparición, explicando que había tenido que huir del país por ''temor a una organización armada''.
En el mes de agosto de 1979, Thelma fue sacada de la Esma y llevada a una confitería del centro de Buenos Aires. Acompañada de Cavallo, fue entrevistada por un reportero y un fotógrafo de la popular revista Para Ti. El reportaje apareció en el número de septiembre del mismo año.
En 1980 Cavallo dejó la Esma y por órdenes del Almirante Emilio Massera se trasladó a París, donde con el alias de Marcelo constituyó un centro piloto con el propósito de influir en el mejoramiento de la imagen argentina respecto de los derechos humanos en el exterior.
El nombre de Miguel Angel Cavallo volvió a sonar a raíz de las declaraciones del capitán de navío Alberto Scilingo. En marzo de 1995, Scilingo ofreció los pormenores de cómo se realizaban los vuelos de la muerte desde la Esma y denunció a 13 torturadores, incluyendo al Tigre Acosta, capitán de corbeta y jefe de la Esma. Algunos meses más tarde, Scilingo ratificó su testimonio en Madrid, ante el juez Baltasar Garzón.
Para quienes no gustan de leer documentos y denuncias, como las compiladas en informes como el Nunca más, y siempre y cuando las lágrimas no impidan avanzar con la lectura, pueden leer Recuerdo de la muerte, extraordinario texto novelado de no ficción, publicado por el periodista argentino Miguel Bonasso (México: Era, 1984).
"Y no hallé cosa en que poner los ojos/ que no fuese recuerdo de la muerte". Con estos versos de Quevedo, empieza el libro de Bonasso, para saber mucho más de los siniestros entretelones en los que anduvo el titular del Renave y miembro del consorcio privado HDS-Talsud Gemplus, cuyo lema es ''Crear soluciones en el presente, para un futuro mejor''.