VIERNES 25 DE AGOSTO DE 2000
* Rebelión en el Senado
El expediente, nuevo motivo de enojo para priístas
* Zedillo no debió entregarlo
Andrea Becerril * La impotencia entre los priístas por lo que consideraron una nueva determinación del presidente Ernesto Zedillo que lesiona al tricolor, al entregar de inmediato al Congreso el expediente sobre Banco Unión, se convirtió ayer en rabia y desembocó casi en rebelión.
Durante 12 horas, los 60 senadores electos del PRI, entre ellos la dirigente del partido, Dulce María Sauri Riancho, y personalidades que llegan a Xicoténcatl, como Manuel Bartlett Díaz, Fernando Gutiérrez Barrios, Humberto Roque Villanueva, debatieron a fondo su relación con el Ejecutivo federal.
Externaron preocupación por los próximos 90 días antes de que Vicente Fox tome el poder, ya que consideran hay el riesgo de que el actual Ejecutivo federal envíe iniciativas al Congreso de la Unión, con su firma, pero en realidad correspondan al proyecto foxista.
La inconformidad por la determinación de Zedillo de entregar de inmediato los expedientes de Banco Unión al Congreso, como lo demandaron PRD y PAN, hizo que pidieran la presencia del secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, para que les explicara el nuevo escenario, que deja mal parado al PRI, luego de la derrota electoral en Chiapas y lo ocurrido en Chimalhuacán. Sobre esto último hubo unanimidad en la decisión de respaldar plenamente al gobernador del estado de México, Arturo Montiel, quien ha sido criticado de manera severa por esos hechos violentos.
Desde el inicio del encuentro ųen la Torre de El Caballitoų, los senadores llegaron molestos. Las declaraciones de Fox en Canadá, donde manifestó que sacará este año las iniciativas para privatizar el sector eléctrico y la petroquímica, les hicieron sospechar que podría haber ya un principio de acuerdo con el Ejecutivo.
En versión de algunos asistentes, más de la mitad de la bancada exigió al coordinador Enrique Jackson Ramírez discutir ese punto. Muchas voces alertaron sobre el riesgo de que Zedillo haga llegar al Congreso y bajo su firma, las iniciativas que Fox Quesada requiere para posicionarse antes del primero de diciembre.
El acuerdo a que llegaron fue pedir al Ejecutivo federal que les informe de los proyectos de reforma que tendría en mente hacer llegar al Congreso, antes de concluir su mandato, y la determinación de impulsar, como fracción parlamentaria de oposición, su propia agenda legislativa que incluye oponerse a la pretensión de gravar con el IVA alimentos y medicinas; frenar ''todo intento de la derecha'' de dar marcha atrás en la legislación del aborto; parar cualquier intento de eliminar la educación laica y gratuita, y no permitir nada que implique entrega de la soberanía, ''aunque sea cesión inteligente'', como ha expresado Vicente Fox. Ese punto quedó zanjado, pero había más inconformidades que se han ido acumulando en contra del presidente Zedillo, particularmente por su decisión de reconocer el triunfo de Fox, antes que el candidato priísta, Francisco Labastida, asumiera su derrota.
Se puso a discusión el riesgo de que algunos priístas pudieran manifestar críticas al Ejecutivo federal en su último Informe de gobierno, y se decidió invitar a Zedillo a un desayuno con la finalidad de limar asperezas.
Sin embargo, otro punto que molestó a los senadores del tricolor y motivó que se decidiera convocar a última hora a la reunión al titular de Gobernación: la información que les llegó sobre la determinación de Zedillo de responder ayer mismo al resolutivo de la Suprema Corte y ordenar a la Secretaría de Hacienda el envío de los controvertidos informes de Banco Unión que están en el Fobaproa.
''šEse asunto le quitó un millón de votos al PRI! ƑPor qué no se entregaron los expedientes el año pasado, cuando PAN y PRD usaron el tema para desprestigiar al partido?'', fueron comentarios que formularon los senadores y a los que Dulce María Sauri no dio respuesta.