VIERNES 25 DE AGOSTO DE 2000
Ť ''ƑCuántos crímenes carga?, nunca lo sabremos'', señalan sobrevivientes
Confirman el pasado torturador de Cavallo, ex director del Renave
Ť Sus víctimas lo conocieron como Sérpico, Ricardo o Marcelo
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 24 de agosto Ť Sorpresa e indignación fueron las reacciones que causó la detención esta mañana en México del ex marino Miguel Angel o Ricardo Miguel Cavallo, quien fuera director del Registro Nacional de Vehículos (Renave) en ese país, y reconocido por varias de las víctimas que fueron secuestradas, torturadas y sometidas a ''trabajo esclavo'' en la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma), durante la pasada dictadura militar (1976-1983).
Cavallo tenía orden de captura del juzgado de Baltasar Garzón en España, quien juzga los hechos de terrorismo de Estado y genocidio en Argentina. Varios de los que lo acusaron lo reconocieron hoy a pesar del paso del tiempo. "Era el mismo que cuando ya no lograba sacar nada de un torturado enviaba a otro más duro", dijo Mario Villani a La Jornada.
Una fuente que no quiso identificarse, y que llamó a esta corresponsal, aseguró que en realidad el nombre "está equivocado" en la solicitud de Garzón, y posiblemente "surja de como se lo conocía en la Marina, cuando era un hombre de inteligencia y habría cambiado su nombre en la cédula militar para protegerse".
Pero las fotografías y el reconocimiento de las propias víctimas, así como el número de su cédula de identidad local 6.271.913, es el mismo con que figura en sus documentos en México. Miguel Angel o Ricardo Miguel Cavallo son la misma persona. "No sólo lo declaré ante Garzón, sino que tengo el documento aquí, el que le hice y para el cual el me dio el número de cédula", afirma Víctor Bazterra, y muestra la copia en sus manos.
Sérpico, Ricardo o Marcelo son algunos de los nombres con que lo recuerdan las víctimas y como mejor se lo conoció en la sordidez de la Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) en los años setenta, y está ligado a personajes como el marino Jorge Radice, quien tiene en su haber, además de otros crímenes, participación en la Operación Cóndor, la internacional del terror de las dictaduras.
Osvaldo Barros, otra de las víctimas, dijo a La Jornada que lo reconoce en las dos fotografías que se publicaron en México, pero que ya en el noticiero televisivo la diferencia es mayor, aunque los rasgos son los mismos. "A mí me secuestraron el 21 de agosto de 1979. Entonces Cavallo era responsable de la pecera, esas oficinas donde había un sector de los secuestrados que realizábamos tareas de síntesis periodística y archivos. Nosotros recibíamos los diarios a las tres de la mañana.
"Hacíamos resúmenes de las noticias y con ello un boletín informativo del día, que era enviado a dependencias de la Armada. Estuve cuatro meses en capucha, donde nos mantenían engrillados con la cabeza cubierta las 24 horas del día. Para torturarnos nos llevaban a un sótano. Es terrible recordar lo que allí sucedió y a los que fueron desaparecidos", cuenta Barros en su relato.
Así escuchó el testimonio de Telma Jara, quien fue torturada por el propio Cavallo. Ahora ella quiere mantenerse en silencio. "No podría volver a pasar por ese terror". El conoció bien a Cavallo: "Lo vi muy seguido cuando me pasaron a la pecera y lo recuerdo muy joven en aquel momento, altivo, seco, controlando ese trabajo. Esto no quiere decir que no participaba en operativos en los años 77 y 78, porque era parte de los grupos de tarea".
Barros recuerda que el periodista argentino radicado en Europa Juan Gasparini acusó a Cavallo de haber asesinado a su esposa, Mónica Jaúregui, en uno de esos operativos. "Muchos años después, cuando ya había terminado la dictadura, encontraron los cadáveres de ambas. Pero yo sí puedo decir que en 1979 Cavallo torturó personalmente a Telma Jara de Cabezas, lo que fue denunciado durante el juicio de las juntas militares".
Otros de los casos que recordó Barros entre las víctimas es al llamado "grupo Villaflor", compuesto por varios miembros de la familia de ese apellido. "Los recuerdo mucho. Eran Josefina Villaflor, Jorge Hasán, Elsa Martínez, esposa de Raymundo Villaflor, y éste fue muerto en la tortura. Los otros están desaparecidos. Se dijo que Cavallo llevó al grupo a ver a los hijos y de allí los desaparecieron. Eso creo que fue en diciembre de 1979. Había discusión entre los represores porque unos querían desaparecerlos y otros no. Nunca supimos cómo fue todo".
Fue Enrique Fukman quien reconoció también haber escuchado las comunicaciones de Cavallo con los grupos de tarea que estaban en París. "ƑCuántos crímenes carga? Nunca sabremos todo, pero sí sabemos que después continuó al amparo de la impunidad cometiendo otros delitos como el tráfico ilegal de armas, con sus amigos Radice y Horacio Estrada, que se suicidó o lo suicidaron en el caso de las armas".
Para cada uno recordar es entrar en los sótanos, en el pasado, caminar por los pasillos del terror. Pero ahora no quieren que Cavallo vuelva a salvarse, como lo hizo gracias a las leyes de Punto Final y Obediencia Debida.
Los pasos de un represor
Se calcula que las viejas amistades llevaron a Cavallo a Centroamérica, donde los militares habían apoyado a las dictaduras, como sucedió en El Salvador y luego también a los contras de Nicaragua, en la guerra de Estados Unidos contra los sandinistas. El ex marino tiene una historia muy larga en este nuevo tiempo, ya que sus lazos con los traficantes de armas y su conexión con empresas fantasmas -que han proliferado en muchos países al amparo de la "libertad absoluta" del mercado- lo liga con acciones delictivas en la actualidad.
Antes de ir a México a dirigir el Renave, Cavallo abrió su empresa privada con varios socios en El Salvador, donde estrechó lazos con el empresario cafetalero Francisco Borja Nathan -según confiaron fuentes a este periódico-, un exportador vinculado con el partido derechista Arena, que en el pasado también tuvo lazos con los represores argentinos que trabajaron en Centroamérica. Ahora se abre otra puerta hacia el submundo.
Sin embargo aunque en un primer momento se sostuvo que el marino detenido en México no tenía orden de captura, las solicitudes de Garzón no dejan lugar a dudas desde sus exhortos. En el documento del juzgado central de instrucción cinco de la Audiencia Nacional de Madrid (autos del 2 de noviembre de 1999) figuran todos los antecedentes y órdenes de captura, además de los fundamentos de la competencia para tomar estas medidas.
Allí, entre varios jefes de la pasada dictadura militar. como el contralmirante retirado Emilio Massera, el general Leopoldo Fortunato Galtieri, Jorge Vildoza, Jorge Eduardo Acosta y sus cercanos amigos Jorge Radice y Guillermo Antonio Minicucci, y en una larga lista que suma casi 200 siniestros personajes, está Miguel Angel Cavallo, con un claro pedido de captura, cuando en ampliación de la querella por imputados en el sumario se dictan autos de procesamiento y prisión provisional incondicional para un grupo donde figura el ex marino.
"Acuerde librar órdenes de detención internacional contra todos ellos que sean detenidos si se les encontrara fuera del territorio de la república Argentina a efectos de tramitar su extradición en dicho caso", se señala en el documento del juzgado de instrucción.
Y también pide lo mismo Garzón en Argentina, pero esto se halla detenido por trámites judiciales. El 30 de diciembre de 1999 Garzón libró una orden de detención contra 48 oficiales argentinos involucrados en crímenes, donde también figuran Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez, Ramón Genaro Díaz Besone y otros.
En mayo pasado hubo otro pedido del juez para que el gobierno argentino detenga a los represores, pero hasta ahora la justicia, como sucedió recientemente con la detención en Roma de Jorge Olivera, viene desde afuera.