JUEVES 24 DE AGOSTO DE 2000

* Denuncia la discriminación de que fueron víctimas las remeras con Ivanov 


Montoya viaja a Sydney, pese al cúmulo de carencias

* Junto con Soberanes competirá en el doble par abierto * Viajarán a Australia el 2 de septiembre

montoya-soberanes-remeras-jpgAbril del Río * Convencida de que "siempre hay que sufrir un poco para lograr cada objetivo", Lourdes Montoya se dirige hacia sus segundos Juegos Olímpicos, en Sydney 2000, donde posiblemente pondrá fin a una carrera llena de triunfos centro y panamericanos, y habrá superado, junto con su pareja en el doble par abierto, Ana Sofía Soberanes, una campaña de discriminación sexual que durante la mitad del ciclo olímpico implantó en el equipo nacional el ucraniano Michael Ivanov.

Durante casi tres lustros, Lourdes Montoya Castorena, de 34 años, se ha despertado a las cinco de la mañana para llegar a tiempo, desde San Juan Ixhuatepec, a la práctica diaria en la pista Virgilio Uribe, en Cuemanco. Desde ahí, hoy vislumbra el sin fin de carencias, sobre todo de equipamiento y roce de competencias con las remeras europeas que dominan la disciplina en el mundo, debido a lo cual los remeros, en general, habrán cumplido con un buen papel si alcanzan las finales "B" de sus pruebas, es decir, si terminan entre los mejores 12 en la cita olímpica.

Ante la exigencia olímpica, atrás quedará el brillo de los metales: dos preseas doradas que consiguió en los Centroamericanos de México 90, plata y bronce en los Panamericanos de La Habana 91, plata en Centroamericanos de Ponce 93, bronce en Mar del Plata 95, dos de oro y una plata en Centroamericanos de Maracaibo 98 y hasta el cuarto puesto en Panamericanos de Winnipeg 99.

Montoya sabe que "en el remo mexicano no hemos dado ese salto hacia el nivel mundial; tendríamos que mantener a los equipos compitiendo en Europa para que se vea nuestra realidad. Es muy difícil mejorar si estás aquí en Cuemanco toda la vida compitiendo con la misma gente, entre cinco o seis remeras senior que ya nos conocemos".

La atleta recordó la intervención de Ivanov, quien entre 1997 y 1999 fuera entrenador nacional en jefe, es decir, de todas las ramas, y de quien recuerda: "Nos puso un pie en el cuello a las mujeres, aunque habíamos clasificado para los Olímpicos (Atlanta 96) y somos las que siempre aportamos el grueso de las medallas. Se nos quitó todo el apoyo; a los hombres se les facilitaron los viajes, mientras nosotras tuvimos apenas una competencia por año. De abril a la fecha contamos ya con el respaldo de CIMA; tenemos un bote nuevo y otro que llegará a Sydney, además de mayor sensibilidad de los dirigentes, pero es muy difícil salir adelante con tantas carencias".

Bajo la dirección de Tomás Martínez, quien ha trabajado por años con la rama femenil, Montoya y Soberanes ajustan detalles técnicos que detectaron en días pasados, en cuatro competencias en Europa. "No nos fue muy bien, pero nos sirvió mucho para darnos cuenta de lo que nos hace falta. El presidente Ernesto Zedillo dijo que nadie debe pedirnos resultados, pero sí tenemos que rendir cuentas a nosotros mismos, a nuestras familias y a la gente que nos ha creído". sostuvo.

Las remeras viajan a Australia el 2 de septiembre.