MIERCOLES 23 DE AGOSTO DE 2000
* Considera que hay dolo de Jiménez Espriú al pedir que se le investigue
Sanz: Arreglé en 1999 el contrato de Torrado
* Sólo respeto los derechos del jugador; en la adquisición de Hugo Sánchez no intervine, asegura
Miguel Angel Ramírez * José Manuel Sanz consideró que la molestia de Javier Jiménez Espriú, vicepresidente de Pumas, es porque ahora los jugadores le dijeron que platicara con quien los representa. Recordó que "el año pasado, cuando yo hablé con él" sobre el contrato de Gerardo Torrado, se pusieron de acuerdo inmediatamente.
Sanz estuvo ayer en la Federación Mexicana de Futbol, tras el anuncio de que Pumas solicitó que se investiguen sus actividades como representante de jugadores. "Definitivamente lesiona moralmente esos términos. Creo que hay un dolo, una mala intención", aseguró el empresario.
Por eso quiso aclarar la situación. "Decir aquí está José Manuel Sanz, qué es lo que quieren". Explicó que si Torrado no ha llegado a un acuerdo con los Pumas, no es por su culpa. Indicó que mandó a Gerardo "a ver a la directiva", cuando ésta se negó a tratar con él, pero "no llegaron a un acuerdo", y como las peticiones del futbolista son "lógicas, lo apoyé en ese sentido. Se ha manejado que pedía el oro, no es cierto. Está pidiendo un salario medio bajo del futbol mexicano".
Puntualizó que "el año pasado yo firmé, dí el visto bueno, junto con el jugador, al contrato de la temporada", pero ahora no lo aceptaron. La directiva de Pumas invocó una violación al artículo 12 de los reglamentos de la FIFA, relativo a los representantes de jugadores. Sin embargo, Sanz informó que en "junio de 1999" Torrado le mandó una carta "a Pumas", anunciándole que decidió tener un representante legalmente registrado ante FIFA.
Le pidió a los dirigentes aurizules expliquen lo del "conflicto de intereses", pues no intervino para nada en la contratación del técnico Hugo Sánchez (a quien representa desde hace muchos años), y a los jugadores Torrado, Luis Ignacio González y Christian Ramírez los maneja desde antes de la llegada del ex delantero del Real Madrid a los Pumas. Dijo que "se acercaron dos o tres jugadores cuando Hugo estaba de entrenador", y los tuvo que rechazar "por ética profesional", pero no puede "hacer a un lado a tres chavales" con los que ya venía trabajando.
Además, resaltó que a ninguno de los tres les "ha cobrado un solo centavo, porque los sueldos" que perciben "son muy bajos"; es una inversión a futuro.
Interrogado sobre si Jiménez Espriú le declaró la guerra, contestó: "No lo sé, sería totalmente ilógico". Insistió en que en la contratación de Hugo no intervino y que Torrado lo único que ha hecho es hacer valer sus derechos. "Lo único que ha hecho malo José Manuel Sanz es respetar los derechos del jugador. Nada más".
Recordó que Torrado ya había aceptado renovar contrato con los Pumas, pese a que las condiciones económicas eran malas, pero al pedir hacerlo únicamente por seis meses, le contestaron que no; debía ser por 12 meses. "Entonces Torrado dijo: no firmo". Y como se fue a buscar suerte al extranjero, cuestionaron que un ofrecimiento del Benfica haya llegado vía fax de un hotel. Para él todo es cuestión de demostrar en Pumas que el que "aquí manda soy yo", pues los auriazules no le dan ninguna salida al jugador.
Sanz dijo que Torrado está abierto a negociar con Pumas, y él se encuentra a disposición de la FMF para aclarar cualquier cosa. Ayer, el que lo recibió fue Rafael Lebrija, presidente de la Primera División, quien insistió en que analizaran toda la situación para ver si el representante ha incurrido o no en una violación a los reglamentos de FIFA.