MIERCOLES 23 DE AGOSTO DE 2000

* El Presidente abanderó en Los Pinos a una reducida delegación de atletas


Nadie tiene derecho a pedirles resultados en Sydney: Zedillo

* Vayan con la certeza de que el pueblo mexicano los apoya, les dijo el mandatario

Rosalía A. Villanueva y Abril del Río * "El mayor compromiso que tienen es con ustedes mismos. Nadie tiene derecho a pedirles a ustedes resultados específicos'', subrayó el presidente Ernesto Zedillo a un grupo de atletas, durante la ceremonia del abanderamiento a la delegación olímpica que acudirá a Sydney.

Y así, ayer, libres de presiones en lo deportivo, los dirigentes sólo se ocupaban en rellenar los huecos para presentar un abultado contingente en el acto que tuvo lugar en la Hondonada de Los Pinos; ocasión ideal para quedar bien con esposas y hasta suegras de los directivos, más que familiares de los 26 atletas que asistieron de una delegación de 79. Los ausentes se encontraban fuera del país con la preparación en marcha de cara a la justa que se inicia el 15 de septiembre.

Si bien la ceremonia fue breve, Zedillo no escatimó en su mensaje con frases cargadas de confianza para los deportistas que enfrentarán la cita olímpica: "Ustedes tienen su preparación, se han ganado ese lugar en esa gran competencia y habrán de responderle a su preparación y a su anhelo de salir adelante en Sydney.

Yo estoy seguro de que ustedes estarán ahí con una gran dignidad, pondrán su mejor esfuerzo y estarán participando con una gran alegría y con el gran orgullo y el gran honor que significa ser mexicano.

"Quiero que vayan a Sydney con la certeza de que el pueblo de México los apoya. De que los mexicanos ciertamente y el Presidente de los mexicanos, tiene una gran admiración hacia todos ustedes porque han alcanzado ese sitio de privilegio que se necesita para representar a México en Juegos Olímpicos''.

En su último abanderamiento a una delegación deportiva, el primer mandatario reconoció la condición de los seleccionados, al asegurar que "no están aquí por un hecho fortuito ni por una casualidad'', sino como resultado de una vida de esfuerzo, de disciplina, de apego, de amor a los valores, particularmente del alto rendimiento. "Esfuércense, compitan y pongan muy en alto con una gran di zedillo-delegacion-olimpica-jpg gnidad el nombre de México. Les deseo éxito en esta competencia y les repito: 'sientan ustedes el respaldo del pueblo de México''.

Por la familia deportiva, el jefe de misión, Felipe Muñoz, advirtió que la ceremonia no era un trámite obligatorio sino "la primera parte del momento culminante de la carrera de un deportista'', aunque en su discurso sólo garantizó que México competirá "con lo mejor que tenemos''. Comentó que los 54 hombres y 27 mujeres que se enfrentarán en 24 disciplinas de 17 deportes están "todos y todas unidos con la responsabilidad de dar lo mejor de sí mismos''.

Para algunos de los seleccionados no era nada nuevo recibir la bandera, que en esta ocasión portaba el clavadista Fernando Platas, en la casa presidencial. Otros escucharon al Presidente emocionados. Todos atentos y con una solemnidad que en su momento Zedillo decidió romper. "šDescansen, ya!'', exclamó en tono de broma para dirigirse a los saludos personales y apapachos a sus más conocidos como Marijosé Alcalá, la gimnasta Dennise López ųsu paisanaų, los maratonistas Adriana Fernández, Benjamín Paredes y Andrés Espinoza, el pentatleta Horacio de la Vega y los remeros Miguel Gómez y Rómulo Bouzas. Todos estos al margen de que la taekwondoísta Mónica del Real le entregara el libro que contiene las fichas de cada integrante de la delegación y un uniforme. Y listos, todos, para la foto oficial.

Al final de la fila lo esperaba el ex campeón mundial de caminata y dos veces Premio Nacional del Deporte, el panista Martín Bermúdez. Le entregó una carta y recortes periodísticos, con la esperanza de que se cumpliera una promesa de gobierno, esa que en 1977 le hiciera José López Portillo de otorgarle una casa en retribución por no haberle asignado ninguna cantidad, como es usual cuando se es acreedor a un PND, distinción que se repitió en 1979; años más tarde le recordó la deuda a Carlos Salinas de Gortari, quien tampoco la saldó, así que el ahora comisionado nacional de marcha consideró conveniente realizar el último intento bajo el régimen priísta.

Evitar presiones: Ivar Sisniega

Ivar Sisniega, presidente de la Conade, consideró que la ceremonia "fue muy adecuada a lo que debemos transmitirles a los deportistas: tranquilidad, calma, que van sin ningún tipo de presión para que hagan su mejor esfuerzo''.

Y los deportistas asumieron muy bien el mensaje presidencial. Marijosé, veterana de la delegación que se dirige a sus cuartos juegos, manifestó que fueron "muy sabias las palabras del Presidente al decir que el compromiso no era con la gente, pero al mismo tiempo él sabe que nosotros queremos traer buenos resultados para nuestro México''.

El tetracampeón mundial en taekwon- do, Víctor Estrada refrendó su compromiso de hacer historia al figurar su disciplina por primera vez en el calendario oficial olímpico, aunque advirtió que si no gana la medalla "ni modo, es parte de este juego, y si me ganan, ojalá que el que lo haga sea mejor que yo''.