MIERCOLES 23 DE AGOSTO DE 2000
Los Masters de Sydney 2001, meta de la veterana atleta
Chayito: una caída, tres preseas
Abril del Río Ť "El día que corra y no gane ni una medalla, mejor me quedo por allá, donde ande, de la pura vergüenza", exclamó Rosario Iglesias Rocha, Chayito, la atleta casi nonagenaria que se mantiene como la de mayor edad en las justas mundiales para veteranos.
Una medalla de oro en los 400 metros y dos de plata, en 200 y 800, colgaban al cuello de la diminuta y sonriente Chayito, luego de 14 horas de viaje, entre vuelos, largos trasbordos desde la localidad canadiense de Columbia Británica, donde la semana pasada se realizó el encuentro internacional Kamloops Master 2000, y al menos cinco horas más, bien despierta para la cita con sus patrocinadores.
Amable, dispuesta y rodeada de trofeos y recortes de periódicos canadienses que destacan su presencia en la reunión atlética, Chayito fue entrevistada en las oficinas de la firma de zapatos tenis de tela que ahora utiliza, pues aunque no son especiales para pista, le han dado mejores re 048n1con
sultados que los huaraches con los que se presentó a las justas durante gran parte de su carrera deportiva, casi diez años en el alto rendimiento.
Chayito, quien había viajado con Lourdes Hernández, su nieta política, recordó que en toda su carrera no se había encontrado con una situación como la que le impidió en Canadá subir al podio en las tres pruebas. "No me dejaban pasar, pero aun así llegué como pude", dijo.
Y es que su única contendiente en la categoría de 85-89 años, la canadiense Iny Granstrom (88 años), al ser invidente, entró a la pista ayudada por un guía, su hermano de 75 años, quien no sólo la jalaba, sino que ambos presionaron a la mexicana hasta ocasionar su caída, faltando 100 metros hacia la meta.
Chayito se levantó sin ayuda de nadie, pues ya ni el médico de la justa, un octogenario, alcanzó a atenderla. La corredora se apresuró a terminar y llegó en segundo lugar, con 8 minutos, dos más que su tiempo promedio, que es de 6 minutos en los 800 metros.
Siempre ante la desventaja que implicaba la ayuda extra con que contaba su rival, Chayito cruzó también segunda la meta de los 200 metros planos, con tiempo de 1:50 minutos flat, pero de los 400, que ganó con 2:46.16 minutos, comentó: "Ahí sí no hubo ni cómo me pasaran; nomás no me dejé, aunque estas personas se me atravesaban, pero no me dejé".
Este mes, 90 años
Chayito y Granstrom eran las únicas participantes en la categoría (85-89), por lo que compitieron en los mismos heats que las inscritas en 80-85 años. Pero el propósito de la mexicana es ampliar su propio récord como la corredora y campeona de mayor edad, cuando en los Mundiales Masters de Atletismo, a efectuarse en julio de 2001 en Sydney, se presente ya con 90 años, que cumplirá el próximo 31 de agosto y festejará "aunque sea con unos frijolitos con mi familia". La atleta tiene dos hijas, 15 nietos, 30 bisnietos y 15 tataranietos.
Por lo pronto, Chayito continuará sus entrenamientos al tiempo que realiza el oficio de voceadora, que desde hace 63 años le permite sobrevivir, en la parte económica, y con una vitalidad ejemplar. Suficiente práctica es para ella cubrir a diario una ruta de reparto que comprende de 4 a 5 kilómetros en la zona de Plateros a Holbein. "Me gusta correr, y por el camino voy viendo a muchos muchachos a los que les invito: 'Vamos a correr', pero no quieren, son flojos. Me da mucha tristeza porque luego los veo ahí tirados de borrachos, y sobre todo, muy jovencitos", expresó.
Pese a su disminuida figura, la carencia de dientes y lo débil que a simple vista luce, a Chayito sólo parece dificultársele la escucha. La anciana derrama optimismo al afirmar que su estado de salud es perfecto. "No me duele nada; estoy como una niña de 15 años. Véame. La enfermedad no me quiere, pero aun así, espero que Dios me deje ir todavía a Sydney".