MARTES 22 DE AGOSTO DE 2000
* Reprochan altos precios y baja calidad
Pese a las críticas el chef Ducasse afirma que conquistará Nueva York
Afp, Nueva York, 21 de agosto * El nuevo restaurante del chef francés Alain Ducasse, inaugurado en junio en Nueva York, recibe duros comentarios de la crítica, que le reprocha sus exorbitantes precios para lo que consideran de baja calidad, aunque eso parece no afectar todavía al cocinero estrella de Francia.
"Sí es dura", reconoce el chef más famoso del mundo. "Pero si vine a Nueva York fue porque es una ciudad difícil, con clientes y prensa exigentes. Lo que me interesa, es el reto".
Instalado en la cocina del Essex House, un hotel de lujo ubicado en Central Park, el Restaurant Alain DucasseųNew York ADNY, ocupó los titulares de la prensa desde su apertura, básicamente a causa de los precios jamás fijados en una ciudad famosa por ser cara. Un diario tituló: "Cena para dos: 500 dólares".
La llegada a Manhattan de la estrella de la cocina francesa fue ampliamente destacada por sus cuentas, el monto invertido en sus cocinas (dos millones de dólares) y la lista de espera inicial, que obligaba a los comensales a esperar varios meses. Pero luego, las críticas se hicieron muy duras,
"Una vez que las puertas se abren, todo parece ir mal", escribe el diario New York Times. Su periodista especializado en gastronomía, William Grimes, advirtió al lector que no pudo escribir una verdadera crítica tras varias comidas, pero al terminar su primera cena preguntó con ironía: "ƑPodría siquiera ver al señor Ducasse?".
El semanario New York Magazine fue más severo: "Su cocina necesita desesperadamente volverse brillante. Las recetas que dice tener en la cabeza son muy intelectuales, les falta naturalidad. ƑAbiertos a todos? Nosotros lo estamos, pero definitivamente, no somos fáciles de engañar".
El New York Port acusó "al chef globe-trotter de querer captar la fuente de dinero líquido de Manhattan mientras (la ciudad) despilfarra, y su restaurante lo hace con un mediocre, a veces cómico, resultado".
El extremado refinamiento de la decoración, los cubiertos propuestos para cortar las carnes o el estilo lujoso para firmar sus cheques son motivo de burla o de condena por parte de los críticos.
"La revista económica Fortune es más explícita: 'Este restaurante es tan malo que uno podría hablar (de el) en las cenas durante años'".
El flujo inicial de reservaciones, que hizo que ninguna mesa estuviera disponible antes de diciembre, parece seriamente afectado. Ahora es posible llamar un viernes y tener una mesa disponible para el siguente lunes, a la hora que uno elija.
Pero Alain Ducasse no se asusta por las críticas e insistió: "Ahora haré mi trabajo de artesano lo mejor que pueda y estoy seguro que los neoyorquinos se van a plegar porque vamos a poner el tiempo, la atención, todo nuestro corazón y nuestro profesionalismo; tenemos que ser pacientes y todo va a salir bien".