LUNES 21 DE AGOSTO DE 2000
* Inicia Monsiváis coloquio sobre el libro de Paz
El laberinto de la soledad, anuncio de la modernidad
* México ya no es tan dependiente de las mitologías, asevera
Arturo Jiménez * Con El laberinto de la soledad, ensayo de Octavio Paz acerca del "ser del mexicano", el nacionalismo se concentra y se despide abriendo al exterior a México, el país de la soledad y del fatalismo; a la vez, anuncia el tránsito a la modernidad, dijo ayer el escritor Carlos Monsiváis en el Palacio de Bellas Artes.
"Y este nivel del libro (el menos frecuentado gracias al ánimo turístico de extranjeros y nacionales que usa El laberinto... para entenderse con el México de los signos cósmicos y las festividades como el Día de Muertos) resulta el más actual ahora, en un país ya no culturalmente periférico y ya no tan dependiente de las mitologías."
El autor de Días de guardar y quien sostuviera con Paz una polémica sobre la izquierda mexicana, dictó en la sala Manuel M. Ponce la conferencia inaugural del coloquio internacional "Por El laberinto de la soledad, a 50 años de su publicación", que concluirá el próximo domingo 27 y se realizará en varios lugares, como el ITAM, el FCE, El Colegio de México, el Museo Nacional de Antropología, la Fundación Octavio Paz y la UNAM.
En el coloquio también participarán, mediante conferencias o mesas redondas, intelectuales como Manuel Durán, Alvaro Matute, Anthony Stanton, Roger Bartra, Alejandro Rossi, Ramón Xirau, Leopoldo Zea, David Brading, Marta Lamas, Adolfo Sánchez Vázquez, Eduardo Matos Moctezuma, Enrico Mario Santí y Enrique Krauze, varios de ellos presentes ayer.
El asombro de un nativo viajero
Monsiváis leyó su texto "El laberinto de la soledad: el juego de espejos de los mitos y las realidades", en el que apuntó que este libro del Nobel de Literatura es una lectura de México que "vislumbra un país oculto con el asombro de un nativo que es al mismo tiempo un viajero que combina la admiración y la crítica".
Luego de una reflexión sobre la modernización que implica el nacionalismo y del término "mexicano", Monsiváis ubicó histórica y críticamente este texto:
"Durante una larga etapa, El laberinto... es la mejor versión disponible de las maneras utilizadas por una sociedad para visualizarse o verbalizarse a sí misma, en el entrecruce de nacionalismo y modernidad. Si entonces se cree con cierta beatitud en la originalidad extrema del país es, entre otras cosas, porque ni se acepta ni se entiende lo diverso. Si México no es uno, su existencia carece de sentido. Paz acepta estas reglas de juego y las trastoca."
Y luego Monsiváis trajo a cuento un señalamiento en ese sentido hecho por el poeta a Claude Fell: "Una de las ideas ejes del libro es que hay un México enterrado pero vivo. Mejor dicho: hay en los mexicanos, hombres y mujeres, un universo de imágenes, deseos e impulsos sepultados.
"Intenté una descripción --claro que fue insuficiente: apenas una ojeada-- del mundo de represiones, inhibiciones, recuerdos, apetitos y sueños que ha sido y es México... En ese sentido mi libro quiso ser un ensayo de crítica moral: descripción de una realidad escondida y que hace daño."
Ante eso, Monsiváis comentó: "Paz tiene razón, pero lo que medio siglo de trabajos, debates y recuentos históricos ha vuelto inocultable es el papel de la censura estatal y social en la configuración del México 'enterrado pero vivo'. No es sólo asunto de pulsiones y deseos ocultos, sino de autoritarismo y represión eclesiástica y gubernamental".
Monsiváis comentó el hecho asumido por Paz de que su reflexión no era sobre toda la población sino sobre un grupo reducido de mexicanos que tienen "conciencia de su ser", revisó el famoso análisis que sobre la palabra "chingada" hiciera el poeta y recordó la importancia dada por el ensayista a la Revolución Mexicana en El laberinto de la soledad.
Al final, declaró que en 1950 se "anuncia el fin del aislamiento y del aislacionismo de la cultura mexicana. Si la 'soledad' de la nación es fruto de la psicología fatalista de los mexicanos, o es el resultado de los modos operativos de la historia, es asunto a debatir.
"Se demanda la liquidación del nacionalismo cultural (en medio de la mística nacionalista aún viva) y se impulsa la apertura industrial, informativa, artística, que, sin prisa alguna, irá de la minoría a las mayorías. El laberinto... anuncia el tránsito a la modernidad entendida como desatadura".
La participación de Monsiváis fue presentada por Adolfo Castañón. Y antes, tras unas palabras de bienvenida de Gerardo Estrada, Guillermo Sheridan dio por comenzado el coloquio.
Hoy, en la mesa redonda El Laberinto Político, participan Carlos Castillo Peraza, Enrique González Pedrero, Luis Medina, Federico Reyes Heroles y Rafael Segovia, en el auditorio Raúl Bailleres del ITAM, a las 12 horas. Y a las 7 de la noche, en la librería Octavio Paz del FCE, Manuel Durán dictará la conferencia "El laberinto de la soledad y Postdata: una aventura del pensamiento".
El martes, al mediodía, habrá una mesa redonda en El Colegio de México. Y a las 19 horas, en el Museo Nacional de Antropología, Roger Bartra dará la conferencia "El laberinto y su mapa".