LUNES 21 DE AGOSTO DE 2000

* Avanzamos pese a la poca colaboración de Zedillo, dice Hernández Juárez


Releccionistas, los líderes de la UNT presumen sus procesos democráticos

* Se vislumbran pocas sorpresas en el congreso de esa agrupación sindical, en noviembre

Fabiola Martínez y Elizabeth Velasco /II y última * En la búsqueda de su fortalecimiento, la Unión Nacional de Trabajadores (UNT) se dispone a pulir su imagen e incluso reta a los medios de comunicación y dirigentes sindicales oficialistas a que "valoren" el proyecto de esta central alterna al Congreso del Trabajo (CT), la autoridad moral de sus dirigentes y los procesos "ampliamente democráticos" de los líderes de un centenar de organizaciones que integran este conglomerado sindical.

Los dirigentes de la UNT son cuidadosos de no entrar en disputas internas ni en reformas estatutarias que les impidan ir delante de otros proyectos sindicales e intentan ampliar su membresía y fuerza en todo el país, con el apoyo de otros sectores como los campesinos e incluso con los obreros de las maquiladoras de la frontera norte, otrora olvidadas por los sindicatos nacionales.

La historia de la UNT es breve ųapenas constituida en 1997ų, pero confía en que ante el cambio político en el país los sindicatos "independientes y democráticos", como se autodenominan, tengan mayor influencia en las políticas de gobierno y participen en la "reforma política y económica del Estado", pero sobre todo en el combate al charrismo y los contratos de protección, principales banderas que enarbolan desde su nacimiento.

Un año después de la ruptura con las organizaciones del foro El Sindicalismo ante la Nación, varios sindicatos encabezados por los telefonistas, trabajadores de la UNAM, del Seguro Social y gremios como pilotos, sobrecargos, tranviarios y técnicos y manuales de la industria cinematográfica, entre otros adheridos a su vez a la Federación de Sindicatos de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes), anunciaron la creación de una nueva central de trabajadores, que lo mismo afiliaría a sindicatos surgidos del CT que a otros permanentemente opositores al sindicalismo oficial como el Frente Auténtico del Trabajo y diversas organizaciones del campo y la ciudad.

Lo anterior, con el objetivo de "emprender un cambio de fondo en el sindicalismo y una nueva relación con el gobierno y empresarios", es decir, "una central alejada de las tutelas gubernamentales y partidistas" que combatiría con todo el charrismo sindical.

Desde entonces arreciaron las acusaciones mutuas de "protagonismo y madruguetes" entre los impulsores de la UNT y los foristas que decidieron quedarse sólo con esta figura para construir una "propuesta política" y a final de cuentas seguir afiliados al CT. Para ellos, una nueva central significaba "una aventura que dividiría al sindicalismo".

En noviembre de 1997 se constituyó formalmente la UNT con la participación de un centenar de organizaciones y una militancia calculada por ellos mismos en 1.5 millones de trabajadores, cuyo objetivo principal se sustentaba "en el combate al corporativismo y los contratos colectivos de protección".

También desde los primeros meses de la UNT fue señalada por sus críticos como "la central de Hernández Juárez", líder de los telefonistas desde 1976, presidente del Congreso del Trabajo en 1987 y fundador de la Fesebes en el periodo de gobierno de su "amigo" Carlos Salinas de Gortari.

Cinco meses antes de la constitución de la UNT, el líder de los telefonistas declaró a este diario: "La Fesebes no fue producto ni de la manipulación del ex presidente Salinas y menos de su intervención directa... yo no fui el Caballo de Troya del salinismo para destruir las cúpulas obreras".

En este mismo ánimo de autonomía e independencia, la UNT intenta ahora renovar su estructura y liderazgo ante el gobierno de Fox y los trabajadores del país, "para que la gente sepa que somos una organización verdaderamente democrática", aun cuando sus principales dirigentes han repetido una o varias veces como secretarios generales en sus respectivas organizaciones.

La semana pasada, en una reunión plenaria de la UNT y la Fesebes, se propuso que estas organizaciones "convocaran" a los reporteros a realizar una investigación en torno a los procesos de selección en cada uno de los sindicatos, en los que se permite y se ha aplicado la relección como el caso de Hernández Juárez (con 25 años al frente del gremio de telefonistas), Agustín Rodríguez en el STUNAM, Alejandra Barrales en la asociación sindical de sobrecargos, Rosendo Flores en el SME y Benito Bahena al frente de los tranviarios, entre otros.

"Aquí no se acepta a ningún líder que no sea respaldado por sus bases. A diferencia del CT, las elecciones en nuestros sindicatos se realizan en estricto apego a las normas democráticas; si no pregúntenle a Joaquín Gamboa Pascoe (dirigente de la federación cetemista del Distrito Federal), Joel López Mayrén (secretario general de la COR) o Enrique Aguilar Borrego, dirigente de los sindicatos bancarios", señalaron.

En ese encuentro, realizado tras su primera entrevista con Vicente Fox, quien recibió a los principales dirigentes de la UNT dos horas después que al líder cetemista Rodríguez Alcaine, se comentó también que este personaje "había ido a entregarse con el presidente electo, al igual que otros ex foristas (en alusión a la ex dirigente del magisterio Elba Esther Gordillo), quienes ahora aparecen como intermediarios entre Fox y el PRI e intentan de esta forma dejar prendidas dos velitas".

Ante ello, agregaron, hoy es el momento histórico de la UNT y la Fesebes. Después, el dirigente de los pilotos y secretario general electo de la Fesebes, Jaime Luis González Navarro, resumió: "tenemos una magnífica oportunidad para participar en la elaboración de políticas públicas y de que el cambio político del 2 de julio se traslade a la reactivación del movimiento sindical independiente".

Al interior de la UNT se vislumbran pocas sorpresas en su próximo congreso nacional, programado para noviembre, en el que habrá sólo algunos cambios en el estatuto, a fin de conservar la presidencia colegiada, cuyo bastión continuaría en manos del sindicato de telefonistas, de trabajadores de la UNAM, y Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS).

"Había propuestas de cambio encaminadas hacia una sola presidencia o a la ampliación del periodo de la presidencia colegiada, pero creemos que en estos momentos no convendría un río revuelto entre nosotros sino avanzar en el diálogo con el próximo gobierno, más allá de los cotos de poder y la interlocución.

"En el caso de la profesora (Gordillo) considero que es una mujer inteligente y no descartamos que aspire a dirigir nuevamente alguna instancia como la FSTSE o el propio SNTE, e incluso brincar a un proceso para crear una nueva organización", señaló Fernando Rocha Larráinzar, dirigente de los 350 mil trabajadores sindicalizados del IMSS.

Para Alejandra Barrales, dirigente de los sobrecargos, el cambio de gobierno "sí abre las posibilidades para fortalecer nuestra organización y, en consecuencia, adelgazar al sindicalismo simulado".

Sobre la posibilidad de que la ex dirigente del magisterio Elba Esther Gordillo intente avanzar en esta vía, señaló que en el país "existen varios actores en el sindicalismo, por lo que nadie vería como positivo que hubiera un solo interlocutor, la disputa por ello no sería una medida sana".

Bertha Luján, integrante de la coordinación nacional del FAT, confía en que al interior de la UNT persistan los contrapesos necesarios para que nadie, a nombre de esta organización, negocie con el nuevo gobierno. "Hasta ahora los planteamientos de los líderes más activos en la UNT han estado acotados por la mayoría y nuestras propuestas han sido delineadas desde abajo".

Afirma que los sindicatos independientes dan el "beneficio de la duda" al nuevo gobierno, pero de ninguna manera otorgarán un cheque en blanco, "porque confiamos más en la unidad y movilización de los trabajadores que en la voluntad de un presidente acotado por un empresariado fuerte que ha ganado mucho terreno en materia laboral y económica. Por ello, de nada nos servirá un sindicalismo domesticado ni confiaremos en los dirigentes del CT que seguramente continuarán en la línea de sumisión frente al poder".

Sin cortapisas, Hernández Juárez, aún militante priísta, señala que la "poca atención del presidente Ernesto Zedillo a la UNT" no fue impedimento para avanzar y, en este sentido, afirma, "si la relación con Fox es buena seguramente avanzaremos más fácil y más rápido".

Afirma que nunca ha buscado un liderazgo único en esta central obrera y que su actitud ha sido "congruente con los hechos"; sin embargo, sostiene: "yo seré un interlocutor más, pero sin lugar a dudas, estaré presente en la relación activa entre el sindicalismo y el próximo gobierno".