LUNES 21 DE AGOSTO DE 2000
* PARABOLA
* Emilio Lomas M. *
México ha albergado grandes historias sobre políticos que se han enriquecido ilícitamente, con la complacencia tácita de las máximas autoridades de los distintos gobiernos que han dirigido el país durante los últimos 30 años. A lado del recién ex fallecido Arturo Durazo Moreno, sólo por mencionar uno de los casos más rememorados, o de Raúl Salinas de Gortari, Oscar Espinosa Villarreal es sólo uno más que se agrega a la lista de la impunidad.
Hoy que ha pasado de la gloria a la deshonra, Espinosa Villarreal se ha vuelto uno de los hombres más buscado por la justicia tras iniciarse un juicio en su contra por el desvío de 420 millones de pesos en el Departamento del Distrito Federal (DDF). Además, también podría revivirse la ya congelada denuncia en la que se le acusa de haber hecho un quebranto que llegó a los 55 mil millones de pesos en perjuicio de Nacional Financiera (Nafin)
Sin embargo, Ƒpudo Espinosa Villarreal tener tanto poder como para hacer y deshacer en todas las instituciones que lo vieron pasar como funcionario? ƑNadie pudo advertir a final de sus distintas gestiones que algo andaba mal en la cuentas?
Desde luego que el ex secretario de Turismo actuó con toda impunidad porque estaba bajo el cobijo de las más altas esferas del poder del país. El desvío de recursos en el DDF, así como el quebranto a Nafin de 55 mil millones de pesos, resultan cifras estratosféricas que son fácilmente detectables por cualquier funcionario que posea un mínimo de sentido común sobre lo que es la administración pública
Además, el funcionario no estaba solo, en tanto que entre los beneficiarios de sus operaciones fraudulentas había gente como Luis Yáñez de la Barrera, dueño de Unión de Crédito del Banco de México (Unicreva) y ex-cuñado de Carlos Salinas de Gortari, quien según cifras difundidas en las últimas semanas recibió al menos la quinta parte del monto total de los créditos que el ex regente de la ciudad otorgó sin garantía.
Por ello, cuentan a quien esto escribe, que era vox populi entre los altos ejecutivos del gobierno que el ex director de esta institución de banca de desarrollo otorgaba créditos a empresas inexistentes, o sin garantías, o para proyectos sin viabilidad. Se sabía de antemano que unos 25 mil millones de pesos de esos créditos eran irrecuperables
Tal era el grado de protección que se le daba a Espinosa Villarreal, que hacia enero de 1998 cuando los diputados perredistas Alfonso Ramírez Cuéllar y Elba Capuchino presentaron una denuncia por el quebranto a Nafin --averiguación previa no. 838/FESPLE/98-- ésta pasó al archivo muerto de la Procuraduría General de la República.
Así, Espinosa Villarreal no está solo dentro de todo el entramado de complicidades que se esconden tras los actos de corrupción que ahora enfrenta el ex directivo de Nafin; a él sólo le toca lavar los platos sucios.
El gobierno que encabezará Vicente Fox y que tanto ha prometido a la ciudadanía, tendrá que ser capaz de implementar medidas que puedan sentar las bases para desarraigar la corrupción desde sus raíces. Ello implicaría no sólo la detención y juzgamiento a quien fue la mano ejecutora, sino el castigo para todos aquellos que fueron cómplices, así como el resarcimiento económico del daño causado a la nación.
Melée
Dentro de dos semanas se nombrará nuevo secretario ejecutivo del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) y seguramente el equipo económico de transición de Fox o está trabajando muy de cerca con la administración zedillista para la designación de este funcionario, o está al pendiente de quién dirigirá este instituto, pues buena parte de la riqueza que se produzca en este país servirá para pagar el rescate financiero decidido por el gobierno en 1995. Ricardo Solís, Juan Auping, Mario Delgado y el ahora senador electo por el Partido de Centro Democrático (PCD) Marcelo Ebrard, establecen en su investigación Del Fobaproa al IPAB que no será hasta el año 2007 cuando vencerá la mayoría de los pagarés del Fobaproa, y por tanto cuando habrá presión sobre las finanzas públicas si no hay políticas económicas preventivas para enfrentar dicha eventualidad.
Aunque esto no sucederá bajo el gobierno de Fox, él tendría que ser responsable y replantear sus acciones en torno a este problema que, como hemos insistido a lo largo de las distintas columnas, tiene como primera condición saber quiénes fueron los beneficiados por el Fobaproa.