LUNES 21 DE AGOSTO DE 2000
* Exasperante lentitud del CEE; el PRI quiso dar su último coletazo
Fallido intento para desconocer el triunfo de Salazar
* El candidato y las directivas de PRD y PAN protestaron vía telefónica ante Diódoro Carrasco
Andrea Becerril, enviada, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 20 de agosto * Desde las ocho de la noche sus miles de partidarios celebraban ya su triunfo irreversible por las calles de esta capital, pero fue hasta cerca de la medianoche cuando Pablo Salazar Mendiguchía proclamó su victoria en las urnas, bajo las siglas de la Alianza por Chiapas.
Antes y pese a que todas las encuestas de salida y datos internos de la alianza le daban una ventaja amplia sobre su contendiente priísta, Sami David, el ahora primer gobernador chiapaneco surgido de la oposición tuvo que enfrentar el intento del PRI por deslegitimar su victoria y la poca celeridad de las autoridades electorales para dar a conocer los resultados.
Fue necesario que Salazar y las directivas nacionales del PRD y del PAN se comunicaran con el secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco, para advertirle que no permitirían que les roben la elección, para que finalmente el Consejo Estatal Electoral (CEE) comenzara a dar a conocer las cifras.
Por ello, Salazar Mendiguchía, en su declaración de victoria, resaltó que la información de las encuestas de salida ''está siendo confirmada minuto a minuto, por los datos del Programa de Resultados Electorales Previos (PREP), que hasta el momento arrojan 57 por ciento a favor de mi candidatura y 43 por ciento para el candidato del PRI''.
También por ello, en ese su primer mensaje como vencedor de los comicios, exhortó al Consejo Electoral ''a culminar los trabajos que restan del cómputo de la elección con prontitud, transparencia y apegados a la voluntad de los ciudadanos''.
El candidato triunfador dijo que los chiapanecos votaron y enviaron un mensaje claro: ''Quieren que nuestro estado dé inicio a una nueva etapa de reconciliación y de paz, desarrollo justo y compartido, una nueva relación con la Federación''.
Acompañado por Amalia García, Luis Felipe Bravo Mena y Alberto Anaya, dirigentes nacionales del PRD, PAN y PT, Salazar Mendiguchía dijo que su prioridad es la paz y agradeció el mensaje del presidente electo, Vicente Fox.
Se fue luego a celebrar con sus simpatizantes. Atrás dejó la incertidumbre, los momentos en que incluso se habló del riesgo de un enfrentamiento entre sus partidarios y los priístas, por la actitud de la directiva del tricolor, de Dulce María Sauri Riancho, de violar el acuerdo de que ningún partido político diera cifras o resultados preliminares antes que la autoridad electoral.
Reunido con Bravo Mena y los perredistas Jesús Ortega y Jesús Zambrano, fue notificado que extrañamente en el CEE los datos del PREP fluían con gran lentitud. Entonces, Salazar Mendiguchía tomó cartas en el asunto; los líderes partidistas lo hicieron también.
Pese a todo, el candidato de la Alianza por Chiapas no perdió la calma.
Desde las nueve de la mañana en que acudió a votar, se mostró tranquilo, sin ninguna manifestación de triunfalismo, pero con la ''confianza absoluta'' de convertirse en el primer gobernador de oposición en Chiapas.
''Ya hice todo lo que tenía que hacer, todo, sólo me resta esperar la decisión de los chiapanecos'', comentó luego de sufragar en la casilla 1636, de la colonia Miravalle, en esta capital.
El resto de la mañana y parte de la tarde, hasta antes de reunirse a las 17:00 horas con los dirigentes de los ocho partidos que conforman la alianza opositora en torno a su candidatura, los pasó en familia, como acostumbra los fines de semana.
Con su esposa, la profesora Martha López, y sus tres hijos adolescentes ųPablo, Valeria y Andreaų, desayunó en el restaurante del Hotel Flamboyán y en su compañía asistió al Templo Cristiano de Tuxtla. Ahí compartió la celebración religiosa con unos 200 evangélicos y escuchó al pastor Jonathan Salgado recordar a los feligreses su deber cívico de ir a votar.
''ƑCuántos ya votaron?'', preguntó el predicador, y casi la mitad de los asistentes levantó la mano. ''Ojalá los demás vayan a sufragar más tarde'', agregó y continuó con la homilía, sin alusión alguna al candidato que se encontraba en el templo.
Al culto asistió Fernando Marcín, representante legal de la Iglesia Evangélica Misionera del Pacto y quien está integrado al equipo de transición de Fox para asuntos religiosos.
Después, Salazar Mendiguchía acompañó a votar a su esposa y regresó a su casa, localizada en la colonia Miramar, una zona de clase media donde reside desde hace nueve años y donde seguirá viviendo ya como gobernador.
La decisión de no trasladarse a la Casa de Gobierno la aplaudieron su esposa Martha y sus hijos. ''Este es nuestro hogar, no vemos por qué mudarnos a otro sitio'', comentó sonriente la esposa de Salazar Mendiguchía durante la comida, antes de conocerse el triunfo del candidato de la Alianza por Chiapas.
''Sólo los desarraigados, los que vienen de fuera van a la Casa de Gobierno'', respondió a su vez el en ese momento todavía aspirante opositor, mientras degustaba goloso la comida china que constituyó el menú. Hasta el café y el pastel siguió enfrascado en asuntos cotidianos.
Pactar la paz, tarea inmediata
A las 16:30 horas se despidió de los suyos, para reunirse con los dirigentes del PRD, PAN y PT, y enfrentar el coletazo final del PRI. Y a medianoche, reunido con sus simpatizantes en el Parque de la Marimba, refrendó su mensaje de reconciliación a todos los chiapanecos. ''Lo creímos y lo hicimos, las montañas han sido removidas. Esto es lo que estamos celebrando''.
Les dijo también que los cien días siguientes los empleará para preparar una transición civilizada. ''Ya no más rencores ni agravios, es tiempo de iniciar el diálogo entre iguales, porque no hay otra tarea más inmediata que pactar la paz en Chiapas''.