DOMINGO 20 DE AGOSTO DE 2000
* La mayoría de la población, a favor de la práctica
Despenalizar el aborto evita la muerte de mujeres: médicos
* Plantean legalizar la interrupción del embarazo en todo el país
Angeles Cruz * La mayoría de las complicaciones y muertes de mujeres podrían prevenirse a través de la despenalización y del manejo adecuado del aborto, práctica con la que está de acuerdo la mayoría de la población, bajo ciertas circunstancias, asegura una investigación realizada por médicos del sector salud.
Con el fin de aportar elementos a la discusión sobre la conveniencia o no de legalizar la interrupción del embarazo, los especialistas hacen un repaso de las principales tesis que se han planteado a lo largo de la historia, desde las que aluden al bienestar físico y mental de la madre por un lado, hasta las que plantean que el aborto destruye o mata a un ser que puede considerarse como persona con derechos y a la que debe respetársele la vida y la salud.
Quienes defienden el bienestar de la madre refieren las afectaciones negativas que trae un embarazo no deseado, la obstaculización para el desarrollo personal de la mujer, el aumento de la pobreza y de la desigualdad, apuntan los especialistas.
Detener la gestación, como método de planificación
También recuerdan los principios de la bioética para respaldar esta postura, según los cuales el aborto se inscribe bajo la premisa de procurar un beneficio; la autonomía del paciente, en este caso de la mujer para decidir sobre su cuerpo; el ejercicio de la justicia, la cual debe poner a disposición de la población femenina los métodos de planificación familiar, incluido el aborto si los demás hubieran fallado.
Frente a esta posición se ubican los planteamientos provenientes de la Iglesia católica principalmente, según los cuales no se debe ir en contra de las leyes naturales, ni atentar contra la vida de un feto por tratarse de una persona desde el momento de la concepción.
Los doctores Horacio García-Romero, Alfredo González-González, Jorge Galicia y Cecilia García-Barrios, adscritos al ISSSTE y al Instituto de Salud del Distrito Federal, aseguran que en las primeras semanas, el embrión es sólo un conjunto de células en estado de multiplicación que pueden o no originar una persona, aun cuando cada una de esas células contengan ya el código genético humano.
A partir de estudios realizados a nivel internacional, los galenos refieren el trabajo del filósofo y biólogo australiano Norman Ford, quien sostiene la tesis señalada, y destaca que la formación del tallo primitivo con una forma definida, límites precisos y partes identificables inicia la individualización del ser humano. Esto ocurre a los 14 días de la concepción.
Pero además, según otros autores, para definir a una persona se requiere que tenga las cualidades que le son inherentes, tales como: sensibilidad, conciencia o movimientos voluntarios y ello ocurre en diferentes periodos de la gestación.
Con base en estos argumentos, dicen los médicos mexicanos, la afirmación de que un ser humano existe desde el momento de la concepción "no deja de ser sino una conjetura, basada en la premisa no demostrada que el cigoto, que es sólo una célula como lo son las demás en las primeras fases de la reproducción, tiene necesariamente que ser una persona con todos sus atributos".
En un trabajo de investigación publicado en la Gaceta médica de México, que edita la Academia Nacional de Medicina, los galenos se cuestionan si habría que aceptar la existencia de una persona moral cuando científicamente se ha comprobado que en los primeros días de la concepción el embrión no está constituido con actividad psicológica y actos voluntarios.
Además, dan cuenta de los resultados preliminares de una investigación aún no publicada, que se realizó entre más de tres mil empleados gubernamentales. Los galenos señalan que 78 por ciento de los trabajadores aceptan el aborto en los casos que afectan a la madre, pero sólo 6 por ciento lo admite sin excepción.
Las causas más importantes de aceptación del aborto fueron: la violación de la mujer (63 por ciento), el riesgo del embarazo para la salud de la mujer (61 por ciento), y las condiciones económicas muy precarias de una mujer con muchos hijos (41 por ciento).
Debido a que es un hecho que la penalización del aborto no disminuye su práctica y en cambio se provoca la clandestinidad con sus graves consecuencias, es conveniente homologar las leyes en todo el país y permitir las interrupciones del embarazo bajo ciertas causales, afirman los médicos.
En cuanto a las religiones, mencionan que la mayoría de ellas acepta detener un embarazo en ciertas circunstancias y únicamente los católicos y los bautistas se oponen de manera tajante y sin excepciones.
En México, los abortos son la cuarta causa de mortalidad materna y, con base en lo señalado, los especialistas coinciden en la conveniencia de extender la legislación sobre el aborto a todo el país y considerar como no punibles las interrupciones de la gestación que se den cuando sean resultado de violación, si existe riesgo para la salud de la madre, serios problemas económicos, problemas de desarrollo fetal incompatibles con la vida a corto plazo o productores de sufrimientos (anencefalia, múltiples lesiones cardiacas) diagnosticados durante las primeras semanas del embarazo.