SABADO 19 DE AGOSTO DE 2000

Ť La empresa ofrece sólo 9.2 por ciento; hoy continuarán las pláticas


Huelga en Volkswagen; exigen alza salarial de 35%, negociable

Ť Por cada día de paro se dejarán de producir mil 500 unidades y se perderán 5 millones de dólares

Fabiola Martínez y La Jornada de Oriente Ť Los 12 mil 586 trabajadores sindicalizados de la empresa Volkswagen de México estallaron ayer una huelga en demanda de aumento salarial de 35 por ciento, "negociable", y siete puntos en prestaciones. La empresa ofrece 9.2 por ciento y rechazó cualquier posibilidad de otorgar el incremento planteado por el sindicato.

En el primer día de paro y tras cuatro horas de negociación en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS), las partes en conflicto no llegaron a ningún acuerdo; sin embargo, confiaron en que al reanudarse las pláticas -este sábado- encuentren "una propuesta imaginativa" que se acerque al pliego petitorio de los trabajadores.

Volkswagen de México es empresa líder en su ramo, particularmente por la exportación de automotores a Estados Unidos y Europa, cuenta además con altos niveles de productividad y calidad que la ubican en los primeros lugares de la industria automotriz a nivel mundial.

Por cada día de paro se dejarán de producir mil 500 unidades, que significan pérdidas cercanas a los 5 millones de dólares; no obstante, se calcula que la empresa obtendrá ingresos este año por 5 mil millones de dólares, con aumento de 32 por ciento en su actividad exportadora.

Hace 12 años, el último paro

Desde hace 12 años no se registraba una huelga en Volkswagen y, en 1992, derivado de un conflicto intersindical, los trabajadores encabezaron un paro de 37 días en repudio a los acuerdos que aceptó unilateralmente su dirección sindical para imponer un nuevo sistema de trabajo. Finalmente, el 17 de agosto de ese año la Junta Federal de Conciliación aceptó la decisión de la empresa para desconocer las relaciones individuales y colectivas e iniciar la recontratación, trabajador por trabajador, en un proyecto de restructuración productiva que incluye mayor intensidad y calidad laborales.

Ocho años después, y tras un periodo infructuoso de negociación, el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Industria Automotriz, Similares y Conexos Volkswagen de México, encabezado por José Luis Rodríguez Salazar y su comité (con apenas ocho meses de gestión), decidió estallar la huelga por revisión contractual en la armadora de este consorcio de capital alemán, instalada en Puebla desde los años 60.

Por la mañana de este viernes, el dirigente sindical dijo, en conferencia de prensa, que el sindicato exige mayores ingresos por concepto de productividad, ampliar la bilateralidad de esta organización gremial ante la empresa, defensa de la materia de trabajo, y rechaza la obligatoriedad de horas extras, así como la reducción de días de descanso.

Rodríguez Salazar afirmó que VW tiene la capacidad de otorgar un incremento de 35 por ciento debido al paulatino aumento de las ventas de esta empresa en los mercados nacional e internacional, del orden de 30 y 40 por ciento, respectivamente.

En punto de las 11 horas de ayer y al grito de: šduro, duro, duro!, los trabajadores colocaron las banderas rojinegras y advirtieron que no aceptarán "migajas", aunque, horas más tarde, la comisión revisora se dispuso a flexibilizar su demanda, "pero siempre por arriba del 20 por ciento, más prestaciones", otorgado a los trabajadores de Nissan, en Jalisco, o del 18 por ciento que lograron los trabajadores de Dina, en Hidalgo.

El director de Relaciones Públicas de VW, Michael Wijers, aseveró que fue el sindicato quien se retiró de la negociación, y al término de la primera sesión en el área de conciliadores de la STPS, el vicepresidente de la empresa, Francisco Bada, indicó que no están dispuestos a otorgar un incremento de esa naturaleza.

"Ellos tienen aspiraciones que no compartimos. Es cierto que estamos en un buen momento, pero nos apegaremos a lo que la realidad nos pueda marcar", dijo en referencia al promedio salarial otorgado en la rama automotriz y a los índices inflacionarios programados por el gobierno federal.

Respecto a los argumentos del sindicato, afiliado a la Unión Nacional de Trabajadores, en el sentido de que VW cuenta con niveles de productividad y calidad históricos, el directivo aseveró que la empresa está en obligación de "ahorrar y tomar previsiones para malos tiempos" ante cualquier eventualidad, como la ocurrida en la crisis de 1995.

"Por ello, creemos que no es correcto que se quiera avanzar en algo que no corresponde con la realidad del país; además, la productivad es un 'debe' de empresa y trabajadores para satisfacer los requerimientos de calidad que se ofrece a los clientes". Confió en que el conflicto se solucione lo antes posible y que continúe la promoción, en Alemania, de inversiones por parte del gobernador de Puebla, Melquiades Flores, quien propondría a esta entidad para la instalación de una segunda planta que pretende construir la firma alemana.

El mandatario estatal exhortó al sindicato a negociar, "para no matar a la gallina de los huevos de oro", y manifestó su preocupación por este conflicto en el que resultan afectados, de manera directa, 25 mil trabajadores: 15 mil de planta y 10 mil de las empresas proveedoras de autopartes.

El sindicato advirtió que están preparados para una "huelga larga", sin embargo, "eso es justamente lo que no queremos, porque están involucrados 60 mil empleos directos e indirectos. Nuestra intención es llegar a un acuerdo pronto, porque estamos seguros que este año ha sido de éxito para Volkswagen; hay producción y calidad récord y los ritmos de trabajo son intensos", agregó Rodríguez.

La negociación

El incremento solicitado por el sindicato se tomó con base en estudios económicos y como un resolutivo de su congreso general, máxima instancia de decisión entre los trabajadores; sin embargo, el porcentaje fue calificado por empresa y autoridades laborales como totalmente fuera de las previsiones inflacionarias para este año y del promedio de aumento salarial en esta industria.

Javier Moctezuma Barragán, subsecretario de la STPS, reconoció que la empresa prefirió asumir el costo de una huelga -con pérdidas millonarias y de producción- antes de otorgar ese aumento salarial.

"La empresa se mueve de acuerdo con los índices de inflación, y por ello no es posible que Volkswagen otorgue un incremento que prácticamente cuatriplique el monto de la inflación", dijo.

Moctezuma Barragán precisó que el promedio salarial otorgado en el país hasta el mes pasado se ubicó en 12.6 por ciento, y que la industria automotriz ha recibido más beneficios, con aumentos entre 15 y 20 por ciento, incluidas prestaciones, particularmente por el fortalecimiento en su actividad exportadora a Estados Unidos y Europa.

Insistió en que los incrementos al sueldo se calculan con base en las posibilidades de cada empresa y en atención a la previsiones inflacionarias; "son promedios, no topes salariales". Mientras, para los huelguistas el incremento que demandan es "justo", debido al avance sin precedente de la producción en esta empresa de capital alemán.

Desde 1992, y luego del conflicto ocurrido ese año, la empresa estableció el sistema de "equipos de trabajo" en la producción, conocido en esta industria como "toyotismo", a través del cual se realiza la producción en cadena y la mano de obra se vuelve polivalente y rotativa.

Esto ha representado, señalaron los trabajadores, ritmos de trabajo más intensos en los tres turnos, gracias a los cuales la empresa ha elevado su productividad y utilidades, que la colocan como empresa líder en su ramo, particularmente por la exportación de miles de unidades de Jetta, Sedán, New Beetle y Golf convertible. El dirigente sindical indicó que en el primer trimestre de este año, la planta de Volkswagen en México lanzó al mercado 216 mil autos, y se espera que al cierre de 2000 produzca 430 mil unidades, con lo que se rompe el propio récord histórico de esta planta.

En la primera etapa de negociación participaron, por parte de la empresa, Eduardo Soto Mayor, gerente de relaciones laborales, y por el sindicato, representantes de una delegación de 122 trabajadores, integrantes de la comisión revisora y el congreso general de este sindicato, cuyo asesor jurídico es Héctor Barba. La empresa contrató los servicios del despacho privado Doshler, el mismo que participó en la asesoría patronal en la huelga de sobrecargos de Aeroméxico.

A la STPS acudieron integrantes de la Unión Nacional de Trabajadores y la Federación Sindical de Empresas de Bienes y Servicios (Fesebes) para manifestar su solidaridad y "apoyo total a los huelguistas".

También estuvo Francisco Hernández Juárez, líder de los telefonistas y presidente colegiado de la UNT, quien repudió la política salarial del gobierno, porque "el criterio de la autoridad laboral es que nos apeguemos a sus previsiones inflacionarias y no al equilibrio entre capital y trabajo que marca la ley".