SABADO 19 DE AGOSTO DE 2000
Ť Símbolo de cacicazgos en Chimalhuacán
Datan de hace 10 años las pugnas entre Antorcha y OPC
Ť Jesús Tolentino y La Loba rompieron ayer su acuerdo político
Roberto Garduño, enviado y René Ramón Alvarado, corresponsal, Chimalhuacán, Mex. Ť Desde hace diez años iniciaron las pugnas entre los grupos priístas Antorcha Campesina y la Organización de Pueblos y Colonias (OPC) por el control de la creación de las nuevas colonias en la parte baja de la cabecera municipal. Guadalupe Buendía Torres La Loba y Jesús Tolentino Román se disputaron de esa forma el sector social de la región.
La Loba surgió como lideresa en el barrio de Xochiaca, una vez que la mancha de familias expulsadas del Distrito Federal y Nezahualcóyotl en la década de los años 80 invadieron los terrenos de sus padres y en respuesta comenzó a despojar con lujo de violencia a las personas que se asentaron en las propiedades de sus progenitores. Pero no llegó hasta ahí, extendió su dominio por todos los terrenos que conformaban el ex vaso de Texcoco.
En pocos años La Loba se convirtió en referente de violencia y control de los fraccionamientos que se iban creando en Chimalhuacán. Al inicio de la década de los 90, el profesor Jesús Tolentino Román, de la escuela Preparatoria Lázaro Cárdenas, ubicada en el Distrito Federal, y donde Antorcha Campesina tenía gran influencia, llegó al municipio y comenzó a edificar escuelas de nivel básico, pero sin reconocimiento oficial por distintas zonas de la parte baja del municipio.
Esta operación hormiga le permitió en corto plazo reclutar a cientos de maestros y padres de familia, y el revanchismo político con La Loba surgió al momento que en las cercanías de sus escuelas conformara nuevos asentamientos humanos.
En 1993 comenzó la disputa de los espacios públicos en el ayuntamiento cuando Tolentino alcanzó una regiduría en el cabildo. En esa época coincidió el encarcelamiento de la controvertida lideresa, Guadalupe Buendía, acusada de delitos de despojo, y a pesar de tener en su haber más de 60 denuncias penales sólo permaneció año y medio en el encierro.
Este suceso no perjudicó a La Loba, por el contrario, consiguió en 1996 el control absoluto de la administración local porque su primo Carlos Cornejo Torres fue elegido alcalde; su hijo Salomón, secretario de ayuntamiento; su esposo, Adelaido Herrera, tesorero; su hermana Celia Buendía, directora del DIF municipal, y su vástago Hugo, subdirector del organismo operador de agua (ODAPAS), institución de la que ella fue titular hasta ayer.
El avance de Antorcha Campesina en el gobierno local se reflejó con la obtención de mayores espacios en el cabildo que recién culminó sus funciones. También, Jesús Tolentino recibió gran cantidad de recursos estatales y municipales para regularizar sus escuelas y construir otras pero de nivel medio superior y una escuela normal. El apoyo de la alcaldía lo obtuvo a raíz de una negociación política con La Loba, para que ambos pudieran sobrevivir en Chimalhuacán. Sin embargo, el acuerdo duró muy poco. Ayer se rompió definitivamente, pues, de por medio quedaron diez muertos.
El crecimiento y desarrollo de los cacicazgos de Antorcha Campesina y la OPC contrasta en Chimalhuacán con el nulo desarrollo de su población. Los rezagos son notables, porque en agua potable y drenaje, 60 por ciento de sus habitantes carecen de estos servicios. Y en materia de pavimentación y urbanización el atraso es de 90 por ciento.
Antorcha despoja a La Loba
El fondo del conflicto entre Guadalupe Buendía y Jesús Tolentino se dibujó cuando el hijo de La Loba, Salomón Herrera contendió por la candidatura del PRI a la alcaldía de Chimalhuacán, con el líder de Antorcha Campesina. El vástago de la lideresa perdió y ésta montó en cólera al grado de hacer pública su inconformidad con el partido y hasta con el presidente Ernesto Zedillo, a quien le organizó actos de protesta porque su hijo no recibió el apoyo de Francisco Labastida Ochoa, entonces candidato del PRI a la Presidencia.
Tolentino, quien tambien ha corporativizado a Antorcha Campesina, ganó la elección del pasado 2 de julio, y ello no sólo lo consolidó como la primera fuerza que hirió de muerte a Guadalupe Buendía, porque prometió quitarle todas las prebendas que esta mantuvo durante tres años y ocho meses.