10 muertos en un enfrentamiento entre priístas en Chimalhuacán
Ť Presente en el lugar, la policía del Edomex no intervino hasta después de la matanza: detuvo a 204
René Ramón Alvarado, corresponsal, Roberto Garduño, enviado, y Alma Muñoz, Chimalhuacán, Méx., 18 de agosto Ť Diez personas muertas, 98 heridos de bala y 204 detenidos es el saldo de la pugna por el control político y administrativo de este municipio entre Antorcha Campesina, de Jesús Tolentino Román Bojórquez, y la Organización de Pueblos y Colonias (OPC), de Guadalupe Buendía Torres, La Loba.
El enfrentamiento entre los dos grupos priístas se suscitó en el jardín principal del pueblo cuando decenas de seguidores de La Loba ?quienes durante la madrugada de ayer tomaron el Palacio Municipal para impedir la toma de posesión de las autoridades para el trienio 2000-2003? comenzaron a lanzar petardos y bombas molotov desde la azotea del edificio del ayuntamiento contra los antorchistas que pretendían abrir las puertas de la casa de gobierno para darle posesión a su nuevo alcalde, Jesús Tolentino Román.
A las explosiones que hirieron a decenas de mujeres y hombres y propiciaron la dispersión de la mayoría de los antorchistas, siguió una refriega de balas disparadas primero desde la azotea de la alcaldía y después a fuego cruzado en el mismo jardín municipal con armas 9 milímetros, 38 especial, Magnum 357 y de grueso calibre como Ak-47 y fusiles R-15, probablemente extraídas del arsenal de la comandancia de Seguridad Pública municipal.
Eran las 11:15 de la mañana y en medio del caos y la lluvia de balas comenzaron a caer los cuerpos heridos de muerte en la plancha de asfalto que divide a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán y el ayuntamiento de Chimalhuacán.
Pasaron alrededor de 30 minutos de un constante tiroteo hasta que la fuerza pública de 300 granaderos del gobierno estatal entró al pueblo. Inexplicablemente se presentaron después de la matanza. Tenían órdenes de resguardar la seguridad entre la población desde doce horas antes.
De nada sirvió la presencia de los policías porque sólo llegaron a correr entre los muertos y heridos que yacían en el piso. Y horas más tarde las autoridades ?entre ellos el secretario general de Gobierno, Manuel Cadena Morales; el procurador de Justicia del Estado de México, Gerardo Sánchez y Sánchez, y el director de Seguridad Pública, Jorge Castañeda Espinosa de los Monteros? se presentaron para informar que la cifra oficial de muertos era de dos víctimas ?primero? y después de cuatro. Y fue hasta las 21:30 horas que las cifras oficiales se corrigieron: 9 decesos y 40 heridos; pero, antes, Antorcha Campesina dio el nombre de la décima víctima: José Guadalupe Martínez.
Las diferencias
Guadalupe Buendía Torres, La Loba ?conocida en el municipio como la dueña de Chimalhuacán?, concentró entre ella y sus familiares el control político y administrativo de la demarcación. Se apoderó del organismo Descentralizado de Agua Potable (Odapas) y de la Tesorería local. En el pasado mes de abril su hijo Salomón Herrera Buendía contendió con Jesús Tolentino ?quien recibió el apoyo de Francisco Labastida? en la elección interna del PRI para obtener la candidatura al ayuntamiento y perdió. Aquello desquició a La Loba, quien rompiórelaciones con el antorchista Tolentino.
Desde entonces ?pasando por los comicios del 2 de julio? el clima de violencia y tensión ha prevalecido en el municipio. Ayer, los barruntos generados por el interés político y económico derribaron la delicada barrera entre los grupos afiliados al PRI. El resultado de las pugnas entre Guadalupe Buendía y Jesús Tolentino es ?hasta ayer? de diez antorchistas muertos.
La masacre
Desde el mediodía del miércoles pasado, 300 policías estatales de la subdirección operativa de la zona oriente del Estado de México se concentraron a las afueras de la cabecera municipal para resguardar el orden en caso de algún choque entre las facciones priístas que se disputan el poder local. Tolentino anunció que la fuerza pública se presentó a solicitud de él para evitar "un baño de sangre".
Aquel cuerpo de disuasión no impidió que en la madrugada del viernes un grupo de trescientos jóvenes de los llamados chavos banda ingresara al Palacio Municipal. A la 01:00 horas los seguidores de la OPC entraron al inmueble por un domicilio ?propiedad de La Loba? adjunto a la alcaldía y que tiene un acceso especial a la casa de gobierno. Algunos de ellos cubrían sus rostros con pasamontañas y otros cargaban bolsos rellenos de artefactos explosivos de fabricación casera y piedras. Las horas transcurrieron y alrededor de las 5 de la madrugada otros quinientos opecistas se apostaron a un costado del jardín principal sobre la avenida Nezahualcóyotl.
Media hora después ?por la contraesquina? entraron al primer cuadro alrededor de mil 500 mujeres y hombres de Antorcha Campesina.
Al amanecer de este viernes, los ánimos entre los grupos antagónicos se comenzaron a caldear. El primer intercambio fue verbal: "¡Antorcha, Antorcha... Tolentino, Tolentino...!" contra el grito de "¡OPC, OPC... La Loba, La Loba...!"
La distancia entre los dos bandos, por la mañana, era de 50 metros. Y al paso de los minutos se fue reduciendo. A las 10 ésta era de sólo cinco metros. Las mujeres ?acompañadas de niños? y los hombres se agredían a mentadas de madre y proferían ofensas contra Guadalupe Buendía y Jesús Tolentino.
De ambos personajes en el lugar no se sabía, no aparecían. El presidente municipal ?quien tenía programado entrar al edificio de la alcaldía? se encontraba reunido con los integrantes del cabildo en espera de la señal para caminar rumbo al Palacio Municipal cuando el paso estuviera despejado. De La Loba no se sabía.
El enfrentamiento se percibía en el ambiente; pero, los trescientos policías estatales se mantuvieron lejos del jardín principal. La distancia que los separaba de los grupos rijosos era de un kilometro. El comandante Guillermo Valdez ?subdirector operativo de la Seguridad Pública y responsable directo del operativo? se mantenía impasible a pesar de las primeras voces de auxilio: "Por favor, sepárenlos, se pueden matar..." Pero la orden de intervención no se dio. Eran las 11 de la mañana.
A esa hora los antorchistas y opecistas se encontraban frente a frente y el inevitable choque ocurrió cuando un grupo de encapuchados apostados en la azotea de la alcaldía comenzó a lanzar petardos sobre la multitud que llenaba el jardín del pueblo. Al estruendo y primeras heridas que sufrieron decenas de personas de los dos grupos, siguió el enfrentamiento a puñetazos, golpes con maderos y pedradas. Desde la azotea los chavos banda continuaban arrojando los petardos y comenzaron a utilizar bombas molotov.
Gran parte del gentío comenzó a correr por las calles aledañas al primer cuadro de la población y en cuestión de segundos ?desde la azotea? inició la balacera. El estruendo de los petardos y las bombas molotov se confundió con el estallido de los proyectiles de armas de fuego. Todo fue confusión. Las mujeres arrastraban a sus hijos, otras lloraban y gritaban desesperadas: "¡Nos están balaceando, nos están matando...!"
Frente a la parroquia de Santo Domingo comenzaron a caer los primeros hombres heridos. A unos metros de la puerta principal de la alcaldía un hombre de edad madura cayó fulminado por un disparo en la cabeza. Afuera de la iglesia un viejito quedó inerte, de bruces, abrazando la bandera de Antorcha Campesina, con el abdomen cubierto en sangre.
El tiroteo continuaba entre los chavos banda y los dos grupos opositores en la plancha del jardín hiriendo a mujeres y hombres de uno y otro bando. Quienes fueron alcanzados y hacían por incorporarse para huir fueron auxiliados por sus propios compañeros. Otros quedaron tirados sobre el asfalto.
Entre la confusión, el pánico y la incertidumbre un grupo de reporteros y fotógrafos se mantenían entre el fuego cruzado. Las balas zumbaban muy cerca de los informadores. Para entonces por las angostas calles del centro del pueblo todos corrían, los comerciantes cerraron sus negocios de inmediato. Pero las escenas que más se repitieron fueron las de los hombres que mal heridos eran arrastrados por las calles dejando una mancha de sangre sobre el pavimento.
Del suceso, las víctimas que en su mayoría fallecieron en camino al hospital Noventa Camas son: Marco Sosa, Delfino Pérez, Federico López, Macario Hernández, Armando Santana y Crescencio Sánchez. Y tres personas más, sin identificar se encuentran en el ministerio público de la ubprocuraduría de Justicia del Valle de Texcoco. Horas más tarde pereció José Guadalupe Martínez.
Alrededor del mediodía, el fuego cruzado terminó. Y a lo lejos, los 300 policías enviados para evitar un enfrentamiento se mantenían en sus puestos.
La matanza había culminado y algunas señoras se acercaban a los granaderos para espetarles con rabia: "¡Señores, que no ven que se están matando! ¿Qué no van a hacer algo? ¡Pinches putos, nosotras tenemos más güevos que ustedes!" Las mujeres se daban media vuelta para ir a ayudar a los heridos.
En el jardín del pueblo los antorchistas y los opecistas se habían dispersado y, hasta entonces, intervino el Grupo Especial Antimotines de Seguridad Pública del Estado de México.
En posición de defensa-ataque los policías llegaron corriendo al centro. Brincaban a los muertos y a los heridos. También acordonaron el Palacio Municipal donde permanecían atrincherados los chavos banda que obedecieron órdenes de La Loba. Al acercarse a la alcaldía fueron recibidos por ráfagas de armas de fuego. Tras un breve intercambio de disparos ?del que el policía Angel Eduardo Sánchez resultó herido? los granaderos ingresaron al domicilio particular que comunica con la casa de gobierno y sometieron a más de 170 jóvenes, quienes fueron remitidos a la agencia del Ministerio Público.
18 señoras opecistas y antorchistas, con una niña de seis años, se refugiaron en el mercado municipal, donde fueron capturadas y enviadas al Ministerio Público.
En lo que fuera la casa de campaña de los ahora diputados electos Carlos Cornejo Torres y Salomón Herrera Buendía fueron aprehendidas más de 20 personas.
El secretario general de gobierno, Manuel Cadena Morales, aceptó que el enfrentamiento se generó por la pugna de dos grupos políticos para obtener posiciones administrativas en el nuevo ayuntamiento.
Jesús Tolentino, por su parte, pidió al gobernador Arturo Montiel Rojas, investigue a Manuel Cadena y a Jorge Castañeda Espinosa de los Monteros, porque no intervinieron a tiempo para impedir la tragedia. El antorchista, líder de esa organización en el Estado de México, negó tener responsabilidad en el suceso. Pero se le cuestionó por qué no ordenó el retiro de sus seguidores al observar el clima de tensión. No respondió.