SABADO 19 DE AGOSTO DE 2000

 

Ť Luis González Souza Ť

México chiapaneco

Paradoja del centralismo chilango: la suerte de todo México sigue pendiendo de un arrinconado estado, Chiapas. Paradoja del racismo más rampante: una minoría de indios tiene en sus manos la llave de la felicidad nacional, si algo así existe. Incongruencia fatídica de Fox y su equipo de pregobierno: reducir el tema Chiapas a una sola comisión de trabajo, peor aún, minicomisión.

Perdón por escribirlo de esa manera, pero el espacio, y sobre todo el tiempo, apremian. Es más, aquí sólo podremos plantear algunas preguntas orientadas a despejar la trascendencia de la pequeña Chiapas para el México gigante en el que volvemos a soñar después del 2 de julio. Y tendremos que hacerlo con el gastado recurso de las "asignaturas pendientes".

Respecto a las asignaturas de Etica e Historia, primeras entre las primeras: Ƒes posible imaginar un futuro decente para México, si antes no se salda la deuda racista con los dueños originales del país? ƑEs factible un futuro a secas con una explosividad como la acumulada en Chiapas? ƑCuál modernización puede proyectarse en medio de atrasos como el chiapaneco?

Esto nos lleva a la materia predilecta de los gobernantes modernos, es decir, la Economía. Por lo mismo, aquí no es justo economizar preguntas: Ƒtodavía se quiere una economía mínimamente nacional, medianamente integrada?, Ƒes ello posible bajo políticas que multiplican los Chiapas en el país, al tiempo que los distancian más y más de enclaves, éstos sí muy modernos, como el de Monterrey?, Ƒen verdad así conquistaremos la mentada "estabilidad económica", para no hablar de la estabilidad política?, Ƒcuánto tiempo será "sustentable" un "desarrollo" basado en el brutal saqueo de recursos como los de Chiapas?

De frente aparece la asignatura de Derechos Humanos, "segunda generación": Ƒcuánto tiempo podrá continuar la impune violación en Chiapas, y en mil otros lugares, de los derechos (de todos) a la alimentación, a la vivienda, a la tierra, al empleo, a la educación, a la salud y, en suma, el derecho a una vida humana?, Ƒen verdad nos importa la cultura?, Ƒqué credibilidad y qué solidez cultural puede haber ahí donde ni siquiera se respetan las culturas originarias de los pueblos indios, ni acuerdos como los de San Andrés?

Puente natural hacia los derechos humanos de orden civil y político: Ƒen verdad luchamos por la libertad y la participación de todos?, Ƒellas son posibles sin una buena dosis de autonomía para sectores particularmente segregados?, Ƒhay alguien más segregado que los indígenas?, Ƒtienen o no el derecho a decir šBasta!, como comenzó a decirse en Chiapas y luego, de múltiples maneras, en todo el país e inclusive en casi todo el mundo neoliberal?

Surge entonces un entramado de materias que ven desde la Política hasta la Seguridad Nacional (bien concebida), obviamente pasando por la Democracia: Ƒqué hacer frente al "šYa basta!" de los indígenas zapatistas?, Ƒlo escuchamos o no?, Ƒlo escuchamos retorcidamente, o con los audífonos de la ética, de la historia y de la sensatez más primaria? ƑSeguirá respondiéndose con una hipócrita guerra de exterminio (en rigor, de suicidio nacional), o por fin se usarán las armas del diálogo verdadero y de la negociación digna, como los propios zapatistas aún sugieren?, Ƒdónde acabará la transición política del país si continúa la guerra contra los indígenas zapatistas (por lo pronto)? ƑDónde acabarán la seguridad y la soberanía de la nación, máxime ahora que ya son visibles afanes intervencionistas y proyecto descapitalizadores de todo el sureste de México?

Como se ve, Chiapas tiene que ver hasta con las asignaturas de Soberanía Nacional y Política Exterior. Para no ir más lejos, también tiene que ver con la elemental materia de Elecciones Limpias. Y en esto, un examen decisivo se llevará a efecto precisamente, mañana mismo.

Si gana la limpieza, como esperamos, el futuro democrático de México se despejará otro buen tramo. Y a lo mejor hasta la minicomisión de Fox se amplía para cruzar todas las áreas de gobierno. Sólo así podrá encararse el "asunto de Chiapas" como lo que realmente es: el fiel de la balanza entre el cambio verdadero y el cambio cangrejero.

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