SABADO 19 DE AGOSTO DE 2000
Ť No es una reforma reversible: Armando Quintero
Rudo debate para despenalizar abortos terapéuticos y eugenésicos
Ť La sombra del alto clero no dejó de gravitar en el ambiente
Blanche Petrich Ť El desenlace previsible no fue capaz de acortar el rudo debate que libraron ayer en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, durante casi 12 horas, once panistas contra los tres partidos que finalmente aprobaron -41 votos a favor, siete en contra y una abstención- la reforma al Código Penal capitalino. De modo que los abortos "terapéutico", por riesgo de salud para la madre, y "eugenésico", por malformaciones físicas o genéticas graves, fueron despenalizados, tal como lo pidió la jefa de gobierno Rosario Robles.
Y a pesar de que la bancada del PRD aseguró, una y otra vez, que no intentaba llevar a cabo una reforma para lograr la despenalización total del aborto -"ese gran debate tiene que ser parte de una consulta, en las mejores condiciones y como parte de un proceso que se va a seguir dando", aclaró la perredista María de los Angeles Correa- la tormenta anunciada ocurrió puntualmente dentro y fuera del palacio de Donceles.
Como sonda para medir la explosividad del tema, la experiencia de ayer, en el segundo periodo extraordinario del tercer y último año de esta Legislatura -como quien dice, al cuarto para las 12- fue reveladora. En efecto, el tema desata apasionadas disertaciones de bandos contrarios que no se escuchan entre sí.
"Religión", "catolicismo" e "iglesia" fueron tres palabras que como por arte de magia, o de consigna, no se pronunciaron a lo largo de la jornada. A pesar de que la sombra del alto clero no dejó de gravitar en el ambiente.
ƑBueno? Desde Roma para el diputado Batres...
La diputada panista Pilar Hioishi Suzuki fue la que sacó el peine, cuando apenas se instalaba la sesión. Decidida, marchó hasta la curul del coordinador del PRD, Martí Batres. "ƑPor qué no le quisiste tomar la llamada al cardenal Rivera?" Batres, futuro presidente de la bancada de su partido en la Cámara de Diputados, abrió los ojos como platos. ƑQué no era un secreto que temprano en la mañana -serían cerca de las nueve y media- una telefonista del arzobispado intentó enlazar una llamada desde Roma a la cabina de Radio Universidad, desde donde el columnista Miguel Angel Granados Chapa transmitía su programa matutino Plaza Pública, al que estaba invitado Batres?
Batres estaba "al aire", como dicen, y consideró de mala educación interrumpir el programa para tomar la llamada. Era el cardenal Norberto Rivera Carrera. Concluido el programa salió corriendo a devolver el telefonema, pero en el arzobispado se negaron a intentar un enlace con el prelado en tierras vaticanas. "Habrá pensado que no le quise contestar. Ni modo", levanta los hombros el legislador.
Queda entre los misterios de la política lo que el purpurado le quería decir a Batres, a pocas horas de que se echara a andar la maquinaria de un proceso legislativo que, de todas todas, el PAN y los clérigos sabían que iban a perder.
Priístas a título individual
Por la informalidad del PRD a la hora de elaborar la convocatoria, la bancada priísta había tomado en días anteriores la decisión de no asistir a la sesión. Sin embargo, la asambleísta Angélica Luna Parra argumentó que por su profundo compromiso con el tema, por principios y por interés en el debate, acudiría a título personal. Y con ella se solidarizaron siete más.
Cerca de las 8 de la noche, en un pequeño nido de servilletas usadas y cajas vacías de los box lunch que fueron el alimento de los asambleístas este día, evaluaba: "El debate estuvo mejor de lo que creía, aunque no se logró sacar de la vituperación. Ni el PAN se movió de su visión conservadora ni el PRD salió de su intención modernizadora. Uno no se mete en cuestiones tan delicadas sólo para modernizar".
En efecto, panistas y perredistas intentaron, sin lograrlo, salir de la temática de la moral pública, aunque los primeros aseguraban estar hablando de un "problema jurídico" y los segundos, "de un problema de salud pública".
El šhoy, hoy, hoy! foxista pasó a manos del PRD
En las corraletas de los invitados seguía la acción sin perder detalle Armando Quintero, a quien le tocará presidir la bancada del PRD en la próxima Legislatura. ƑLe tocará sufrir la reversa de lo que hoy se aprobaba, con la futura mayoría panista? "No lo creo -aseguró-; no es una reforma reversible, en primer lugar, porque el jefe de Gobierno tiene derecho de veto sobre la materia. Y en segundo porque el PAN, con todo y su mayoría, lo tendría que pensar muy bien. No tienen condiciones sociales para imponer su idea conservadora sobre el aborto. Basta con ver hacia Guanajuato. Se les está cayendo".
El futuro legislador teoriza sobre cómo, en política, lo que domina el juego es el momento. Y el momento para esta reforma era hoy. En tribuna parece haber un eco a su comentario. Desde el momento de la instalación de la sesión el pequeño grupo panista deja ver el juego: obstaculizar el proceso con mociones de procedimiento, dilatar el momento de que los pasen por debajo de la aplanadora con maniobras nada ajenas a la vida parlamentaria. Así es como la asambleísta Irma Islas presenta una moción de suspensiva que pudiera, de tener éxito, evitar que el dictamen de reforma entrara a debate este viernes.
Arne aus den Ruthen, que en breve será delegado de la Miguel Hidalgo, trata de ser cáustico: "ƑPor qué tiene que ser precisamente hoy su último mayoriteo?", reclama al sol azteca. "ƑQué no pueden esperar a mañana?" Se le había olvidado la consigna de Vicente Fox: "šHoy, hoy, hoy!", retumbaron las graderías del segundo piso, llenas hasta el tope de mujeres organizadas, seguidoras del PRD y militantes de los derechos de las mujeres.
A esa hora ya se sabía que en el dictamen presentado por el grupo parlamentario perredista se había sumado una causal más a las despenalizaciones propuestas por el Gobierno del Distrito Federal, el de la "inseminación artificial no consentida" por la mujer embarazada. Por increíble que parezca, hay casos así.
El estira y afloja por "reventar" la sesión no duró mucho tiempo. Antes de las dos de la tarde los diputados locales habían entrado en materia. Y los panistas ya habían acusado a la jefa de Gobierno de pretender "una ley discriminatoria contra los discapacitados". Hasta se le acusó de "pretender una raza pura", por aquello de despenalizar los abortos en casos de malformaciones graves del producto. Fue Irma Islas, panista, la primera en apuntarlo.
Armando Salinas, del PAN, ex secretario del ex procurador Antonio Lozano, a quien en momentos críticos le suelen gritar todavía desde el Bronx de la ALDF "šAcuérdate de La Paca!", le entró de lleno a esta argumentación: "Estamos hablando de un bebé con síndrome de Down, de una persona con parálisis cerebral, de una Gaby Brimmer". Y más adelante: "Estamos hablando de la posibilidad de que una madre diga si quiere o no tener un niño con discapacidad, con los brazos cortos, con los brazos largos, ciego, sordo, mudo, qué se yo. Nos preocupa que se vea con ligereza y parcialidad".
Discusión en círculo
De poco valía que los perredistas explicaran, una y otra vez, que su posición no era proabortista. "En el Distrito Federal, aun con estas reformas, el aborto va a seguir siendo un delito. Esta ley no va a obligar a las mujeres que no deseen interrumpir su embarazo a hacerlo". La discusión seguía caminando en círculo. Hasta que encalló, con tercera intervención de la panista Islas:
"ƑQué hay detrás de esto?", preguntó. "ƑHay un plan Kissinger? Es aquel financiamiento que dan los países desarrollados a grupos y organizaciones que han venido a formar en nuestro país, que se dicen defensores de los derechos de la mujer, pero que lo que quieren es acabar con los pobres de los países en desarrollo. Esto sí es oscurantismo puro. Señores, este no es un asunto de salud pública, es un asunto de homicidio y es un asunto jurídico penal. Esto no suena más que a Hitler".
Hasta que la priísta Angélica Luna Parra volvió a centrar el debate: "No estamos decidiendo aquí, ninguno de nosotros, si alguna mujer va a tomar la decisión, allá en lo más recóndito de su corazón y su conciencia, de abortar".
En su curul, a lo largo de toda la jornada, Luna Parra había estado recibiendo un sinnúmero de llamadas. "Todas las ONG que trabajan con discapacitados están en contra. Acabo de colgar con Juan Vidal, presidente de uno de estos grupos. Me pedía que no aprobáramos una ley que resultara discriminatoria para los discapacitados. Trato de hacerles entender que no es así".
A las 21:15 terminaba la votación con el abismo previsto entre el PAN y los demás partidos: 41 votos a favor, de PRI, PRD y PT, y siete en contra, del PAN. Cuatro panistas habían hecho mutis antes del gran final, entre ellos el aguerrido próximo delegado de la Miguel Hidalgo.