VIERNES 18 DE AGOSTO DE 2000
Ť Ya no más maquila musical; ahora el grupo se produce y representa a sí mismo
Santa Sabina, por la ruta de la independencia
Ť Las disqueras solucionan, pero también limitan; hoy, la prueba de fuego en el Metropólitan
Elia Baltazar Ť Involucrados en su etapa autogestiva, Santa Sabina se presenta hoy en el teatro Metropólitan para dar a conocer su más reciente producción, Mar adentro de la sangre, con el cual retoman la ruta independiente, luego de tres años de ausencia en los estudios.
Hartos de hacer maquila musical para alguna firma discográfica, "que lo soluciona todo, pero al mismo tiempo te limita'', los integrantes de Santa Sabina apuestan ahora por la artesanía creativa y el trabajo cooperativo, en el que todos son todo para hacer de todo, como sucedió en la producción del concierto, que esta vez estuvo a su cargo.
''Es el reto que marcan los nuevos tiempos para los músicos mexicanos: hacernos dueños de nuestros propios medios y abrir rutas alternativas para la producción de nuestro trabajo'', dice Luis Alfonso, apoyado por Juan Sebastián.
Y así lo hicieron. Salieron del estudio de grabación para convertirse en empresarios y promotores de sí mismos, ''con el apoyo de los cuates de siempre''. Se trata, dicen, de coincidir en un proyecto, de apoyarse en el talento de los otros y de confiar en los otros. Por eso, aseguran que Mar adentro de la sangre es el resultado de la suma de buenas conciencias de quienes participaron.
No fue fácil lograrlo, agrega Alejandro, ''pero al mismo tiempo nos dimos cuenta de que es posible sobrevivir al margen de criterios que se creen verdad absoluta, como los que privan entre empresarios musicales''.
Así, Mar adentro de la sangre se confeccionó en el estudio de Benny Ibarra, quien colaboró en la producción. Recurrieron a un sello independiente para la distribución del disco y tocaron mil puertas antes de decidirse a hacer del concierto su propia creación, con todo lo que implica. Es decir, rentar el teatro, buscar a los patrocinadores, comprometer la venta de, al menos, mil 200 boletos para pagar la producción y no ver hasta ahora un centavo de su trabajo. ''Todo se hace con dinero inexistente''.
Pero prefieren desarrollar su trabajo en esas condiciones, antes que ''aceptar las condiciones que nos proponían las grandes empresas del espectáculo, quienes ofrecían sólo 30 por ciento de las ganancias y terminan siempre imponiendo sus criterios'', dicen.
Hablan del abuso que enfrentan los músicos, de la falta de interés de las empresas disqueras para apoyar proyectos alternativos y de la necesidad de buscar espacios de independencia para hacer música. ''Es más chamba, pero estás obligado a hacerlo si quieres que las cosas resulten como lo planeaste".
Santa Sabina también ha encontrado buena respuesta en la Internet. De hecho, se ha convertido en una fuente de financiamiento para ellos, pues antes no sabían de las regalías por el consumo de la música que navega en la Red.
Producción sin prisas
No hay sello discográfico que los ampare desde que salieron de las filas de BMG Culebra, lo que significó una ausencia de tres años de los estudios. La espera sin embargo valió la pena, dicen, "porque presentamos ahora un producto en el que cada detalle estuvo especialmente cuidado''.
Este disco está hecho a detalle, aseguran: ''Pudimos dedicarle tres meses de trabajo, cuando en el pasado hicimos discos en un mes. Y pese a la falta de recursos económicos que enfrentamos, tuvimos acceso a todos los medios tecnológicos para lograr lo que queríamos'', dice Juan Sebastián.
Metáfora de la transición creativa por la que atraviesa, Santa Sabina califica el espectáculo que hoy presenta como un ejercicio expresionista. ''El concierto está concebido con la influencia de esta corriente artística, que significó ruptura, la apuesta por lo nuevo a partir de la vuelta al origen, y eso nos identifica en esta etapa de nuestro trabajo''.
En el concierto contarán además con la participación de músicos invitados, los mismos que intervinieron en la grabación de Mar adentro de la sangre. Estarán pues Leonel Pérez, Gabriel Bronfman y Diego Morato, entre otros.
Santa Sabina entonces apuesta a lo simbólico en la música y trasmuta el escenario en cabaré de la posguerra. Evoca las reminiscencias fílmicas del espectador para convertirse en personajes de película de Fritz Lang, en una escenografía que nació de la creación de Fabiola Torres y de la misma Rita Guerrero, también autora de las canciones Esperar que y Ojalá fuera tu voz, contenidas en Mar adentro de la sangre.
No hay temor del resultado. Los seguidores del grupo saben de ''nuestro eclecticismo y les gusta''. Sin embargo, aceptan que la música de Mar adentro de la sangre no está hecha para un espacio abierto, para un concierto masivo. ''Pero es producto de lo que nosotros sentimos en este momento, de nuestro viaje interno, y ahora lo ofrecemos como lo más neto. Además, somos personas normales y la gente se identifica con nosotros".
Su presencia en los espacios abiertos, en las calles, está vigente. Y así lo demuestran sus recientes conciertos a bordo de los autobuses nocturnos del gobierno capitalino. ''Eran tres tocadas por noche, tres paradas. Y lo hicimos porque compartimos la idea de recuperar las calles para todos''.
Ahora Santa Sabina recupera para sí su música y abre telón a su más ambicioso proyecto. Pero la apuesta vale la pena.