VIERNES 18 DE AGOSTO DE 2000
Ť Según sondeos, muchos en EU dudan de su honestidad e integridad
Distribuir la prosperidad, promete Gore al ser nominado candidato
Ť La noche final, para destacar su calidad personal Ť Resaltó los temas morales de su plataforma
Jim Cason y David Brooks, enviados, y Roberto Bardini, corresponsal, Los Angeles, 17 de agosto Ť Un animado Al Gore saltó esta noche sobre el escenario del centro de convenciones Staples al aceptar formalmente su nominación como candidato presidencial del Partido Demócrata, y comenzar así una ardua labor para tratar de reparar una imagen pública que ha dejado a muchos en este país con la impresión de que el actual vicepresidente es más "calculador" que cándido.
"Esta noche les pido su apoyo para avanzar y hacer de Estados Unidos un país mejor, más justo, más próspero que podremos construir juntos --declaró Gore ante los miles de delegados--. Juntos, aseguremos que nuestra prosperidad no sólo enriquece a pocos, sino a todas las familias trabajadoras".
En medio de gritos de "Gore, Gore, Gore" y ovaciones, el aspirante demócrata enfatizó los temas "morales" de su candidatura: "Quiero que sepan esto: he enfrentado a las fuerzas poderosas, y me enfrentaré a ellas, y las enfrentaré por ustedes", y agregó: "Yo creo que debemos desafiar una cultura con demasiada maldad y no suficiente significado".
El candidato recordó los éxitos de los últimos ocho años de gobierno demócrata, e intentó ofrecer propuestas que definió en su discurso como "específicas", desde seguro de salud al uso pragmático del superávit presupuestal.
Y concluyó su discurso de aceptación destacando la importancia de la próxima elección: "Todo nuestro futuro está en juego. Y sí tengo creencias sobre eso. Tengo valores fuertes, el amor de mi familia, mi fe, y mi amor por este país".
Gore ha sido el vicepresidente de Estados Unidos durante ocho años (y antes un destacado senador), pero la noche final de la Convención Nacional Demócrata fue diseñada más para presentar su calidad personal que su programa político.
El problema, según varios activistas del partido y encuestadores independientes, es que demasiados estadunidenses tienen la impresión de que Gore es un político sin posiciones firmes, dispuesto de decir todo lo necesario a fin de ser electo.
"Es esencial que la gente empiece a revaluarlo, porque muchas personas creen que no es del todo honesto, que es un oportunista político y cuestiona sus motivaciones", explicó Andrew Kohut, director del Centro Pew sobre Política y la Prensa, al periódico Los Angeles Times.
Durante las próximas dos o tres semanas, asesores de Gore estarán observando muy cuidadosamente para ver si la convención en general, y el discurso de Gore en particular, ayuda a reparar esta imagen pública y logra generar más entusiasmo popular para su candidatura.
El problema para Gore es que las recientes convenciones son casi todo show y poca sustancia, y mientras el candidato tiene la capacidad indiscutible de hablar detalladamente sobre propuestas políticas, no tiene talento como actor de un espectáculo.
La opinión de los estadunidenses registrada en sondeos de opinión demuestra que los votantes creen que Gore es una persona de gran experiencia e inteligencia, pero dudan de su honestidad e integridad.
En forma reiterada, las encuestas muestran que la mayoría considera que el candidato republicano, el gobernador George W. Bush, es más agradable como persona y un líder mas fuerte que Gore.
Así, aun antes de que Gore subió esta noche al podio para intentar presentarse nuevamente ante el electorado, los delegados a esta convención escucharon a varios oradores encargados de presentar el lado personal del candidato.
Entre ellos hubo un amigo personal de Gore de su época en el ejército, un periodista que lo conoció cuando el actual vicepresidente ejercía la misma profesión en el periódico Tennessean, y un alpinista que reciente ascendió una montaña con el candidato presidencial demócrata.
Después de estas amistades, la hija y la esposa de Gore hablaron del candidato como un hombre de familia.
Pero con la conclusión de estas cuatro jornadas de festejo político --que culminaron esta noche con la coronación de Gore--, y al caer miles de globos en medio de la música triunfante, todavía está por verse no sólo si el electorado votará por él, sino si el pueblo estadunidense tiene idea de quién es, finalmente, Al Gore.