Acepta Rusia toda ayuda para salvar a los 118 marineros


Auxilio mundial al submarino

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 16 de agosto * Cuatro días después del accidente del submarino nuclear ruso Kursk, cuyas causas se desconocen aún, Rusia aceptó los ofrecimientos de ayuda internacional para tratar de salvar a la tripulación. La decisión se tomó tras dos jornadas de infructuosos intentos de acoplar una cápsula de salvamento al submarino, varado en el fondo del mar de Barents con 118 personas a bordo, según los últimos datos oficiales.

El presidente Vladimir Putin, que sigue de vacaciones en Sochi, rompió este miércoles su silencio respecto del accidente y, en apresurada entrevista de banqueta, calificó de "crítica" la situación a bordo de la nave Kursk y dijo que "estamos haciendo todo lo posible por salvar a la tripulación".

El vicealmirante Vladislav Ilin, subjefe del Estado Mayor de la Armada, reveló que Putin sostuvo una conversación telefónica con el presidente estadunidense Bill Clinton, tras la cual ordenó al almirante Vladimir Kuroyedov, comandante en jefe de la Armada, "aceptar todo tipo de ayuda, venga de donde venga".

La orden presidencial, tras el tajante rechazo inicial a todo tipo de asistencia foránea, se dio a conocer poco después de que el viceprimer ministro Ilia Klebanov admitió que se dejaron de escuchar las "señales hidroacústicas" que emitían los tripulantes del Kursk, que no eran sino golpes en el casco de la nave que daban los marineros atrapados.

Para Klebanov, quien preside la comisión gubernamental investigadora de las causas del siniestro, "aunque las últimas noticias no son muy alentadoras, es prematuro sacar la conclusión de que ha ocurrido algo terrible".

El propio Klebanov afirmó que las reservas de oxígeno en el submarino pueden durar hasta el viernes próximo, plazo que el almirante Kuroyedov amplió hasta el 25 de agosto. Ninguno fundamentó en qué se basa su estimación, ya que no se ha podido establecer ningún tipo de comunicación con el sumergible desde el pasado sábado.

Se desconoce, por tanto, el estado de la tripulación y las reservas de oxígeno, aunque la desactivación de los reactores nucleares permite deducir que éste se acaba, no hay electricidad a bordo y no funciona el sistema de regeneración de aire, todo ello en medio de bajas temperaturas en el interior de la nave.

El deterioro de las condiciones climáticas, con olas de hasta tres metros de altura, reduce la efectividad de los batiscafos y complica las labores de rescate. En dos días no fue posible lograr un solo acoplamiento de la cápsula de salvamento. Tomando en cuenta que ésta puede transportar un máximo de 15 personas por inmersión, habría que realizar ocho veces la operación.

Como alternativa al uso de los batiscafos se considera levantar el submarino a 30 o 40 metros de profundidad para intentar la evacuación individual con escafandras, o incluso colocar al Kursk, de 154 metros de largo, en posición vertical para que la popa quede por encima de la superficie. Lo que no se dice es cómo piensan levantar una mole de 18 mil toneladas y en cuánto tiempo. El levantamiento del submarino Komsomoliets, siniestrado en 1989, duró dos meses y, a la mitad de la operación, la nave se partió en tres.

Las causas del accidente,

aún desconocidas

El influyente semanario Argumety i Fakty ofrece en su más reciente edición la versión de que el submarino habría sido alcanzado accidentalmente por un proyectil de otra embarcación que participaba en el ejercicio naval.

Otros expertos creen que el submarino chocó contra el fondo del mar por un error de cálculo del capitán.

A favor de esta hipótesis, se menciona que el periscopio del Kursk está extendido y dañado, lo cual podría significar que cuando el submarino alcanzó lo que los marinos llaman "profundidad de periscopio" se encontró muy cerca de un buque de guerra ruso y, para evitar el choque, la orden de "inmersión inmediata" hizo que se inclinara hacia proa, estrellándose en el fondo marino.

Por último, filtraciones atribuidas a un funcionario del Estado Mayor de la Armada indican que el ejercicio naval incluía un simulacro de hundimiento del submarino para ensayar el rescate de la tripulación, pero no se contempló el estallido en el depósito de torpedos, que provocó la inundación de cuatro compartimentos y escoró la nave a un ángulo que hace imposible acoplar la cápsula de salvamento.

En mayo pasado, un despacho de la agencia AVN, especializada en temas militares, describía el escenario del simulacro como parte de un ejercicio naval, justamente en el Mar de Barents.