JUEVES 17 DE AGOSTO DE 2000
Ť Ambiente de denuncias mutuas y alertas rojas de observadores electorales
Cerraron campañas en Chiapas Sami David y Pablo Salazar
Angeles Mariscal, corresponsal, Tuxtla Gutiérrez, Chis., 16 de agosto Ť En un ambiente de denuncias mutuas, de alertas rojas lanzadas por grupos de observadores electorales y de una efervescencia social y política en la mayoría de los municipios de la entidad, los candidatos al gobierno de Chiapas, el priísta Sami David y el opsitor Pablo Salazar Mendiguchía, cerraron campañas políticas con actos multitudinarios, donde se comprometieron a respetar el resultado de la votación del próximo domingo. Ambos llamaron a los ciudadanos a salir a votar "en paz y con responsabilidad".
Sami David cerró campaña en Tuxtla Gutiérrez con una verbena popular donde cantantes populares amenizaron el ambiente. Antes, acompañado por la líder nacional del PRI, Dulce María Sauri, convocó a una conferencia de prensa donde reiteró su propuesta de gobierno.
"Mi apuesta es por la paz con justicia y dignidad", así inició Sami David su larga exposición a la prensa en la que en ningún momento mencionó a la guerrilla zapatista. "Refrendo mi disposición a encabezar un gobierno plural que tome en cuenta la diversidad étnica, religiosa, de género, edad y posición política o social que caracteriza a nuestra entidad".
A su vez, Salazar cerró su campaña en Palenque ante miles de ciudadanos de la zona norte de la entidad y -acompañado del líder nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena- también recordó sus propuestas de gobierno: combatir la pobreza e impulsar proyectos de desarrollo regionales.
Por su parte, David no pronunció discurso en su acto de cierre; pero, en la conferencia de prensa, habló a los periodistas de las múltiples confrontaciones sociales, políticas y religiosas que existen en la entidad y señaló que su apuesta "es por la paz, para evitar que la violencia siga lastimando a la sociedad chiapaneca. Tenemos la mejor propuesta, tenemos la mejor respuesta que perfila nuestro triunfo electoral", subrayó.
Sólo a pregunta expresa se refirió al conflicto armado que se vive en Chiapas e hizo un llamado al EZLN para que "se integre a la vida pacífica y legal en un nuevo marco de confianza". Más radical en sus declaraciones, Dulce María Sauri acusó nuevamente a la Alianza por Chiapas de "traer activistas del CGH, funcionarios del Distrito Federal y operadores de los partidos de oposición para apoyar a su candidato". Y agregó: "De antemano les decimos que el triunfo no se va a negociar. Exigimos que ellos (los partidos de oposición) también respeten el resultado de las elecciones".
Tarjeta roja al PRI
En su cierre en Palenque, Salazar dijo en su discurso que si bien no es "zapatista, tampoco soy antizapatista y el próximo gobierno será de reconciliación y de paz. Si la guerra llegó por un mal gobierno, que la paz llegue por un buen gobierno". Y añadió: "Qué bueno que ganó México, pero es hora de que gane Chiapas, así que por ustedes y por sus hijos, no sólo les pido su voto, denme su confianza y yo me comprometo a que no les voy a fallar, no les puedo fallar, no les quiero fallar".
Le acompañó el árbitro profesional de futbol Arturo Brizio, quien arengó: "hay que sacarle tarjeta roja al mal gobierno, hay que echar fuera de la cancha al PRI". El candidato de la alianza opositora complementó al decir que "Brizio ya le sacó la tarjeta roja al PRI, nosotros también. Nuestro proyecto es de vida, no de muerte, es de paz, no de guerra". Se comprometió a respetar el resultado y llamó a los ciudadanos a montar guardia en las afueras de las casillas e impedir cualquier intento de compra o coacción del voto.
La organización de observadores Alianza Cívica, lanzó una alerta roja en los lugares donde serán instaladas unas 500 casillas, debido a que los funcionarios de las mismas son priístas. Esta denuncia fue desestimada por el presidente del CEE, quien sostuvo que aún no es definitivo que dichos funcionarios se aprueben. Hugo Almada, coordinador estatal de Alianza Cívica, dio a conocer una lista de 586 casillas ubicadas en las zonas rurales indígenas (principalmente en Los Altos, selva y norte de Chiapas) en las que, de acuerdo a los "usos y ostumbres", los funcionarios de casilla fueron designados por las autoridades comunitarias, todas ellas militantes o simpatizantes del PRI.
Incluso, en las elecciones del 2 de julio, en algunas de estas casillas se expulsó a los representantes de la oposición, y se efectuaron descaradamente prácticas de coacción y compra de votos, según Hugo Almada, quien agregó que en esas comunidades rurales existen graves problemas de comunicación por la falta de caminos y teléfonos y se ha iniciado una campaña en contra de observadores electorales.