JUEVES 17 DE AGOSTO DE 2000
Ť A sus asesores les "preocupan más" otros países
Sin definir, las políticas de Gore sobre la relación con México
Ť La globalización borra líneas sobre política exterior e interior
Jim Cason y David Brooks, enviados, y Roberto Bardini, corresponsal, Los Angeles, 16 de agosto Ť El candidato demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Al Gore, se ha comprometido públicamente a "trabajar de forma cercana" con México, pero en varios temas centrales de la relación bilateral, entre ellos la inmigración, el actual vicepresidente no ha ofrecido propuestas políticas claras, en tanto que sus asesores de política exterior exhibieron esta semana mucho menos interés en la política hacia el vecino país, sobre todo si se compara con el manifestado por el aspirante republicano, el actual gobernador de Texas, George W. Bush.
Bruce Jentleson, uno de los dos principales asesores en política exterior de Gore, comentó hoy que este mes el candidato se reunirá con el presidente electo mexicano, Vicente Fox , y que el de la inmigración será uno de los temas a abordar.
"No habrá oportunidad para profundizar sobre el tema, pero creo que será una buena ocasión para comenzar la discusión", dijo el experto del candidato demócrata. Tal vez es mejor para Gore que ese diálogo no sea extenso, ya que Jentleson reconoció que el equipo de campaña presidencial no ha desarrollado una propuesta sobre inmigración.
En efecto, la plataforma política del Partido Demócrata, redactada por el equipo de Gore y aprobada por los delegados el martes, elogia las políticas migratorias del gobierno de Bill Clinton, aunque indica que éstas "han fracasado". Un primer paso, comentó Jentleson, es desarrollar un análisis del problema (al parecer, eso llegaría a la pública conclusión de que las políticas han "fracasado") y proponer soluciones.
Pero presionado para que esbozara el tipo de soluciones que podría proponer Gore en la Casa Blanca, Jentleson se limitó a responder: "Por el momento, eso aún no se ha desarrollado plenamente".
Asesores del candidato alegaron esta tarde que es injusto decir que Gore carece de una política hacia México, ya que ésta se ha desarrollado a lo largo de los últimos ocho años del gobierno Clinton-Gore.
Y en torno a algunos temas, de forma especial el antinarcótico, el candidato ha apoyado las políticas promovidas por Clinton y su zar antidrogas, Barry McCaffrey.
Pero no hay posturas claras sobre asuntos como inmigración y comercio. Esta semana el propio Gore declaró al periódico La Opinión que promoverá una agenda migratoria "justa y amplia", y que espera "trabajar en forma cercana" con México.
El problema para la campaña demócrata es que México es, al mismo tiempo, parte de un tema de política exterior y asunto de política interna.
Clyde Prestowitz, otro alto asesor de política exterior de Gore, reconoció esto al comentar que "México, claro, es un país diferente a Estados Unidos, pero los dos están tan entrelazados económica y políticamente que, en verdad, es el mejor ejemplo de cómo la globalización está borrando líneas entre la política doméstica y la exterior".
Sin tener la intención, Prestowitz ofreció una imagen clara de esta tensión al insistir en que Gore está comprometido plenamente con el libre comercio, al tiempo que defiende una plataforma política que incluye promesas a los sindicatos de que a pesar del tratado con México, no se permitirá a los camiones de este país ingresar y operar en Estados Unidos en el futuro cercano.
Como casi todo político, Gore tiene que buscar asegurar a diversos intereses y sectores al mismo tiempo y esto es muy visible en el caso de la política hacia Cuba. El candidato demócrata ha optado por la línea dura en torno al bloqueo contra la isla, pero varios de sus asesores han tenido la capacidad de responder a preguntas bastante simples sobre La Habana.
El martes, un asesor de política exterior de Gore, Michael Nacht, rehusó excluir la posibilidad de que como presidente, el candidato demócrata podría considerar o intentar el derrocamiento del mandatario cubano, Fidel Castro. Pero este miércoles, Prestowitz declaró que considera que hay un cambio sobre la forma en que se está abordando el tema de Cuba, y dijo que "la política hacia Cuba se está discutiendo como nunca antes".
Y otro alto asesor del equipo Gore, el reconocido analista Graham Allison (autor de una investigación clave sobre la política hacia Cuba hace muchos años), ha advertido contra cualquier estrategia que intente controlar eventos internos en Cuba.
Lo más notable esta semana en este rubro es que los asesores de Gore que acudieron ante los medios de comunicación estaban preparados para dar respuestas amplias y detalladas sobre las posiciones del candidato en torno a Rusia, China y Medio Oriente, pero fueron poco capaces al hablar de políticas hacia América Latina.
Cuando un reportero señaló que América Latina, y México en particular, parece ser más importantes en las posiciones del candidato republicano George W. Bush, un asesor de Gore replicó: "Eso es porque lo único que conoce Bush sobre política exterior es México".