JUEVES 17 DE AGOSTO DE 2000
Ars barbárico
* Gustavo Leal F.* *
TODO EMPEZO CON EL socialmente impropio secretario de Salud de Baja California, Carlos Astorga, finalmente defenestrado de la "comisión de salud" del foxismo por el caso Paulina.
En entrevista para La Jornada (5/08/00) sostuvo: 1) La prioridad de esa comisión es el diseño del presupuesto para el 2001. Incluirá los meca-nismos para "fortalecer la descentra-lización de los servicios y la ampliación de la cobertura de atención médica". Es decir, sin punto y coma alguno, seis años más de zedillismo sanitario. 2) Resulta indispen-sable, agregó, la descentralización de los servicios de especialidad. Los institutos nacionales de salud son los "únicos que funcionan como centros de referencia para la población abierta de todo el país, por lo que se requiere instalar centros regionales de tercer nivel". Todo lo cual supone, sin duda, más que sustanciales incrementos al presupuesto del sector salud. Pero el joven Astorga, a fin de no chocar con la bárbara recomendación del World Health Report 2000, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ųla cual sostiene que más que elevar el presupuesto hay que aprender a emplearlo mejorų, se contradijo de inme-diato: "la reorganización y mejoría en la eficiencia administrativa generarán recursos adicionales". ƑDe dónde? ƑJubilando, por ejemplo, a la "vieja guardia" de los "profesionales de la salud" que ya rebasan los 60 años? O peor aún, Ƒcorriendo a los médicos de base, siempre de acuerdo con la ley del ISSSTE? Afortunadamente, Astorga no tiene que seguir "rompiéndose" la cabeza. Otros están llamados a buscar las soluciones por él.
Por ejemplo, según Leopoldo Domínguez, secretario de Salud de Nayarit e integrante del equipo de transición que realiza el programa de salud, "adelgazar la Ssa y trasladar algunas de sus funciones, personal y presupuesto a los estados". Nuevamente, más zedillismo-soberonismo sanitario. Pero Domínguez matizó: la Ssa no debe costar "tanto a la Federación"; no debe ser "una entidad que diga a los estados qué es lo que deben hacer, cómo hacerlo, ni que esté vigilando" (Reforma, 10/08). Este punto de vista resulta más interesante y, sobre todo, consistente con las ofertas de federalismo efectivo que han reiterado Derbez y Sojo, responsables económicos del foxismo. Claro que Domínguez debe aún explicar cómo logrará tal propósito sin contradecir la aludida recomendación de la OMS de no pedir más presupuesto, sino atenerse calvinistamente al que hay.
Pero Domínguez no trabaja solo. Con los secretarios de Salud panistas de Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Aguascalientes ha encontrado la manera de hacer de la horrorosa necesidad una virtud solemne: "la OMS recomienda que los gobiernos federales inviertan en salud cuando menos 5 por ciento del PIB; en nuestro país andaremos en alrededor de 4 por ciento, esto incluye a las instituciones de seguridad social como IMSS e ISSSTE, y cuando menos el IMSS debería ser autofinanciable, y así, el 5 por ciento del PIB se invertiría exclusivamente en salud a población abierta".
La "salida" de Domínguez es riesgosa: 1) Derrumba de un solo golpe la "reforma" zedillista para hacer "autofinanciable" al IMSS, y 2) podría segregar a todos los asegurados del IMSS y del ISSSTE frente a la población abierta. ƑCiudadanos de primera y de segunda?
Pero aceptando sin conceder, escuchemos cómo se espera "reducir" costos del IMSS: "hay un programa llamado IMSS-Solidaridad, que al igual que la Ssa se dedica exclusivamente a la población abierta, pero financiado por el IMSS, y la intención es fusionarlos". Como secretario de Salud de Nayarit, Domínguez sabe perfectamente que bajo la "descentralización" priísta del doctor Soberón (1982-1988), en el sexenio de Miguel de la Madrid, 14 estados entregaron a la Ssa el entonces llamado programa IMSS-Coplamar. El balance de resultados es atroz.
Pero hay más. El nuevo equipo pretende separar al DIF del Sistema Nacional de Salud, a fin de "dar mayor atención al rezago epidemiológico y reorientar el gasto sanitario" (Reforma, 6/08), y reforzar la autoridad sanitaria del Consejo de Salubridad General "al nivel de la Ssa, las entidades federativas y la Presidencia de la República". Los foxistas buscan, además, que el eje principal del gasto sanitario sea el preventivo, el más barato, reservando a la población el más caro: el curativo.
Pareciera que a pesar del mundo "glo-bal" que nos acosa, en México se toca ruidosamente a la puerta de una suerte de edad media sanitaria. šSalud! *
*Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco