El destructor de la obra de Ahumada tiene mal corazón
Ť Es mentira eso de que la intimidad esconde cosas; a uno se le conoce en cuanto habla, afirma
Merry Mac Masters Ť Autodefinido de entrada como "una feria y una fiera para hacer el amor", a la mitad de la plática Juan Soriano tuvo que explicarse: "Todos llevamos escrito en nuestra cara el tipo de amor que hacemos o que podemos hacer o que pretendemos hacer o que queremosconseguir. Eso de que la intimidad esconde cosas es mentira. Se le conoce a uno en cuanto habla, se para, cruza una pierna o la descruza".
A tres días de que cumpla 80 años (el viernes 18), el "inmemorial" Soriano, como dijo la anfitriona Teresa del Conde, acudió ayer al ciclo de charlas Venga a tomar café con... que organiza el Museo de Arte Moderno. Allí, un nutrido público se tomó la libertad de preguntarle de todo a invitación del pintor, escultor y grabador jaliciense. Latentes en el ambiente estuvieron los recientes sucesos de Guadalajara, donde un dibujo en exhibición de Manuel Ahumada fue destruido. ¿Debe haber un límite en el arte y de ser así hasta dónde?, alguien quiso saber. La belleza nunca es perversa ni mala, aseguró Soriano, además, "ver a Marilyn Monroe desnuda es algo mucho más interesante y más agradable que ver una pintura mal hecha como la que interpreta a la pobre Virgen de Guadalupe, que tuvo muy mala suerte de tener un pintor tan malo". Antes habría dicho que en Guadalajara "no me pude adaptar, entonces, por eso estoy aquí".
Agregó: "El que hizo el escándalo y destruyó un dibujo que es incapaz de hacer, es una persona que tiene muy mal corazón, no tiene fe y no sabe lo que es ni la verdad ni la fe ni nada. Es un gran ignorante para mi criterio". A una pregunta sobre la necesidad de explicar, por ejemplo, una estela maya, el artista reviró: "La belleza y la verdad son evidentes siempre. Lo que no se puede explicarse de las estelas son las ideas religiosas, porque son falsas, porque tienen la pretensión de que es Dios que habla con el cura de cualquiera de esas religiones o con un especialista, y le dice lo que tiene que simbolizar cada cosa de un objeto que se hace pasar por un objeto religioso. La religión, la belleza y la verdad son cosas completamente independientes". Y todavía, "quizá ese que destruyó el dibujo sintió tanta conmoción que tuvo que destruirlo e insultarlo. Lo traté con cierto desprecio pero de todas maneras, amarrado que tenga o no el sexo, es una persona".
En otro tema, Soriano fue firme: "La obra de arte no tiene valor económico ninguno, sino un valor mucho más poético. La obra de arte es impagable. Está hecha para que la gente la vea, la juzque, la ame, o la desprecie, o la olvide. Es personal y los gustos personales son imposibles de catalogar o saber. La obra de arte no puede servir para hacer política, publicidad o dinero".
Sobre su reciente experiencia de ilustrar el poemario Agua, de Carmen Boullosa, dijo: "El poema me fascinó porque en ello se define, se explica, se suspira, llora, se hace y se deshace una mujer, y una mujer para un hombre es siempre un misterio. De verdad es un sexo completamente hermético, raro, diferente, extraño, y además es la mamá, así que nos chinga".