MIERCOLES 16 DE AGOSTO DE 2000

Despenalización: no hay derecho a no saber

Ť Teresa del Conde Ť

El eminente maestro doctor Luis Villoro publicó el 15 de agosto un artículo titulado "Estado, mujeres y aborto". Menciona a San Agustín de Hipona (354-430) el gran doctor de la iglesia nacido en lo que hoy es Algeria. Tuvo un hijo desconocido, llamado Adeodato. Ambos fueron bautizados el año de 391. Lo que dijo San Agustín y aceptó siglos después el aristotélico aquinatense Santo Tomás (1225-1274) autor de la Suma teológica está en buena parte cotejado por la medicina actual. El sistema nervioso central empieza a prefigurarse hacia la doceava semana de concebir. San Agustín pensó que el alma se insertaba al determinarse el sexo. Eso ocurre igual en los dos sexos. Es detectable una vez principiada la decimosexta semana. Por eso las mujeres quieren y pueden hacerlo, se someten a miocentesis entonces, no antes. El periodo de embriogénesis, dicen los médicos informados, los tratadistas y los genetistas, termina hacia los 92 días de la concepción. A partir de entonces puede hablarse de feto, aunque la morfología del producto no difiera mucho de la de un pez pequeño o un anfibio. Si la Iglesia fuera lúcida, seguiría a San Agustín de Hipona, hombre estudiosísimo de vida experimentada y después teólogo-historiador, así como cura de almas admirable que escribió 113 tratados y más de 200 cartas, además de los innumerables sermones que predicó en su diócesis. Cuando el fanatismo se alió con la ignorancia y se vio favorecido por el poder del Estado, se dieron todas las condiciones para los peores momentos en la historia del siglo xx. La Iglesia no tiene el derecho de no saber.