MIERCOLES 16 DE AGOSTO DE 2000

Ť El ex mandatario debería callar: De la Rúa


Menem, empeñado en alentar la dolarización en Argentina

Ť Sufre el país la recesión más prolongada de su historia

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 15 de agosto Ť El gobierno argentino del presidente Fernando de la Rúa atraviesa uno de sus momentos más díficiles en sus poco más de ocho meses de mandato, en medio de la desesperanza de la gente ante una crisis que parece no tener fin y la continuidad de las mismas políticas económicas que condujeron a la recesión.

Pero desde la platea, el ex mandatario Carlos Menem, a quien la actual administración responsabiliza de los males económicos y sociales que aquejan al país, continúa empeñado en alentar la dolarización y espera que gane en Estados Unidos su amigo, el republicano George W. Bush, para lanzarse de lleno a la campaña presidencial en el 2003.

"Si no se dolariza la economía, vamos a tener una devaluación", advirtió el neoperonista, lo que provocó indignación entre propios y ajenos. Su rival partidario, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, y la bancada del Partido Justicialista rechazaron la propuesta.

"Pensar en dolarizar parte de una idea casi infantil, equivocada, de que vamos a tener el bienestar de los estadunidenses sólo porque tengamos su moneda", dijo Ruckauf. De la Rúa contestó que su gobierno hace frente a los problemas que Menem dejó en diciembre, "así que debería guardar silencio".

También economistas de diversas corrientes salieron al paso de los reclamos de Menem, quien adoptó en 1991 el sistema de convertibilidad (paridad del peso con el dólar y cada peso respaldado por divisa).

En este contexto, la desesperanza argentina -que se disparó tras el reciente suicidio de René Favaloro, un cardiocirujano de fama mundial que invocó razones económicas para su decisión- se refleja en la recesión más prolongada de la historia, el alto índice de desempleo, la reducción de salarios, el descontento social y la falta de respuesta gubernamental.

Las voces de la discordia se escuchan incluso en las filas de la gobernante Alianza socialdemócrata, entre ellas la de la diputada Elisa Carrió, quien llamó a una "revuelta" pacífica a los habitantes del interior del país, para rechazar el veto gubernamental a una ley que establecía la emergencia en 14 provincias.

El ministro del Interior, Federico Storani, salió al ruedo para señalar que "es peligroso alentar protestas", y también respondió a la Iglesia católica que "en ocho meses no se pueden hacer milagros", después que el cardenal Raúl Primatesta dijo que era imposible pensar en nuevos ajustes. Sin embargo, el jefe del gabinete, Rodolfo Terrgano, admitió que "no es bueno acostumbrarse a una situación de pobreza", y la ministra de Desarrollo Social, Graciela Fernández Meijide, coincidió con Primatesta en calificar como "desastre" lo que puede ocurrir si no se produce una reactivación económica.

La mayoría de los analistas locales ya habían advertido al gobierno que la reducción de salarios a los empleados estatales -aplicada aun cuando fallos judiciales la declararon constitucional- y el llamado impuestazo agravarían más la recesión, mientras ya nadie cree que la polémica Reforma Laboral sirva para generar empleo.

Pero tampoco existe una propuesta desde la oposición, dividida al igual que el sindicalismo. Los sectores de trabajadores que apoyaron a la gobernante Alianza socialdemócrata, como el peronista Movimiento de los Trabajadores Argentinos, ahora convertido en la Confederación General del Trabajo (CGT) disidente o rebelde, y la Central Argentina de Trabajadores, son los únicos que podrían considerarse ahora como una fuerza opositora, ya que el gobierno eligió acercarse a la CGT ortodoxa, que agrupa a los dirigentes laborales más desprestigiados.

Hay otros campos de lucha interna para el gobierno, más allá de la política economica y social. El jefe de los Servicios de Inteligencia del Estado (SIDE), Fernando de Santibáñez, un amigo de De la Rúa, ha sido mencionado en los medios como autor de campañas contra los centroizquierdistas del Frente País Solidario, que integran la Alianza, y especialmente contra el vicepresidente Carlos Chacho Alvarez, revelando temas de su vida privada.

Otro tema que traerá cola es el de las revelaciones del diario Clarín sobre la presencia de agentes o ex agentes de inteligencia estadunidenses contratados no sólo por empresarios privados, sino también por instituciones estatales.

Así, aunque la mayoría reconoce la "honestidad" al gobierno, demanda acciones contra los corruptos, una políltica definida y medidas para frenar una crisis que se refleja ya en las calles y en el desanimo de la gente.