Ť Hora a hora, aumenta el riesgo de que mueran
Falla intento de rescate de los tripulantes del submarino ruso
Ť Versión de que cuatro de 10 compartimentos están inundados
Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, miércoles 16 de agosto Ť La operación de rescate de la tripulación del submarino nuclear ruso Kursk, varado a 107 metros de profundidad en el mar de Barents, enfrenta severas dificultades por las adversas condiciones del tiempo en esa zona del océano Artico, y cada hora aumenta el riesgo de encontrar sin vida a los 116 marinos atrapados desde el pasado sábado.
La madrugada de hoy continuaron los intentos de acoplar una cápsula de rescate a la escotilla de escape del submarino, en medio del mal tiempo, luego de que fracasaron los primeros intentos.
El empleo de la cápsula de rescate es la única posibilidad para salvar a los tripulantes, pues la temperatura del agua --no más de cuatro grados sobre cero-- excluye la evacuación con escafandras. Todo indica que el Kursk está inclinado, lo cual dificulta acoplar la cápsula de salvamento.
El alto mando de la armada reconoció que el accidente se produjo el sábado y no el domingo, como se había informado.
Esta diferencia de 24 horas adquiere especial dramatismo ante los confusos datos de los expertos respecto de la reserva de oxígeno en el sumergible y la alta probabilidad de que haya dejado de funcionar el sistema de regeneración de aire.
Según los cálculos más optimistas, la tripulación podría resistir hasta el jueves, pero ni siquiera se ha podido restablecer comunicación por radio con los tripulantes.
La única confirmación de que aún hay gente con vida es la "resonancia acústica", como llamó el comandante en jefe de la armada, Vladimir Kuroyedov, al hecho de que se ha escuchado a los marinos golpear el casco del submarino pidiendo auxilio.
Sigue sin conocerse la causa del accidente y se descarta la colisión con un submarino extranjero. Ahora las autoridades manejan la versión de una explosión en el depó- sito de torpedos o un choque con una mina de la Segunda Guerra Mundial.
Rechazan la posibilidad indicada por expertos independientes de una falla técnica al disparar un torpedo y que no se haya cerrado herméticamente el tubo de lanzamiento, lo que habría provocado la entrada de agua a los compartimentos delanteros.
Otras versiones no confirmadas indican que cuatro de los 10 compartimentos están inundados. De ser cierto, habría muerto ya un elevado número de los ocupantes.
La información oficial es contradictoria e incompleta, y fue el subdirector de un periódico de Murmansk, puerto donde tiene su base la Flota del Norte, quien reveló que a bordo del Kursk, cuya tripulación normal es de 107 miembros, se encuentran también nueve altos oficiales del estado mayor de la flota, que dirigían el fallido ejercicio naval.
Este hermetismo llevado al absurdo hizo que Rusia rechazara tajantemente la asistencia ofrecida por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Israel y otros países.
Al comienzo se argumentó que no era necesaria la ayuda por problemas de incompatibilidad técnica en los equipos de rescate, pero luego el viceprimer ministro, Ilia Klebanov, aseguró que los medios técnicos rusos "no son peores" que los extranjeros.
Sin embargo, el anuncio de que almirantes rusos se disponen a viajar a Bruselas para consultas con colegas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, se interpretó como señal de que Rusia podría solicitar ayuda en las labores de rescate.
Para la mayoría de los rusos resulta inexplicable que el presidente Vladimir Putin no haya interrumpido sus vacaciones en el balneario de Sochi, en el Mar Negro, donde permanece desde el pasado viernes.
El Kremlin incluso costeó el viaje y la estancia en Sochi de un numeroso grupo de académicos, que este miércoles se reunirán con el mandatario para discutir perspectivas del desarrollo de la ciencia en Rusia.
De cara a la población rusa, el extraño silencio de Putinse está convirtiendo en el mayor error político desde que asumió la presidencia, hace poco más de cien días .