MIERCOLES 16 DE AGOSTO DE 2000
Ť Juan Moreno Pérez Ť
La renuncia de Corta/ II y última
A partir del anuncio del IPAB respecto la posible conversión de los pagarés del Fobaproa en nuevos bonos negociables, con pago de intereses en efectivo, bancos como Banamex empezaron a solicitar ese intercambio. Dicha gestión se reforzó con la decisión adoptada por el IPAB, de convertir los pagarés en poder de Serfin en nuevos bonos con mayores rendimientos y plazos menores.
La posición de Corta fue solicitar a Banamex un plan que permitiera aumentar la participación en las pérdidas que se generaran al vencimiento de los pagarés, lo cual serviría como incentivo para que ese banco hiciera todo lo posible por recuperar el dinero que había prestado de manera inadecuada. Para ello, puso como condición para intercambiar los pagarés por nuevos bonos, que Banamex se comprometiera a no pagar dividendos hasta concluir ese esfuerzo de recuperación. Esa postura, como resulta obvio, no agradó a Roberto Hernández.
El segundo ejemplo se refiere a Citibank. Como se puede recordar, a mediados de 1998, cuando estaba en su apogeo el escándalo del Fobaproa, el gobierno vendió Banca Confía a ese banco extranjero. Por esa circunstancia, Citibank impuso condiciones extremadamente leoninas para quedarse con el banco. El Fobaproa, en un entreguismo total, emitió un pagaré por 28 mil millones de pesos, con vencimiento a ocho años, y se comprometió a pagar intereses muy superiores a los que ese banco debía pagar a los ahorradores.
Vicente Corta decidió anticipar el pago de la deuda con Citibank, intentando así reducir el enorme costo impuesto a la población. Pero el banco extranjero protestó y demandó el cumplimiento de lo pactado, incluyendo el mantenimiento de esos elevados intereses hasta 2006. Los documentos firmados por las autoridades y el Citibank se mantuvieron en secreto hasta que ese banco los dio a conocer. A pesar de que en el contrato original del pagaré se incluyó la posibilidad de pagarlo anticipadamente, otros documentos también firmados por el Fobaproa, permiten una interpretación un tanto ambigua.
Decisiones como las comentadas, hicieron de Corta un personaje incómodo para muchos banqueros, nacionales y extranjeros, los cuales sólo buscan sacar el mayor provecho de la debilidad de las instituciones nacionales y de la complicidad de muchas autoridades. Además, la actual luna de miel que se percibe entre dichos banqueros y Vicente Fox, no resultaba propicia para que continuara con un empeño que al final podría resultar infructuoso.