MARTES 15 DE AGOSTO DE 2000
* Análisis de activistas y especialistas internacionales
Exigirán mujeres a Fox la promoción de sus derechos
* Presentan un libro sobre el tema, hoy en San Angel
Elia Baltazar * En torno de la discusión sobre el aborto está en juego no sólo la batalla por el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, sino las condiciones en que participarán para definir el rumbo democrático del país, pues deberán garantizar que se dé en un contexto de igualdad y no de desventaja.
"Es un momento político muy importante que deberán aprovechar las mujeres mexicanas para exigir al presidente electo, Vicente Fox, el respeto, cumplimiento y promoción de los convenios y tratados internacionales sobre derechos humanos de las mujeres".
Este es el análisis de las activistas y especialistas internacionales sobre derechos humanos de las mujeres, Charlotte Bunch y Roxanna Carrillo, respecto de la polémica sobre el aborto en la sociedad mexicana, a partir de la iniciativa de ley presentada en el Congreso de Guanajuato para su prohibición bajo cualquier circunstancia, incluida la violación.
Fundadora y directora del Centro de Liderazgo Global de las Mujeres, la primera, y asesora sobre derechos humanos en el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), la segunda, Bunch y Carrillo aseguran que la legalización del aborto significa concretar una de las aspiraciones de las mujeres en el mundo: controlar sus decisiones en todos los ámbitos de su existencia y elegir todo lo que tenga que ver con ellas y su identidad. "Se trata de que las mujeres tengan el control de todas las decisiones sobre su vida, incluyendo el aborto, y no sólo en caso de violencia sexual o cuando existe riesgo de muerte para ella o el producto".
Por supuesto el caso de Paulina, en Baja California, quien fue violada y posteriormente coercionada para no abortar, resume no sólo las circunstancias adversas que enfrentan las mujeres cuando toman una decisión sobre sí mismas, sino todas las posibilidades de violaciones a sus derechos humanos, por parte de los grupos más conservadores y del mismo Estado, "que frente al problema de Paulina no fue capaz de hacer respetar sus derechos humanos", explican Bunch y Carrillo, quienes promueven y encabezan la Campaña Mundial por los Derechos de las Mujeres.
Para ellas Paulina "se convirtió en un símbolo de todas las fallas que muestra el Estado para cumplir con sus deberes fundamentales, que son promover y hacer respetar los derechos humanos". En resumen, dice Roxanna Carrillo, abdicó en sus obligaciones.
El caso de Paulina y los embates de los grupos conservadores contra las iniciativas a favor del aborto son intentos por restringir al ámbito privado los derechos de las mujeres.
Ahora, sin embargo, hay un movimiento de mujeres que ampara su trabajo en tratados y convenios internacionales, y que sirve para hacerles recordar a los gobiernos que deben cumplir con sus responsabilidades en todos los ámbitos, explica Bunch, teórica del feminismo contemporáneo cuya opinión fue fundamental para que en la Conferencia Mundial de los Derechos Humanos, que se realizó en Viena en 1993, se reconociera la violencia contra las mujeres como una violación a los derechos humanos.
Ganadora en 1999 del premio Eleanor Roosevelt, que puso en sus manos el presidente estadunidense Bill Clinton, Charlotte Bunch advierte sobre la importancia del momento que vive México, ya que expuesto a la mirada internacional por los cambios políticos, se abren las posibilidades de exponer las contradicciones que aún persisten en las políticas de género, y que tienen como consecuencia casos como el de Paulina.
De este modo, agrega Roxanna Carrillo, el presidente electo Vicente Fox está obligado no sólo a cumplir todos los compromisos internacionales respecto de las mujeres, sino a promover en todas las esferas de gobierno su promoción y respeto. "No puede eludir esta circunstancia, pues los mecanismos de vigilancia internacional, que aplican las propias mujeres, se han fortalecido".
Agrega Carrillo: "Fox ya se comprometió a respetar todos los convenios y tratados internacionales que tienen que ver con los derechos humanos. Y si bien hace 10 o 15 años nadie hubiera esperado que así fuera, ahora hay grandes sectores de mujeres en la sociedad mexicana que así se lo demandan y que están apoyados por un movimiento internacional que vigila".
Incluso, explican, México preside el comité de vigilancia de la Convención de la Mujer y cada cuatro años tiene que informar sobre sus avances en políticas de género. "Su representante es interrogado por lo que ocurre en México con las mujeres, y en ello se finca gran parte de su imagen y reputación internacionales".
Bunch y Carrillo, participantes en las conferencias internacionales de Población y Desarrollo en El Cairo, en 1994, de Desarrollo Social en Copenhague, en 1995, y en la Mundial sobre la Mujer en Beijin, 1995, hablan sobre México con conocimiento de causa, pues han viajado a nuestro país para presentar hoy, en la Centro Cultural San Angel, el libro Los derechos de las mujeres son derechos humanos. Crónica de una movilización mundial, editado por la misma Bunch, en coordinación con Claudia Hinojosa y Niam Reilly, y publicado por Edamex.
Resultado de la Campaña Mundial por los Derechos de las Mujeres, el libro incluye diversos testimonios de mujeres de todo el mundo. Y allí están contenidos los casos de violaciones a los derechos reproductivos por parte de las instituciones médicas y los casos de maltrato de las trabajadoras de las maquiladoras fronterizas.
El texto demuestra que la mujeres enfrentan condiciones de desventaja no sólo en México o Latinoamérica, o en los países en vías de desarrollo. Se trata de una constante que se extiende por todo el mundo, pero ante lo cual se enfrenta ya un amplio movimiento internacional de mujeres, del cual forman parte Roxanna Carrillo y Charlotte Bunch.