LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000
Ť Entre 70 y 80 por ciento de los casos, atendidos en etapas avanzadas o tardías
En 18 años se quintuplicó la incidencia de cáncer en México
Ť La segunda causa de muerte en el país está emparentada con la pobreza y la ignorancia: Jaime de la Garza
Angeles Cruz Ť En 18 años, el número de nuevos casos anuales de cáncer en México creció más de cinco veces. Mientras en los años 80 se registraban 16 mil nuevos casos en promedio por año, para los 90 la cifra se elevó a más de 71 mil y en 1998 se contabilizaron 87 mil pacientes.
Actualmente, el cáncer es la segunda causa de muerte en el país, detrás de los padecimientos cardiacos, y entre 70 y 80 por ciento de los afectados llega a las instituciones de salud en etapas avanzadas e incluso tardías.
Las mujeres son las más afectadas y, de hecho, casi duplican a los hombres que sufren algún tipo de cáncer. Lo anterior se desprende del Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas, según el cual en 1998 se reportaron 87 mil 910 nuevos casos de tumores: 64.6 por ciento correspondió al sexo femenino y 35.4 por ciento al masculino.
En cuanto a la mortalidad, el registro señala que hasta los 24 años de edad, la tasa de defunciones es ligeramente superior en hombres y, a partir de los 25 años, repunta en las mujeres por la presencia de tumores en el aparato reproductor. Esta tendencia se sostiene hasta los 65 años, cuando vuelven a ser los hombres los más afectados. En forma global, de las 52 mil 681 defunciones registradas en 1998, 47.8 por ciento correspondió a hombres y 52.2 por ciento a mujeres.
Para el doctor Jaime de la Garza, director del Instituto Nacional de Cancerología (INC), de la Secretaría de Salud (Ssa), el cáncer es un problema de salud pública, característico de los países desarrollados, donde la expectativa de vida aumentó significativamente y se logró combatir los padecimientos infecciosos. Sin embargo, estima que en México la alta incidencia de tumores y su desenlace fatal se relaciona íntimamente con la ignorancia y la pobreza, en particular en lo que se refiere a las mujeres.
En entrevista, el especialista detalló que de los 56 mil 988 casos de cáncer femeninos reportados en 1998, 34.2 por ciento fue cérvico uterino, que "en algunos países no es más que una reliquia". En cambio, en el INC -atiende a la población abierta y de escasos recursos- de cada 10 mujeres que llegan con cáncer, siete lo padecen en el cuello uterino.
Para confirmar su hipótesis, De la Garza refirió que en los hospitales privados, a donde acuden los sectores sociales pudientes, de cada 10 pacientes con cáncer, ninguna tiene el cérvico uterino. Y es que el padecimiento es totalmente prevenible con la práctica de la conocida prueba de papanicolau. El problema es, apuntó, que las mujeres no acuden a las clínicas o centros de salud y en otros casos -en las zonas rurales y alejadas del país- los servicios médicos están fuera del alcance de la población.
De ahí que hace dos años se reforzara el Programa de Prevención y Control del Cáncer Cérvico Uterino, cuyos resultados se empezarán a observar en tres años más. Por lo pronto, se ha incrementado la cantidad de estudios clínicos. En 1999, se practicaron 3.2 millones de citologías, con las que se logró hacer un diagnóstico temprano de cáncer en más de 180 mil mujeres.
Aún falta reducir la tasa de mortalidad y definitivamente terminar con la enfermedad, señaló De la Garza. Para ello habrá que fortalecer la detección temprana e incluso, llevar las unidades móviles a las zonas más lejanas del territorio nacional.
De la Garza subrayó que el cáncer es curable siempre y cuando se haga un diagnóstico temprano. Si éste es tardío, como ocurre entre 70 y 80 por ciento de los casos que llegan al INC, es muy difícil curarlo. Por eso, dijo, tiene que haber un cambio de política "y si vamos a tener dinero para el cáncer tiene que destinarse fundamentalmente a la prevención y a mejorar el diagnóstico".
Algo fundamental del diagnóstico y tratamiento tardío, que hasta ahora son los principales factores para la elevada mortalidad, tiene que ver con la intervención de médicos no especialistas que prescriben medicamentos equivocados, que únicamente limitan las posibilidades de curación, dijo el director del INC.
Cada padecimiento es único
De acuerdo con el Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas aparecido recientemente con las estadísticas de 1998, el término cáncer se refiere a más de 100 enfermedades neoplásicas. Casi cada tejido del cuerpo puede dar origen a un tumor maligno. Algunos pueden producir más de un tipo y lo que es más, cada cáncer tiene características únicas.
El documento asegura que muchos de los cánceres son de diagnóstico sencillo y tratamiento efectivo, otros requieren de un diagnóstico precoz y tratamiento oportuno. Finalmente, un grupo pequeño presenta pronóstico negativo, fatal, y es éste el que ocasiona el sentimiento de temor y rechazo en la población.
Destaca que el desarrollo del cáncer ya no es un misterio. Durante los últimos 25 años los investigadores han identificado las bases del proceso molecular y eso ha permitido generar intervenciones que limitan la evolución del padecimiento, aun cuando se desconozca su causa. Es el caso de los cánceres de estómago, próstata, mama y de cérvix.
Las células cancerosas se caracterizan por la pérdida de los mecanismos normales de control de la división celular y esta anormalidad se transmite de una generación a las subsecuentes, debido a que las células hijas de una célula maligna conservan todas las propiedades que las caracterizan como tales. La trasmisión de estas características de una generación a las siguientes indica que en este proceso está involucrado el material genético.
Incidencia
De 1982 a 1989 se registraron 130 mil 435 nuevos tumores malignos, 16 mil 304 al año.
Entre 1993 y 1997 ocurrieron 356 mil 124 casos nuevos: 71 mil 224 por año.
Las neoplasias malignas más frecuentes en ese periodo: cuello uterino 21.4%; mama femenina 10.9%; próstata 5.5%; ganglios linfáticos 4.1%, y estómago 3.9%.
Entre 1993 y 1997, predominio en mujeres (64.6%) frente a hombres (35.4%).
Por grupos de edad, en este último lapso, los más afectados fueron:
-de 15 a 64 años, 221 mil 344 casos (62.2% del total). Los más frecuentes: cuello uterino, mama femenina, ganglios linfáticos, estómago y ovario.
-65 años y más, 124 mil 936 casos (35.1%) . Los más frecuentes: cuello uterino, próstata, mama femenina, estómago y vejiga.
Distribución de la enfermedad por zonas geográficas: zona norte, 28.4% del total de casos; centro, 18.3%; sur, 16.6%; zona metropolitana del Distrito Federal, 36.7%.
Fuente: Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas
Mortalidad
En 1950 fallecieron 8 mil 655 personas por algún cáncer.
En 1980, la cifra se elevó a 28 mil 106 muertes
En 1998 el número de decesos ascendió a 52 mil 681 personas, con una tasa de 54.7 por cien mil habitantes.
En relación con todas las causas de muerte, el cáncer representa 11.8 por ciento.
Las defunciones se distribuyeron principalmente en los siguientes grupos de edad:
-35 a 44 años: 3 mil 896 casos, con una tasa de 34.5 por cien mil habitantes
-45 a 64 años: 16 mil 395 casos, con una tasa de 140.8 por cien mil habitantes
-65 y más, 27 mil 366 casos con una tasa de 636.6 por cien mil habitantes
Los años potenciales de vida perdidos al año por tumores malignos se estiman en 19.7 por individuo, considerando que la edad promedio a la muerte temprana es de 50.3 años.
En 1998 la pérdida global ascendió a más de un millón de años potenciales.
Fuente: Registro Histopatológico de Neoplasias Malignas