LUNES 14 DE AGOSTO DE 2000

Ť Absurdo, gravar comida y medicinas, dice el investigador Carlos Morera


Persistirá el subsidio a la elite empresarial a costa del erario

Ť Duda que Fox cambie el esquema de socialización de pérdidas y privatización de ganancias

David Zúñiga Ť A través del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), los contribuyentes mexicanos seguirán subsidiando a una elite empresarial que ahora, aliada con capitales extranjeros, intenta diversificar sus actividades e incursionar en los mercados internacionales, pronostica el investigador Carlos Morera, quien duda que el gobierno de Vicente Fox cambie el esquema consistente en socializar las pérdidas y privatizar las ganancias.

Durante más de 15 años, Morera Camacho -doctor en economía y profesor de la UNAM desde 1977- ha estudiado la evolución de los grupos empresariales de México y distingue a un hombre clave en la política económica de los últimos tres sexenios, cuyo eje ha sido la protección de una minoría a costa del erario: el presidente Ernesto Zedillo.

En 1983, recuerda, el gobierno federal creó el Fideicomiso para la Cobertura de Riesgo Cambiario (Ficorca), por medio del cual el gobierno rescató a empresas endeudadas en dólares, a un costo superior a 12 mil millones de dólares.

Entre los beneficiarios de este rescate destacan seis compañías de Monterrey: Alfa, de Bernardo Garza Sada; Cemex, de Lorenzo Zambrano; Cydsa, de Andrés Marcelo Sada; IMSA, de Eugenio Clariond Reyes; Visa, de Eugenio Garza Lagüera, y Vitro, de Adrián Sada. Los nombres, afirma Morera, son irrelevantes; lo importante es el proceso estructural, "ver hacia dónde va este proceso de acumulación de la riqueza".

Los grupos empresariales mexicanos, sostiene Morera, no son tan eficientes como pregonan y sus errores han provocado recortes al gasto público; además, se basan en una cultura "patriarcal, rentista y profundamente autoritaria", así como en una visión de ganancias a corto plazo al amparo del Estado. "Somos inversionistas que no tenemos derecho de voz ni de voto y tampoco recibimos dividendos, pero sí tenemos que cargar con todo el costo económico-financiero".

Morera Camacho distingue tres etapas en la evolución de la elite empresarial mexicana: la estructura oligárquica familiar, la formación de corporaciones de capitalistas con recursos extranjeros y control nacional, y ahora la trasnacionalización de los capitales. Por ejemplo, señala, ahora la mayor parte de los activos del sistema bancario mexicano están en manos de firmas españolas.

El IPAB le garantizará a los bancos una renta de cuando menos 25 años, "si la situación no cambia", y seguirán cobrando tasas de interés "altísimas" a pequeñas y medianas empresas que no tienen posibilidades de financiarse en el exterior a tasas competitivas. El gobierno de Zedillo, sentencia el economista, ha castigado a los pequeños ahorradores con tal de favorecer a los grandes inversionistas.

Una de las áreas que más le interesa a estos grupos oligárquicos son las telecomunicaciones. Por ejemplo, Bancomer está relacionado con ATT y Banamex con MCI, lo que, según el investigador, explica en buena medida la pugna contra Teléfonos de México por la apertura del mercado mexicano de telefonía.

La estrategia de esta expansión se basa en el fondeo con capitales internacionales, la asociación tecnológica con grupos de otros países y tener protección en el mercado nacional.

Finalmente, Morera considera que la intención de gravar alimentos y medicinas con el impuesto al valor agregado es una medida "regresiva y absurda" y deja entrever una política fiscal que buscará dejar intactos los intereses de las grandes empresas, para las cuales México es un "paraíso fiscal".