DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000
Ť El monólogo con Pedro Kóminick se estrena el martes en La Capilla
Las alas del caos, obra sobre la búsqueda de identidad
Juan José Olivares Ť Las alas pueden ser para el ser humano medios de fuga o una ''representación de un viaje interno por la desesperación de no aprender a aceptarse a uno mismo para buscar perderse y desmaterializarse'', por eso, la obra Las alas del caos, que se estrenará el próximo martes 15 de agosto en el teatro La Capilla, es una historia de un niño que crece con alas irreales en la espalda, que luego se vuelven reales, como una forma de simbolizar el caos interno y la fuga de cualquier ser humano.
El sexo juega una parte importante en el crecimiento de las alas. Representa la inconformidad del niño que pedía a Dios que de cumpleaños le pusiera estos instrumentos para llegar a él. El sexo desencadena el caos y la desolación; se transforma en algo que de placentero termina en trágico, como "la anorgasmia masculina en la que todos creen que porque un hombre eyacula tiene un orgasmo".
Diálogo interior
El actor Pedro Kóminick -quien ha participado en más de veinte montajes, entre los que destacan Las furias de Esquilo, El jorobado de Nuestra Señora de París y el musical Jesucristo Superestrella, de Andrew Lloyd Weber, así como en las telenovelas Caminos cruzados y Amada enemiga- describe parte de los motivos del monólogo: ''Vivimos en una cultura que promueve la evasión: la televisión, la publicidad, los medios impresos que nos dicen: 'no, no seas quien tienes que ser, no enfrentes, sé lindo, ponte a la moda'. Por eso esta puesta es una farsa trágica que toca temas en cuanto al cuerpo, en cuanto a toda esta imagen de perfección que nos venden, que nos neurotiza y hasta donde nos puede destruir esta obligación del marketing".
Kóminick explica cómo el actor, en un monólogo, puede desarrollar las dimensiones suficientes para cautivar a su público: "Siempre es básica la dirección (de Lourdes Best), que en lo personal me ha enseñado el ejercicio de buscar interlocutores dentro del espacio y del cuerpo mismo del actor. Lograr significar en tu cabeza el nivel emocional en otros objetos y en sitios específicos de tu cuerpo otras entidades que pulsan por sí mismas, para crear varios personajes en tu cuerpo que son los que dialogan conmigo y con la gente. De hecho, esa es nuestra propuesta''.
La joven directora Lourdes Best, quien ha fungido como asistente de obras de Iona Weissberg, da su versión: ''El problema a veces del monólogo es que muchas veces no se entienda hacia dónde va dirigido el discurso de un personaje en escena, que es lo que dificulta la interacción con el auditorio. Lo que buscamos es cómo cuando estamos en una reflexión interna en donde trasmitimos todos nuestros pensamientos hacia cosas específicas, como el qué nos lleva a pensar en nosotros mismos o sobre los demás".
Ambos coinciden en que Las alas del caos es una obra que contextualiza la pugna por descubrir nuestra verdadera identidad, en el ámbito de la personalidad, sexualidad, rol de sociedad, algo por lo que todos luchamos y que, al no poder identificar, tratamos de anularnos. Lo relevante es atrapar la atención del público en el personaje, que son varios al mismo tiempo".
(Las alas del caos, que por cierto tuvo una asesoría artística de Jesusa Rodríguez, se estrenará en el teatro La Capilla. Madrid 13, Coyoacán, todos los jueves y viernes a las 20:30 horas; sábados y domingos, 18:00 horas.)