DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000

Ť Julio Estrada recrea la magia del texto de Rulfo


La ópera Doloritas, metáfora musical de Pedro Páramo

Ť Susana San Juan completará la interpretación de la novela

Angel Vargas Ť A finales de los años ochenta, Julio Estrada se planteó el desafío de ofrecer una interpretación sonora y musical a la literatura de Juan Rulfo. Fue así como emprendió el trabajo de llevar la atmósfera metafísica y mágica de Pedro Páramo a la ópera.

Con el título de Doloritas, el compositor oriundo del Distrito Federal estrenó ayer en México la primera parte de su obra, la cual se erige entre los principales atractivos del tercer Festival Internacional Música y Escena, que desde el pasado miércoles y hasta el 26 de agosto se realiza en el Centro Cultural Helénico.

El propósito esencial de esta ópera es provocar en el espectador la impresión de estar escuchando aquella célebre novela del autor jaliscience, explica Estrada, y agrega que para lograrlo enfatizó las tres distintas sonoridades características de la literatura rulfiana:

"En primer término, se escucha a los actores decir el texto adaptando un estilo de voz llanero o próximo al tono que Rulfo mismo daba a sus obras a través de las escasas lecturas que dejó. En segundo, se escuchan los ambientes sonoros aludidos por el escritor a través de grabaciones que realicé in situ, en un intento de conservar su memoria auditiva. Finalmente, se puede apreciar la música como alternativa de producción de los murmullos, como si la música fuese la última señal que queda de todo ser; por encima de las palabras, el arquetipo esencial de la voz."

El también académico declara que Doloritas comprende desde el comienzo de Pedro Páramo hasta el momento de la muerte de Juan Preciado. Adelanta que en la segunda parte de su obra, en la cual aún trabaja y que llevará por título Susana San Juan, el eje también es una figura femenina. La historia abarca desde la aparición de ese personaje epónimo hasta el final del libro, abunda.

"En el primer contacto con la novela, el lector ingresa a un mundo en el que no sabe si los personajes están vivos o muertos. Al iniciarse el relato sabemos por Juan Preciado que su madre, Doloritas, esposa de Pedro Páramo, ha muerto. La interpretación operística de la primera parte de la novela convierte a Doloritas en un murmullo, voz que el hijo recuerda durante su encuentro con Comala --metáfora del infierno--, donde ocurre la acción. Mientras los personajes están supuestamente vivos, hablarán por la voz de los actores y sólo al saberse que están muertos surgirán como murmullos, como aquella voz auténtica que en algún momento fueron o como la mera sonoridad de sus estertores", apunta Estrada.

"El espectador se encontraría en un inframundo hecho de fósiles resonantes de otro tiempo, donde conviven la vida y la muerte. Distintos momentos temporales dejan apreciar 'cómo rechina la tierra' y cómo el mundo continúa 'alla arriba', oído a través del lúgubre tañir de las campanas, o del sonar de aquel llano de Jalisco, cuyos vientos, lluvia, río, insectos, aves o animales pastando están presentes entre las grabaciones que acompañan al texto. La música emerge con frecuencia de los ambientes sonoros, sin marcar frontera alguna entre los sonidos, y parte de una concepción musical que funde los caracteres figurativo y metafísico".

En el montaje de Doloritas (cuya última función será hoy, a las 18:30 horas) participa un elenco de primer nivel, integrado por la soprano Fátima Miranda, el percusionista Llorenç Barber, el contrabajista Stefano Scodanibbio y el actor Ernesto Gómez Cruz.

Por otro lado, el festival tiene aún propuestas de gran atractivo y calidad. Baste mencionar que el lunes y el martes próximos (a las 20:30 horas) actuará el trío de flautas D'Argent; el miércoles y el jueves (también a las 20:30 horas), la clarinetista europea Barre Bouman, con su espectáculo Arlequín, y el viernes y el sábado (en funciones dobles, a las 18 y 20:30 horas), los italianos del Teatro Minimo, con su obra Novissimun Testamentum, estreno en México.

(Los espectáculos tienen como sede el Teatro y La Capilla del Centro Cultural Helénico, ubicado en Avenida Revolución 1500, colonia Guadalupe Inn.)