DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000

Ť La semana política en Estados Unidos

Ť Apartarse de Clinton, objetivo de Al Gore para la convención

Ť La elección de Joseph Lieberman, para poner "sana distancia"

Ť La batalla con Bush, por los votos centristas independientes

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 12 de agosto Ť El vicepresidente Al Gore espera aprovechar la Convención Nacional Demócrata, que se celebrará la próxima semana en Los Angeles, para relanzar su campaña presidencial al distanciarse y establecer una identidad propia, separada de su principal promotor, el presidente Bill Clinton, y después armar un acto cuidadosamente coreografiado a fin de intentar atraer al mismo sector centrista del electorado que su rival republicano, George W. Bush, intentó cultivar la semana pasada.

Y es que, a lo largo de las últimas semanas, ha sido muy difícil descubrir diferencias sustanciales entre las posiciones de los dos principales candidatos presidenciales estadunidenses. Demócratas y republicanos están confiados en que ya cuentan con el voto de sus fieles en la elección de noviembre. La batalla ahora es por esos votantes centristas independientes, que continúan indecisos.

Para el republicano Bush, el reto en su convención nacional hace una semana fue comprobar que su partido no estaba ya en manos de extremistas derechistas cristianos comprometidos con una agenda política de exclusión; así, el tema fue la "diversidad" y la "inclusión".

Gore tiene que demostrar que es promotor de políticas centristas pro empresariales y que no se repetirán los lapsus éticos que caracterizaron la presidencia de Clinton. De hecho, tiene que presentarse como el campeón de la continuidad, y al mismo tiempo convencer al electorado de que no todo continuará; o sea, que las políticas del gobierno anterior se mantendrán, pero no Clinton. Como parte de este esfuerzo, Gore eligió como su candidato a la vicepresidencia al senador demócrata conservador por Connecticut, Joseph I. Lieberman.

La elección de Lieberman fue elogiada de inmediato como "audaz" por la prensa local, principalmente porque Lieberman será el primer candidato de fe judía en una fórmula de uno de los dos principales partidos. Los medios se centraron en ese hecho en un país donde aún cunde el antisemitismo (incluso, al anunciarse la selec- ción, varios sitios derechistas de Internet colocaron comentarios antisemitas).

Pero el uso del término "audaz" para describir al senador, algo aburrido, de Connecticut, fue recibido con sorpresa incluso por algunos estrategas de la campaña de Gore (el chiste en Washington es que Lieberman fue nominado porque es un orador incluso con menos brillo que Gore).

Una de las principales razones por la cual se optó por Lieberman, según estrategas de Gore, es que fue uno de los primeros críticos del comportamiento personal de Clinton en la Casa Blanca durante el affair Mónica Lewinsky. En septiembre de 1998, Lieberman fue el primer legislador demócrata en criticar a Clinton. "El presidente aparentemente tuvo relaciones extramatrimoniales con una empleada que tiene la mitad de su edad y lo hizo en un sitio de trabajo, en cerca de la Oficina Oval. Tal comportamiento no sólo es inapropiado, es inmoral", dijo en su discurso.

Esas palabras seguramente serán repetidas una y otra vez en las próximas semanas como parte del intento de Gore y Lieberman por distanciarse del comportamiento de Clinton, quien estará en Los Angeles sólo uno de los cuatro días de la convención y ya ha pedido al electorado no culpar a Gore por los errores del presidente.

La segunda razón principal para elegir a Lieberman es que ayudará al candidato de su partido con esos votantes centristas tan deseados por Gore como por su contrincante Bush. De hecho, la selección de Lieberman borrará aún más las diferencias entre Gore y Bush. Frank Coleman, vocero de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, comentó al New York Times esta semana que como miembro del Senado, Lieberman "votó al lado de los intereses empresariales más que cualquier otro demócrata".

El senador por Connecticut apoyó la asistencia estadunidense a la contra nicaragüense, es promotor de las políticas de libre comercio y ha favorecido la privatización parcial del sistema federal de jubilados, conocido aquí como seguro social, así como también es partidario de ofrecer a los padres la opción de utilizar fondos de educación pública para la colegiatura de sus hijos en escuelas privadas. Lieberman es tan conservador que la reacción inmediata de Ari Fleischer, un vocero del candidato republicano Bush, a su elección fue: "Al Gore ha escogido a un hombre cuyas posiciones son más parecidas a las del gobernador Bush que a las suyas".

Sólo es verdad en parte. Gore y Lieberman sí tienen diferencias con Bush en algunos temas sociales como el aborto, el control de armas de fuego y la regulación ambiental: todos ellos figurarán esta semana durante la Convención Demócrata. Pero aún está por verse si estos temas, como la selección de Lieberman, lograrán reanimar una campaña electoral algo estancada