DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000
Ť Ataque aéreo de EU y GB contra Samawa
Chávez y Wahid, por levantar las sanciones de la ONU a Irak
Ť No debemos esperar 40 años, como con Cuba, dijo el venezolano
Dpa, Ap y Afp, Yakarta, 12 de agosto Ť Los mandatarios de Venezuela, Hugo Chávez, y de Indonesia, Abdurrahman Wahid, se pronunciaron este sábado por el levantamiento de las sanciones económicas contra Irak impuestas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) tras la guerra del golfo Pérsico, en 1991.
El primero en hacer ese llamado a Naciones Unidas fue el presidente Chávez, al preguntar "quién tiene el derecho de hacer que un niño inocente muera allí", y puntualizar que la ONU tomó una decisión que Venezuela respaldó en su momento, pero recordó que han pasado 10 años y que el mundo ha seguido adelante.
"Lo mismo ha pasado con Cuba, que está todavía paralizada por sanciones desde hace 40 años. No creo que necesitemos 40 años con Irak", añadió el mandatario.
Chávez realizó el pasado jueves la primera visita de un líder político occidental a Irak desde el término de la guerra en el golfo Pérsico, que enfrentó a ese país árabe con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en el marco de una gira por las naciones miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo.
Tras recibir a Chávez en el palacio presidencial, Wahid, dijo compartir los sentimientos del presidente venezolano sobre el pueblo iraquí y sostuvo que "por eso Indonesia desearía que el bloqueo contra Irak fuera levantado pronto".
El mandatario indonesio, quien asumió en octubre pasado como primer presidente democráticamente electo, es un líder musulmán moderado que estudió en Bagdad en su juventud, y en ese marco anunció que visitará Irak a fines del verano para estrechar lazos con ese país.
Indonesia es el cuarto mayor país musulmán del mundo con 210 millones de habitantes, y desde la llegada de Wahid a la presidencia éste ha mejorado las relaciones con Irán, Irak y Libia.
En este contexto, aviones estadunidenses y británicos lanzaron un ataque contra la ciudad iraquí de Samawa, lo que provocó dos muertes y una veintena de heridos, así como daños a edificios, una fábrica y un silo de cereales, hecho que de inmediato fue condenado por Bagdad.