DOMINGO 13 DE AGOSTO DE 2000
Ť Continúan las acciones armadas y atentados en el País Vasco
Manifestación en Bilbao por los 4 etarras muertos en una explosión
Ť Tregua auténtica y sin trampas, exige líder de HB Ť Acusa el Partido Popular al PSOE de deslealtad
Armando G. Tejeda, corresponsal, Madrid, 12 de agosto Ť Unos 10 mil vascos participaron hoy en una manifestación en apoyo a ETA y en homenaje a los cuatro militantes etarras que murieron el lunes, al estallar el vehículo cargado de explosivos en el que viajaban, y que al parecer sería utilizado en un atentado.
En tanto, la tensión continuó en el País Vasco luego que una bomba casera estalló en la casa de un policía civil en Vitoria, sin causar víctimas, mientras que un grupo de encapuchados prendió fuego a una oficina de correos en la localidad de Durango, después de sacar del lugar a los clientes.
Además, la policía arrestó a cinco sospechosos de colocar un artefacto explosivo en una sucursal del banco BBV en Bilbao.
Con este mitin a favor de ETA culminaron tres días de lucha y luto convocados por Euskal Herritarrok (EH, brazo político del grupo armado separatista), cuyo líder, Arnaldo Otegi, señaló que "ni tenemos voluntad ni estamos dispuestos a acabar con ETA, con la que no ha sido capaz de acabar ni el Estado español ni el Estado francés".
El lunes pasado explotó un coche en una zona industrial de Bilbao, lejos de cualquier objetivo habitual de ETA.
Los únicos muertos fueron las cuatro personas que viajaban en el vehículo, militantes del Comando Vizcaya de ETA, entre ellos el histórico activista Francisco Patxi Rementería, sobre quien pesaba una orden de detención por su vinculación con 19 atentados. Además, fallecieron tres jóvenes recién integrados al grupo armado, de 21, 22 y 23 años de edad.
Estas muertes coincidieron con el comienzo de una ofensiva de ETA que costó la vida al líder de la patronal guipuzcoana, Juan María Korta, y al subteniente del ejército Francisco Casanova.
La marcha convocada en Bilbao por EH y la organización Gestoras Pro Amnistía, que defiende los derechos de los presos vascos, es la culminación de estas movilizaciones por los cuatro etarras muertos.
Las manifestaciones se caracterizaron por quemas de autobuses, sedes bancarias e inmuebles de personas con vínculos con el gobernante Partido Popular (PP), con el opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y con el Partido Nacionalista Vasco (PNV), en el gobierno local.
Durante la manifestación de hoy, dos encapuchados desplegaron una bandera con la insignia de ETA al lado de las fotos de los etarras "caídos", mientras los asistentes irrumpieron en aplausos.
Justifica Arnaldo Otegui la violencia
En su discurso, Otegui se refirió además a la querella criminal que pesa sobre él por "apología del terrorismo", a lo que dijo que lo que "hacemos es apología de la paz y de la democracia".
A juicio del líder independentista radical, los miembros de ETA "emprenden el camino de la violencia no porque les guste, sino porque las fuerzas políticas y sociales no les ofertan otro camino".
También habló Jon Idígoras, ex miembro de la mesa nacional de HB, y Lander Etxebarría, vocero de EH en Bilbao.
La única voz disidente dentro de la izquierda abertzale (patriótica) estuvo representada por Iñaki Aldekoa, un dirigente histórico del partido HB, quien exigió a ETA, en un artículo publicado este sábado en el periódico Gara, que decrete "una tregua auténtica, sin condiciones, sin trampas, defin itiva y verificable".
Aldekoa calificó los asesinatos de "civiles desarmados" como "rechazables", y pidió a EH que elabore una auténtica oferta de paz y democracia, y condene y se aleje de los métodos del grupo armado.
Mientras tanto, el PP se enfrentó con la oposición socialista, acusándola de "deslealtad", con lo que el Ejecutivo del presidente conservador José María Aznar podría perder la "unidad política" de cara al conflicto vasco.
Aznar abanderó la "unidad de las fuerzas democráticas" como la mejor respuesta a la violenta ofensiva dinamitera etarra; sin embargo, a tan sólo dos días de haber pactado "lealtad" con el principal partido de la oposición, el PSOE, esta pretendida "unidad" comienza a disiparse.
Las diferencias entre el gobierno y el PSOE se originaron por una propuesta socialista, en el sentido de abrir una mesa de diálogo en el Congreso de los Diputados para encaminar un hipotético proceso de paz del conflicto vasco y en el que participen todos los partidos, incluido el PNV y su socio Eusko Alkartasuna.
Aznar y el secretario general del PP, Javier Arena, respondieron que este diálogo con los nacionalistas moderados vascos está condicionado a la ruptura de todos los acuerdos del PNV con EH, incluido el Pacto de Lizarra, y al acatamiento del Estatuto de Autonomía y de la Constitución.
Arenas acusó al PSOE de "deslealtad" con el gobierno y de no decir "en público" lo que dicen "en privado... La lealtad no sólo hay que proclamarla, también hay que ejercerla y practicarla. Pido seriedad a los dirigentes del PSOE".
Juan Fernando López Aguilar, secretario del PSOE, respondió exigiendo "responsabilidad" al gobierno, y que se preocupe menos por la coyuntura electoral en el País Vasco y más en por la paz en la región.