SABADO 12 DE AGOSTO DE 2000

Ť Divulgar el género y fomentar la unidad social, los fines de ese espacio


Causa furor entre los argentinos un Tangódromo

Reuters, Buenos Aires, 11 de agosto Ť Cada domingo, el tanguero Bernabé Castillo espera que llegue la tarde para lucir sus mejores trajes en la pista de baile.

''Uno trata de estar, cuando viene a la milonga, lo más presentable'', dijo mientras se movía al compás del dos por cuatro que resonaba en el galpón de un viejo mercado de Buenos Aires, convertido ahora en el Tangódromo, donde el ritmo rioplatense vuelve a ser el principal protagonista.

Ubicado en una calle empedrada del barrio de San Telmo, donde antiguas vecindades se mezclan con modernas casonas, el espacio imita los salones de baile de los cuarenta, donde los bailarines ''sacaban viruta al piso'' al ritmo de los más sonados tangos.

''La propuesta busca la divulgación de la música ciudadana y motivar el encuentro social y familiar en torno al tango como expresión del sentir popular'', dice a Reuters Ricardo Manetti, director de Promoción Cultural de Buenos Aires.

Te acordás, hermano,

que tiempos aquellos

Durante cinco meses, 32 artistas plásticos diseñaron la escenografía que convirtió al mercado en un salón de baile.

Para crear el nuevo espacio, los artistas se reunieron a observar a los milongueros.

''La reflexión artística se centró en otorgar un marco temporal a la escenografía. El análisis consideró la estética de los salones de baile de los cuarenta'', dice Manetti.

En la pista delimitada por sillas, mesas, cortinados y biombos, que parecen salidos del túnel del tiempo, bailarines profesionales y novatos se reúnen para deleitar al público con cortes, quebradas y firuletes.

''El tango cautiva, es de ensueño, uno se deja llevar por la música'', explica Nené, una tanguera.

Tango que me hiciste mal

y sin embargo te quiero

El tango es el lenguaje musical del hombre engañado, la mujer abandonada y el exiliado que añora su tierra. Pero también es el ritmo de un amor que a veces llega hasta la locura.

Tal vez por ello atrapa por igual a jóvenes y viejos, a argentinos y extranjeros.

''Es bueno la mezcla de edades, no hay distinción, podés bailar con una persona grande o con una persona joven y a todos los une la misma pasión, el tango'', comenta el joven Gustavo Marey, quien descubrió el dos por cuatro unos años atrás, cuando se recuperaba de una grave enfermedad. ''El tango me ayudó a sentirme bien otra vez''.

Recostado sobre una de las paredes del salón, un hombre de 70 años ensaya unos firuletes con su pareja de baile.

''El tango transporta a uno a otro mundo, lo hace olvidar los problemas'', dice Roque al pasar, mientras mira de reojo a las jóvenes en minifalda que bailan al compás de La Cumparsita.

Mi Buenos Aires querido

Por su ubicación en uno de los barrios más históricos de Buenos Aires, el Tangódromo se convirtió en pocas semanas en un popular atractivo para porteños y turistas.

''El tango es de alguna manera anticuado, pero por otro lado siempre está de moda. Eso es lo que lo hace interesante'', dice Thomas, un joven suizo, mientras se deleitaba mirando a los bailarines.

Además de bailar, los tangueros también pueden disfrutar cada domingo de recitales de conjuntos de tango y solistas.

En los próximos meses, el escenario móvil -de entrada gratuita- comenzará a pasear por los 100 barrios porteños de Buenos Aires

Manetti dio por descartado el éxito del escenario andante. Tal vez porque, como dice uno de los tangos que Carlos Gardel entonaba con emoción, ''siempre se vuelve al primer amor''.