SABADO 12 DE AGOSTO DE 2000
Ť Eugenia León, Astrid Haddad y Liliana Felipe ofrecieron un recital en Central Park
Tres divas mexicanas engalanan un improvisado cabaré de hierro
Ť Las intérpretes consideran extraodinario el acto; esperan repetir la experiencia en otro foro
Juan José Olivares Ť El cabaré Salón México se trasladó al foro abierto Summerstage, de Central Park, en Nueva York, para recibir la noche del jueves el espectáculo de tres divas: Eugenia León, Astrid Haddad y Liliana Felipe, quienes en un show de dos horas mostraron al público de la gran manzana su lúdica hondura, su natural teatralidad y sus canciones, muchas canciones provenientes de su núcleo siempre vivo, para celebrar con esta demostración fuera de género los diez años de Discos Cabaret.
El Summerstage -un lugar público y gratuito, idóneo para compartir un pic nic, pero que en esta ocasión, por primera vez, fungió como cabaré, en el que la cena costó 17 dólares por persona- acogió la lucidez femenina de tres artistas propositivas que brillaron con destellos propios para entretejer hilos de diversión y entretener por más de dos horas a una audiencia que sobrellenó el lugar y que se cuantificó en unos 3 mil asistentes, entre los que estuvieron el cónsul de México en esa ciudad y la Cabeza parlante mayor, David Byrne, quien inclusive se fue a tomar una foto con Eugenia León.
Algunas personas del público, compuesto en su mayoría por latinos, el grupo étnico más numeroso de Estados Unidos, estuvieron incluso sentadas en el suelo para deleitarse con el show de las three mexican divas.
En este espectáculo, ideado por Anntte Fradera para celebrar el décimo aniversario del sello Discos Cabaret (en donde han grabado las tres) y planeado específicamente para este lugar en la urbe de hierro, cuya alcaldía brindó todo el apoyo, cada intérprete intervino con su repertorio, y en diferentes momentos una aparecía para acompañar a la otra. Uno de esos momentos de performanceo fue cuando Astrid hizo la lectura de una carta para el Tío Sam, en la que le reclamaba "todo lo que nos ha robado", así como cuando Liliana mostró la foto de su hermana, asesinada por la junta militar argentina.
''Fue una experiencia humana y artística maravillosa que nos hacía falta tener a las tres. Nunca habíamos trabajado juntas. El público fue extraordinario con nosotras, porque no sabíamos lo que esperaban de Salón México, porque podían ser muchas cosas, pero se sorprendieron, aunque escucharan canciones que no conocían. Siendo propuestas distintas, con ejercicios sobre el escenario distintos, las tres logramos crear una demostración uniforme, congruente, por eso estamos muy felices, porque inclusive la gente se identificó con posturas políticas, religiosas y sobre la mujer; pasamos de situaciones distintas a emociones diferentes", dijo Eugenia León desde Nueva York a La Jornada mediante la magia telefónica.
Explicó parte del show: ''Fue muy curioso porque se dio una teatralidad en un foro abierto que al mismo tiempo era un cabaré. Estuvimos alternando conforme a las canciones; cada quien hacía lo que tenía que hacer, respaldadas por la orquesta de Eduardo García Barrios y con la producción de Rosino Serrano. Logramos sacar adelante un espectáculo variado en el que, a veces, en alguna escena, terminábamos las tres en una sala con una toalla en la cabeza (charlando) o vestidas como los caballeros de Walt Disney. Chacota, baile y festejo, de lo cual Astrid fue la que llevó la batuta en el desmadre".
Eugenia dijo que hubo acercamientos con productoras (de hecho presentará este sábado su disco Acércate más, en Joe's Pub, uno de los bares más prestigiosos de Nueva York), así como el mencionado David Byrne, quien -con buen ojo- felicitó la propuesta de las tres artistas.
En la misma ciudad, Astrid Haddad, aún influida por los encantos de Morfeo, atendió alegre nuestra llamada para susurrarnos: ''Fue padrísimo, fantástico y maravilloso, además de divertido. La respuesta del público fue muy favorable porque nunca imaginamos que nos respondieran tan bien. Lo mejor fue que cada quien mostró lo suyo, con su personalidad, y al final cantamos juntas. La gente pudo ver a la Astrid de siempre: la cabaretera y desenfadada, sin ningún problema. Pero básicamente lo que presenté es lo que tengo grabado en Discos Cabaret. Lo único nuevo fue crear un vestuario de último momento para rolas que no había presentado. Otra experiencia para mí fue cantar con orquesta, ya que nunca lo había hecho. Me quedé con ganas de repetir este show. Simplemente fue mágico''.
Lamentablemente Liliana Felipe no pudo expresar sus comentarios, porque desde la mañana tomó el vuelo de regreso.